¿Evitar el radiopasillo?

¿Evitar el radiopasillo?

Por Karina Salazar
Los rumores emergen en respuesta a situaciones que son muy importantes para los empleados y hay cierta ambigüedad en la información, lo que despierta ansiedad. El primer consejo para evitarlos radica en la claridad del contenido del mensaje. “La forma de minimizar el impacto de la información equivocada que pueda surgir de los rumores tiene que ver con focalizarse en crear comunicaciones claras y abiertas sobre los temas que están causando ansiedad”, afirma Marina Giménez, gerente de Comunicación de IAE Business School y especialista en Comunicación Corporativa.
El radiopasillo es un medio de comunicación dentro de las organizaciones y siempre va a existir. “Uno de los factores proviene de algo que no se comunicó o se hizo de manera distorsionada”, dice Laura Bitocco, gerente General de Hidalgo & Asociados. “El principal método para controlarlo es tener una política de ‘puertas abiertas’. Cuando más y mejor se comunique en el plano formal, menos material quedará para las suposiciones y los rumores”, destaca.
Giménez aconseja prever el quién: una efectiva gestión implica la comunicación cara a cara de los líderes, personas con una alta coherencia en el decir y hacer. Ellos deberían ser los seleccionados para difundir los mensajes.
Luis Giobbio, socio Gerente de Arrive RRHH, aclara que “el problema no está en los otros, en el pasillo. El problema está en el líder, en un estilo de liderazgo deficiente, donde su principal falla es la comunicación”. Y recomienda trabajar haciendo un análisis de cómo se comunica y cuál es la actitud del líder cuando lo hace.
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Acción y reacción
Fernando Cánepa, director de Énfasis Motivation Company, asegura que hay que enfrentar los rumores y dar respuesta. “Habrá cosas de tono formal e informal. Las primeras se canalizan con reuniones, mails o cartelera. El ‘chusmerío’, conversando con pequeños grupos en charlas informales, pero haciendo un uso subliminal de la asimetría, de la autoridad que se detenta”.
Hay que tener en cuenta que los canales de comunicación interna (intranets, newsletters, carteleras) pueden ser usados de forma estratégica, impidiendo nuevos radiopasillos. Si la organización no “habla” de manera planificada a través de canales reconocidos para su voz, aparecerán otras voces y herramientas que hablen por ella.
Giménez apunta que “se debe fomentar un ambiente de diálogo, con espacios abiertos a las consultas, sin temores, que genere confianza y credibilidad. Si un empleado tiene dudas y tiene con quién canalizarlas, es probable que el tema quede resuelto y no se expanda”. No se debe perder de vista el factor tiempo: si un tema inquieta, “quema” dentro de la compañía. La velocidad de ejecución es vital. Si un mensaje es confidencial y debe quedar en el ámbito de los empleados, debe expresarse de manera explícita.
EL CRONISTA