19 Aug Otra vez un chico le abre los ojos al mundo sobre el horror de Siria
Si la foto de Aylan Kurdi ahogado en la playa turca de Bodrum se convirtió en el símbolo de los miles de sirios desesperados que huyen a Europa, la de Omran Daqneesh, aturdido y con la cara llena de polvo, sintetizó ayer el drama de los que se quedaron en el país y conviven con una guerra que parece no tener fin.
La imagen del chico de cinco años en la parte trasera de una ambulancia luego de ser rescatado de un edificio derrumbado por un bombardeo en Aleppo se volvió viral ayer y volvió a abrirle los ojos al mundo sobre la crueldad de una guerra que lleva más de cinco años. Como Omran, hay unos 3,7 millones de chicos sirios que nacieron después del estallido y sólo conocen la guerra civil.
El menor, que apareció en un video difundido por Aleppo Media Center (AMC), un grupo activista contrario al régimen sirio, resultó herido durante un bombardeo en la ciudad del norte de Siria. Omran es uno de los cinco chicos que fueron rescatados de los escombros luego de un ataque al barrio de Qaterji, perpetrado, según testigos, por aviones rusos que apoyan a Bashar al-Assad.
Al igual que la imagen de Aylan, que conmovió al mundo en septiembre pasado, la foto de Omran se viralizó casi instantáneamente en las redes sociales.
En el video se ve cómo retiran a Omran de los escombros antes de sentarlo en el asiento naranja de una ambulancia. Vestido con un short y una remera, mira desconcertado a su alrededor, antes de tocarse la zona herida y observar con sorpresa su mano, que restriega contra el asiento para limpiarse la sangre. A la ambulancia llegan después otro chico, una chica y un hombre, rescatados de las mismas viviendas en Qaterji.
“He tomado muchas fotos de chicos muertos o heridos por los bombardeos, lo que ocurre cotidianamente”, dijo el fotógrafo Mahmud Rslan, que retrató a Omran mientras era grabado el video. “Por lo general están desmayados o lloran. Pero Omran estaba ahí sin voz, la mirada perdida. Es como si no comprendiera muy bien lo que le acababa de suceder”, agregó el fotógrafo, que aparece de espaldas en el video de AMC.
Rslan estaba cerca del sector de Qaterji, en el este de la ciudad dividida en sectores leales y rebeldes, cuando ocurrieron los ataques anteayer, al final de la tarde. Los barrios del este son por lo regular objetivo de la fuerza aérea del régimen o de la aviación rusa.
“A las 19.15, escuché bombardeos y me precipité hacia los lugares alcanzados”, dijo el fotógrafo. “Ya era noche y vi un edificio totalmente derrumbado y otro que lo estaba, pero a la mitad” y en el que vivían Omran y su familia, añadió. “Con los rescatistas de la Defensa Civil, caminamos tratando de evitar tres cadáveres antes de entrar al edificio (…) Quisimos entrar al primer piso, pero las escaleras estaban derrumbadas.”
Tuvieron que ir a un edificio adyacente y “retirar desde allí a los miembros de la familia de Omran uno por uno, de un balcón al otro”. Primero Omran, después su hermano de cinco años y sus dos hermanas, de 8 y 11 años. Después la madre y el padre.
“Omran estaba conmocionado porque un muro cayó sobre él y su familia”, dijo Rslan. Según él, el padre del pequeño no quiso dar el verdadero nombre de la familia por razones de seguridad.
Desde que comenzó la guerra en Siria, en marzo de 2011, murieron aproximadamente 400.000 personas, según la ONU.
La situación de los chicos es especialmente dramática en Aleppo, dividida desde mediados de 2012 en una zona este, bajo control rebelde, y otra oeste, dominada por las fuerzas de Al-Assad.
Unicef estima que unos 8,4 millones de chicos se ven afectados por la guerra civil y unos 6,5 millones abandonaron sus hogares y se convirtieron en desplazados.
El ejército y los rebeldes libran una feroz batalla apenas interrumpida por efímeros ceses del fuego, en los que ambas facciones logran avances y retrocesos sin que ninguno consiga dominar la situación.
En los barrios del Este, unos 100.000 chicos se encuentran asediados y pueden convertirse en víctimas de la estrategia utilizada en el pasado por el gobierno de “rendirse o morir”. Así lo denunció anteayer la Comisión de la ONU que investiga los crímenes perpetrados en más de cinco años de guerra en Siria.
LA NACION