Terror online: la transmisión de ataques desafía las redes sociales

Terror online: la transmisión de ataques desafía las redes sociales

Por Rob Lever
En sus crecientes esfuerzos por utilizar a los medios de comunicación, los jihadistas recurren a sitios de streaming para filmar en directo sus sangrientos ataques, lo que coloca a las redes sociales ante nuevos dilemas.
Una ilustración de esa tendencia de grupos como Estado Islámico (EI) pudo verse el lunes pasado, cuando el autor del asesinato de una pareja de policías en Francia fue mostrando sus acciones en directo en un video que puso durante 13 minutos en Facebook en el cual llamaba a los musulmanes a imitarlo y llevar a cabo otros baños de sangre.
Sitios como Twitter o Facebook, que están promocionando sus nuevas plataformas de difusión de videos en directo, intentan definir mecanismos para impedir que sus redes sean utilizadas para promover la violencia. “El terrorismo y los actos de terrorismo no tienen lugar en Facebook”, insistió un vocero de esa red social al ser interrogado sobre lo sucedido en Francia. “En cuanto se nos avisa sobre la presencia de un contenido terrorista, lo damos de baja lo más rápidamente posible.”
Facebook reconoce los “enormes desafíos” planteados por los videos en streaming. “Es una gran responsabilidad y estamos trabajando duramente para establecer un equilibrio entre poder expresarse y tener una experiencia segura y respetuosa.”
Twitter, cuya aplicación de videos en directo, Periscope, fue utilizada para mostrar un suicidio en Francia y una violación en Estados Unidos, defiende la misma política.
ataques
“No se puede amenazar con actos de terrorismo o promover la violencia, fundamentalmente hacer apología del terrorismo”, dijo un vocero de la red social. Periscope, según sus líneas directrices, “tiene por objeto ser abierto y seguro”, pero rechaza contenidos “crudos”, como “las descripciones de abusos y golpes a chicos o animales”. Las redes sociales insisten en que quieren ayudar a los investigadores, pero se resisten a seleccionar o censurar los contenidos que les llegan por millares.
Mark Wallace, jefe del Counter Extremism Project, un grupo fundado por ex diplomáticos estadounidenses y extranjeros para combatir las ideologías extremistas, opinó que las redes sociales podrían recurrir a los mismos sistemas que correctamente han instrumentado para filtrar imágenes de pornografía infantil a fin de impedir la difusión de otros actos violentos. “Es una cuestión de voluntad, no de tecnología”, dijo Wallace.
Gabriel Weimann, profesor de comunicación en la universidad israelí de Haifa y autor del libro Terrorism in Cyberspace, explica que “para el propio terrorista [los videos en directo] son un medio de glorificación, una recompensa eterna, puesto que puede presentar su causa ante el mundo entero”. Weimann exhortó a las redes sociales a “cooperar más” con las agencias antiterroristas.
Los defensores de las libertades públicas se preguntan sin embargo si los gobiernos deben presionar a las redes sociales para que limiten contenidos protegidos por la Constitución de Estados Unidos.
Las redes sociales “no quieren convertirse en la rama de investigación del gobierno […] Eso no quiere decir que no cooperen, porque tienen los medios para hacerlo”, señaló Sophia Cope, abogada de la asociación Electronic Frontier Foundation.
Hugh Handeyside, de la American Civil Liberties Union, dijo que es muy temprano para saber qué se puede hacer para impedir la difusión de estos videos, y que las redes sociales no deben ser instrumentos de censura utilizados por el gobierno. Decidir cuándo un acto es o no terrorista es una cuestión que a los expertos les resulta difícil determinar, “inevitablemente subjetiva y que dependerá del contexto”, apuntó Handeyside.
LA NACION