Edwin Moses: “Nadie es invencible, ni siquiera Bolt”

Edwin Moses: “Nadie es invencible, ni siquiera Bolt”

Por Hernán Sartori
Edwin Moses fue campeón en los 400 metros con vallas en Montreal 1976, con un récord olímpico y mundial de 47s63. Durante 9 años, 9 meses y 9 días -creer o reventar-, entre agosto de 1977 y mayo de 1987, ganó 122 carreras consecutivas, incluyendo 107 finales. Nació el 31 de agosto de 1955 en Dayton, también fue dorado en Los Angeles 1984 y se llevó el bronce en 1988, además de ser campeón mundial en Helsinki 1983 y Roma 1987. Y fue dueño del récord mundial de 47s02 entre 1980 y 1992, hasta que Kevin Young se lo quitó en Barcelona. Por eso sabe de lo que habla cuando habla durante 20 minutos con Clarín sobre ganadores y vencidos.

-¿Qué puede decir de Usain Bolt que no se haya dicho aún?
-Probablemente no demasiado. Es un atleta. Puede ganar, puede perder.


-¿Lo derrotarán en el futuro cercano?

-Nadie es invencible, ni siquiera Bolt.


-¿Por la perseverancia de los demás en ser mejores o por el paso del tiempo?

-Si sigues compitiendo durante mucho tiempo, vas a perder. Sin importar quién seas.


-¿Estima que algunos de los récords del atletismo serán invencibles en el futuro?

-Los récords son muy difíciles de romper y la mayoría de las personas no piensa que los puede romper. Quizás se te puede dar si estás en el mejor día y con tu mejor performance. Sin embargo, creo que la mayoría de los récords pueden ser vencidos, sin importar cuánto tiempo demande.
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-¿Cuál es la principal característica que debe tener un atleta para ser campeón olímpico?

-Creo que lo principal es la perseverancia. Cuando te entrenás día tras día tras día, por más que tengas alrededor a un equipo de entrenadores y de psicólogos, al final vos sos el que al otro día tiene que levantarse temprano e ir a la pista, el campo o la pileta. Tener un sueño y hacer todo lo que debés hacer para lograrlo demanda tener ciertas condiciones. Incluso la gente que no está ni cerca de ser campeón olímpico lo hace cada día en la vida normal. La constancia es una característica personal que puede ser usada en el deporte.


-En su época de esplendor quizás no se veía el marketing que hay hoy alrededor de los atletas de elite. ¿Cree que les suman presión al ser tratados como íconos y exigir resultados?

-No es necesariamente presión. Puedes decaer si comienzas a perderte entrenamientos por tener compromisos que te hagan volar a Alemania o a Japón por un par de días. Cualquier cosa que te quite el tiempo de lo que querés hacer te crea ansiedad.

-¿Qué le aconsejaría a un atleta?
-Que tenga un buen entrenador y que crea en el deporte limpio. En algunas partes del mundo, hay quienes no pueden tener entrenadores, como yo no lo tuve. Pero como amo el deporte y quería ser exitoso, hice lo que debía hacer. Y creo que todos pueden hacer eso.

Su obsesión por mejorar sus técnicas de entrenamiento a la criolla las plasmó después en tratar de ayudar a los deportistas con la tecnología. Al cabo, es licenciado en Ciencias Físicas de la Universidad Morehouse y lo apasiona ese tema. Como así también la lucha contra el dóping, una materia sobre la que se aprende constantemente.

“La respuesta contra el dóping pasa por la educación y por ofrecerles a los atletas material educativo e informativo sobre las penas que pueden sufrir si son encontrados dopados. Deben tener cuidado con quienes los rodean”, desgrana por teléfono desde Los Angeles, desde el centro que DirecTV utilizó para su transmisión televisiva olímpica.


-¿Cuáles son las principales peleas que el olimpismo tiene en relación al dóping?

-La corrupción que el dóping y las apuestas generan alrededor de la integridad del deporte. Hay investigaciones en curso que sostienen un alto nivel de dóping en pista y campo, particularmente en Rusia y Kenia. En el atletismo, la corrupción ha sido alta a la hora de los controles antidóping.


-¿Qué pasa por la mente de un atleta para creer en el dóping? ¿Lo decide personalmente? ¿Qué les diría a quienes se preguntan por qué no doparse?

-El problema es que se busca una recompensa rápido y entonces recurren a un fisioterapeuta, un preparador físico, una médica o alguien que te encontraste en un gimnasio y te dice; “¿Por qué no te tomas esto?” Hay que analizarlo desde lo psicológico.

-¿Es posible borrar el dóping o está ligado en una historia sin fin con el deporte?
-Es como el alcohol. Vos le podés decir a alguien que elimine el consumo de anfetaminas o de alcohol, pero nunca los vamos a eliminar del todo. No es razonable pensar que habrá una limpieza total. De algún modo, el dóping es parte de nuestra vida.


El recuerdo de los viejos buenos tiempos

Edwin Moses escucha la procedencia del periodista y recuerda que allá por los lejanos 80 compitió en Chile y en Buenos Aires. Era su época. Una época que rememora con cariño a la distancia, por ejemplo, al pensar en Muhammad Ali. “Lo conocí en 1975 o 1976, antes de Montreal, y seguí una relación por muchos años. Le gustaba el atletismo -dice de la leyenda-. Fue un gran hombre. Su vida fue bien capturada. Su legado lo deja bien en alto”.

-¿Cómo le impactó ser campeón olímpico en Montreal 1976, sus primeros Juegos?
-Fue fantástico. Fue mi primera vez y no sabía qué pensar. Sólo pensaba en mi carrera y en mi entrenamiento hacia esa carrera, quiénes eran mis rivales y el descanso que me esperaba después de la carrera. Sabía que iba a correr el 25 de julio. Pero no pensaba en eso todo el tiempo porque me podía jugar en contra.

-¿Cómo manejó la ansiedad de ese debut?
-No me imaginaba compitiendo porque había mucho en qué concentrarse. Tres semanas antes de unos Juegos Olímpicos, no podías ponerte a pensar en qué tenías que hacer técnicamente. Sólo debías mantenerte sin lesiones.

-¿Es posible para un atleta de elite disfrutar estar en unos Juegos Olímpicos o eso se pierde al concentrarse en la carrera?
-Si estuviera en un bote de ocho y fuera el timonel, disfrutaría. Pero los 400 con vallas son difíciles técnicamente. No es la experiencia más feliz sino una muy seria.


-¿Es posible comparar el atletismo de fines de los 70 y de los 80 con el de la actualidad?

-Ha habido mucha madurez en los equipamientos, como pasa en el salto con garrocha. La tecnología probablemente tiene mucho que ver con cuán alto puedes saltar. Se une la química con la computadora y la fibra de vidrio. En natación pasa algo distinto porque tienen aditivos para que el agua fluya de otra manera o en una época usaban trajes.

-¿Cómo puede manejar un atleta de elite la presión se rendir en un momento extremo como los Juegos Olímpicos?
-Es muy personal. En mis entrenamientos nunca corría ni cerca de lo que fue en realidad. Creo que todos los resultados son el resultado de un proceso.
CLARIN