Otro bebe muerto, el mismo horror del Mediterráneo

Otro bebe muerto, el mismo horror del Mediterráneo

En un nuevo intento de convencer a las autoridades europeas de que se hagan cargo del drama de los inmigrantes tras una serie de naufragios en el Mediterráneo, una ONG alemana distribuyó ayer la foto de un bebe ahogado sostenido por un rescatista alemán que dio la vuelta al mundo como la de Aylan Kurdi.
“Tomé el brazo del bebe [para sacarlo del agua] y de inmediato protegí el pequeño cuerpo en mis brazos, como si aún estuviera vivo (…), el sol brillaba en sus ojos inmóviles”, recordó el rescatista de la organización humanitaria Sea-Watch, que operaba un barco de rescate en el mar entre Libia e Italia.
“Hace sólo seis horas este niño estaba vivo”, agregó el rescatista.
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El bebe, que parece no ser mayor de un año, fue sacado del mar el viernes tras naufragar el barco de madera en el que viajaba junto a otros cientos de inmigrantes. El bote salió de Libia cerca de la ciudad de Sabratha el jueves en la noche, posteriormente empezó a inundarse y zozobró, según relataron los sobrevivientes.
Al puerto italiano de Reggio Calabria llegaron 45 cuerpos anteayer, transportados por un barco de la marina italiana que rescató a 135 sobrevivientes del mismo incidente.
Así como la fotografía del niño sirio de tres años Aylan, tendido sin vida en una playa turca el año pasado, la imagen del pequeño le pone un rostro humano a la tragedia de más de 8000 personas muertas en el Mediterráneo desde comienzos de 2014.
No se sabe mucho acerca del pequeño, que, según información de Sea-Watch, fue entregado inmediatamente a la marina italiana. Los rescatistas no pudieron determinar si era varón o mujer y tampoco se sabe si su padre o su madre estaban entre los sobrevivientes.
Al menos 700 personas habrían muerto en el mar en la última semana, cuando se registró el mayor número de cruces de embarcaciones de inmigrantes entre Libia e Italia de este año, según indicó anteayer la Acnur, la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados.
LA NACION