24 Aug Nuevo ídolo de la juventus, Judas para los napolitanos
El fútbol de este tiempo facilita situaciones como las que ahora ofrece Italia. En el Norte, allí en Turín, Gonzalo Higuaín pasó de ser el enemigo más temido a ser ídolo con sólo mostrar la camiseta bianconera con el número nueve y su apellido. En el Sur, en Nápoles, la ciudad más maradoniana del mundo, acontece la contracara: el mismo futbolista pasó de superhéroe encantado a una de las peores consideraciones, “traidor”. En el medio sucedió la transferencia más cara de la historia del fútbol italiano: la Vecchia Signora pagó los 90 millones de euros de la cláusula de rescisión. Así están las cosas ahora. Y así continuarán por bastante tiempo. En el recorrido de esta historia habrá dos capítulos centrales: el último fin de semana de octubre, Napoli irá a Turín; el primer fin de semana de abril, Juventus viajará al San Paolo.
Turín recibió ayer a Higuaín con los brazos abiertos. Desde las cuentas oficiales del club (con el #BienvenidoPipita, presente en cada comunicación) hasta los fanáticos que se acercaron al aeropuerto Caselle. Ropa informal (remera blanca, chaleco negro), anteojos negros, sonrisa de presentación, pulgares arriba. Así se mostró el argentino en sus primeras escenas como delantero de la Juventus.
También le puso palabras al momento, en declaraciones a Sky Sport, en su ya perfecto italiano: “Esperamos hacer una gran temporada. Hay equipo y una gran sociedad para hacerlo. Ahora tenemos que trabajar para regalar a los aficionados las satisfacciones que merecen. Es importante llegar al primer partido del campeonato de la mejor manera posible”. Tras esas expresiones protocolares, saludó a los hinchas y exhibió su nueva camiseta. Lucía a gusto: permitió fotos, aceptó regalos, se mostró con la bufanda de Juventus pentacampeón, firmó autógrafos, agradeció tanta intensidad.
En simultáneo, Nápoles mostró su despecho de todos los modos. Cuentan que no hay tema del que se charle más que el de la partida de Higuaín. El presidente del club, Aurelio De Laurentis, expresó en declaraciones a Corriere dello Sport: “Hay gente que piensa que hablar de traición es exagerado, pero yo creo lo contrario porque hay una traición en su máxima expresión en su elección por la ingratitud mostrada”.
Era el preferido: sus 36 goles en 35 partidos de la pasada campaña (cifra récord para la Serie A) lo habían puesto en un lugar sólo reservado para consagrados: ahí cerca del inmaculado pedestal de Diego. Ahora, en esa ciudad en donde el fútbol se respira, ya están pensando en como recibirlo. Dicen que no habrá perdón…»
CLARÍN