Joya con el ADN de la competición

Joya con el ADN de la competición

Por Agustín Lafforgue
Hace un tiempo, no muy lejano, asistimos a la presentación del Porsche 911 Carrera y Carrera S Coupé en México. El autódromo Hermanos Rodríguez, hecho a nuevo, fue primero el escenario para el regreso de la Fórmula 1 al país azteca en 2015 y, unos días después, para el lanzamiento regional de la nueva generación de los modelos icono de la marca alemana.
Las historias de Porsche y de las competencias automovilísticas van casi en paralelo. No hay modelo de Porsche que no tenga ADN deportivo.
Un ejemplo de ellos es el 911 2.5 S/T, vehículo que se basó en el 911 2.4 S Coupé y del que solamente se fabricaron 24 unidades. El mismo fue diseñado para disputar competencias en circuitos, destacándose por su historia en la Targa Florio y las 24 Horas de Le Mans; también para hacer frente a algunas pruebas de rally, con las modificaciones necesarias.
Solicitado a la división deportiva de Porsche por el piloto estadounidense Michael Mike Keyser en noviembre de 1971, el 2.5 S/T disputó muchas carreras en Estados Unidos y en el Campeonato Mundial de Resistencia durante la temporada de 1972.
Uno de los conductores de aquella época era Jürgen Barth, piloto de fábrica de Porsche y empleado de la división deportiva de la marca de Stuttgart. Quien resultara vencedor absoluto de las 24 Horas de Le Mans de 1977 aún recuerda esos días con gran claridad, a pesar de haber pasado 44 años: “Mike Keyser me había invitado para correr en Sebringy teníamos planeado disputar toda la temporada del Campeonato Mundial de Resistencia de 1972. Mike incluso había contratado a un pequeño equipo de televisión para que nos acompañara durante toda la temporada”.

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En 1972, Barth y Keyser compitieron con el 911 2.5 S/T en las 6 Horas de Daytona y las 12 Horas de Sebring en Florida (Estados Unidos) y posteriormente en la Targa Florio (Italia) y los 1000 Kilómetros de Nürburgring (Alemania). Junto al suizo Sylvain Garant finalmente disputaron la carrera más importante de la temporada: las 24 Horas de Le Mans. El trío, bajo la bandera del equipo Louis Mezanarie, no solamente ganó la categoría GT para autos de hasta 3000 cc sino que obtuvo un honroso decimotercer puesto en la clasificación general.
El automovilismo deportivo, en especial las 24 Horas de Le Mans, es de gran importancia para Porsche. Más de 800 autos de la marca han competido en la mítica carrera francesa desde que la escudería alemana participara por primera vez en 1951. En este período, logró 103 victorias en las distintas clases, y 17 triunfos absolutos, palmarés que convierte a Porsche en la marca más exitosa en ese circuito. La última celebración en Circuit de la Sarthe fue en 2015 y lógicamente buscará repetir en la 84° edición de las 24 Horas de Le Mans, que se disputarán el 18 y 19 de junio venideros.

Restauración histórica
Sin temor a equivocarnos, se puede afirmar que el 911 2.5 S/T, recientemente restaurado por Porsche Classic es, desde un punto de vista histórico, el precursor directo y tecnológico inmediato del 911 Carrera 2.8 RSR. Tras haber estado en el mercado por más de cinco décadas, el 911 -que ahora se encuentra en su séptima generación- es sinónimo de Porsche como ningún otro auto de serie. Porsche Classic ahora también se está haciendo cargo de la quinta generación de este ¡cónico auto deportivo (el modelo 996). Los expertos de Porsche Classic tienen bajo su responsabilidad la restauración de todos los vehículos de serie cuya producción culminó hace por lo menos 10 años, con el fin de seguir garantizando su buen funcionamiento, asegurarles una larga vida y preservar el valor de los vehículos clásicos de Porsche. Los fanáticos de la marca, y de los autos deportivos, agradecidos.
LA NACION