Messi y los efectos que provoca la frase de Maradona

Messi y los efectos que provoca la frase de Maradona

Por Christian Lebledijian
Pelé: –¿Conocés personalmente a Messi?
Maradona: –Sí. Pelé: –¿Y es buena persona?
Maradona: –Sí, es buena persona. Pero no tiene personalidad… No tiene mucha personalidad como para ser líder.
Pelé: –Entiendo. No es como teníamos muchos en nuestra época.
El diálogo se dio jueves, en la víspera de la Eurocopa, en París, donde ambos se presentaron como técnicos en el “Partido de la Amistad’’, una exhibición de 30 minutos escenificada por una marca suiza de relojes. Diego no sabía que sus micrófonos estaban abiertos, pero no por eso la frase tuvo menos peso. Por lo que dijo y a quién se lo dijo. El tema es la cantidad de disparadores que generó justo un día antes de que Lionel Messi vuelva a jugar en la selección, ante Panamá, en la Copa América Centenario de Estados Unidos. En nuestro país, el debate se trasladó a un taxi, a un bar, a una redacción. ¿Tiene razón Maradona? ¿Le falta a Leo ese plus o –en realidad– asume otro tipo de liderazgo? ¿El contagio que aportaba Diego era mayor? ¿Cómo lo demuestra Messi? ¿Es lo que le falta para terminar de ganarse al hincha? La comparación entre ambos, ¿a quién favorece? ¿Los jugadores de antes tenían más personalidad que los de ahora, como dijo Pelé? ¿Necesita Messi ser campeón del mundo para sentirse pleno y coronar su reinado sin oposición?
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Messi, desde sus aptitudes técnicas y futbolísticas, es incuestionable. Es el mejor jugador del mundo, pero no termina de ser lo suficientemente determinante en celeste y blanco para generar unanimidad. Y esta apreciación de Maradona justo se da después de que Arturo Vidal, referente de Chile, dijera que una selección argentina sin Messi les hizo más fuerza que con Leo jugando.
¿No se esfuerza Messi para jugar en la selección? Sí, claro. Lo comprobó en el último viaje previo a la Copa América para jugar el amistoso contra Honduras, sabiendo que debía volver a España y luego ir a Estados Unidos. ¿Y desde lo táctico? También. El mejor ejemplo fue cómo lo convenció Alejandro Sabella para disputar con otro estilo la parte final del Mundial 2014. Nunca se lo vio como lo hizo en el triunfo ante Bélgica, en Brasilia, más disfrazado de Juan Román Riquelme, jugando con el cuerpo para ganar infracciones, aportando más pausa que explosión. A la vista de todos, no fue el 10 de siempre. Messi fue quien más pases erró en el equipo (cuatro), remató apenas cuatro veces al arco y fue el jugador argentino que más faltas cometió: cuatro. Biglia hizo tres y Mascherano, una, en un conjunto con sólo 11 infracciones. Pero Messi jugó un partidazo. En otro rol, es cierto.
También mostró personalidad para él solo ganar los partidos ante Bosnia, irán y Nigeria, en la etapa de grupos, con goles decisivos, únicos. ¿Qué le puede jugar en contra? Que en las últimas dos finales, ante Alemania y Chile, fue un jugador terrenal. No hizo la diferencia que él está acostumbrado a marcar.
Maradona confiaba en Leo, hasta lo nombró capitán cuando fue DT de la selección. ¿Entonces? ¿Qué tipo de “personalidad” le reclama? La del caudillo que grita, que gesticula, que se carga el equipo al hombro en los momentos más adversos; que rescata a compañeros desde lo motivacional, que los reactiva, los potencia y los hace mejores. Ahí es donde Messi demuestra otras características a las de Diego, con una personalidad más introvertida. incluso puede desaparecer de los partidos con lagunas que pueden durar veinte o treinta minutos, como sucedió en la final de la Copa América 2015 en Chile. Maradona hablaba y no tenía problemas en contradecirse con diferencia de días. Messi prefiere mantener el perfil bajo y se expresa por Facebook.
La falta de personalidad de Messi también se nota en que nadie dentro de la selección se anima a cruzar la puerta de esa “zona gris” que es motivo de discusiones y debates desde hace tiempo. Ni los cuerpos técnicos que lo tuvieron en la selección mayor, ni sus compañeros más cercanos. Se lo trata de proteger, pero no se va hasta el fondo desde el rendimiento futbolístico colectivo que nunca termina de definirse. ¿Messi necesita que le den más la pelota o, por el contrario, quitarle presión para que el equipo no dependa tanto de él? Messi juega con amigos que hace años lo cobijan con la camiseta celeste y blanca, pero… ¿Son ellos quienes mejor lo rodean desde las características y el entendimiento que Leo necesita? Si alguno llegó a preguntarse esto, nadie sigue siendo capaz de responderlo.
En lugar de que la frase de Maradona genere ruidos dentro del plantel argentino por la forma en que se generó, quizás sirva para que la selección, de una vez por todas, cruce barreras y responda internamente inquietudes que se observan desde la tribuna. Porque, mientras tanto, se habla –en parte– de falta de suerte y, además, se suman kilos a la presión de una mochila que ya lleva un peso de 23 años sin dar una vuelta olímpica con la selección.
LA NACION