Olarticoechea: “Se festejó como si fuera un campeonato”

Olarticoechea: “Se festejó como si fuera un campeonato”

Por Juan Patricio Balbi Vignolo
Inglaterra, cuartos de final de un Mundial, la Guerra de Malvinas tan reciente… ¿No fue un partido demasiado especial?
Tanto para el grupo como para los hinchas y para el país, era una auténtica final. Y nosotros lo tomamos como tal. Sabíamos que estaban todos detrás de eso. Fue un partido distinto de los demás, más que nada en cuanto a ansiedad y ganas de jugarlo. Me acuerdo de que nosotros normalmente salíamos para el estadio a las nueve de la mañana? pero ese día media hora antes estábamos en el patio ya prestos para salir de la ansiedad que teníamos.
¿Cómo vivían ese clima?
Para nosotros era darle una alegría a la gente a través del fútbol. Sin dudas era el rival a vencer y se le ganó con un Diego magistral, con un gol con la mano y el mejor gol de los mundiales? si había un rival contra el que lograr todo eso era Inglaterra. Fue muy especial y, sacando la final, fue el que más sentí y viví.
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¿Qué les pidió Bilardo?
Nos insistía muchísimo en la parte táctica. Fiel a su estilo, lleno de detalles. Lo normal para él. Pero el grupo sabía que pasando ese partido íbamos a sentirnos campeones. Era el empujón final que nos faltaba. Estábamos muy bien y faltaba eso. La victoria nos potenció anímica, mental y futbolísticamente. Tomamos mucha confianza y a partir de ahí no podíamos perder contra nadie.
-¿Cuáles son las cosas que más recordás?
Y? el momento de los himnos en un Mundial es tremendo. Ahí hacés un repaso de imágenes mentales de todo lo que estás viviendo y de todo lo que vive tu familia. Eso te potencia, el himno logra eso. Después, del partido recuerdo que fue bien jugado, no hubo patadas ni codazos? fue un partido de fútbol normal, pero por dentro teníamos algo distinto en la cabeza. Sentíamos algo fuera de lo normal, no se nos podía escapar. Así fue, lo jugamos como una final. Todo lo que venía iba a ser yapa.
En el final sucede algo increíble, que te tiene como protagonista?
Sí, los memoriosos se acuerdan. Fue una situación muy rápida, que tal vez pasó inadvertida. Pero viéndola bien, con cámaras del costado, fue increíble. Yo la bauticé “La nuca de Dios”, ja, ja. Inglaterra empezó a presionarnos cuando entró John Barnes por izquierda. Él tiró el centro del gol y la segunda jugada fue muy parecida. Me anticipé a Gary Lineker porque el tipo se me tiró encima y era el empate. Fue increíble, no sé cómo la saqué. Atiné a despejarla y por eso hice el gesto del nucazo. Caí dentro del arco y no sabía qué había pasado? cuando miré y estaba afuera fue un alivio.
¿Cómo se vivió el festejo en el vestuario?
Se festejó como un campeonato. Yo me acuerdo de que me largué a llorar no bien entré a las duchas. Vino Valdano y me acarició la cabeza, pensando que yo lloraba de alegría. Pero yo tenía muchas situaciones encima. Mi viejo, que había fallecido un año atrás; mi tío Ricardo, con quien yo viví en Wilde cuando vine de chico, había fallecido justo en el Mundial, un mejor amigo también? se me juntaron muchas cosas que me hicieron explotar. Fue un desahogo en todo sentido.
Maradona tuvo un nivel superlativo, pero no ganó solo el Mundial.
Nos tocó el mejor Maradona, pero a él le tocó un grupo muy fuerte. La característica central era que casi todos éramos capitanes en nuestros equipos. Teníamos mucha personalidad, cabeza fuerte y buen juego. Eso fue fundamental. Y después prácticamente el equipo se fue armando solo. Quedamos bajo la táctica de dos volantes mixtos por afuera y Valdano solo arriba. Terminó siendo un 3-6-1. No les dábamos referencia a los rivales porque teníamos a cualquiera apareciendo por cualquier lado. Es más: Cucciufo aparece en la final como wing derecho y también asiste a Diego contra Bélgica. Teníamos muchas variantes y a los europeos no les dábamos referencias, así los complicábamos. Pero fuimos siempre fuertes y a partir del partido contra Inglaterra sabíamos que no podíamos perder más.
LA NACION