García Márquez, inmortal, descansa en Cartagena

García Márquez, inmortal, descansa en Cartagena

Por Silvina Premat
“Eternamente bienvenido, Gabriel García Márquez.” Fueron las palabras finales de la locutora que ayer condujo el acto en la Universidad de Cartagena, en Colombia, durante el que se dejó inaugurado el monumento que guarda las cenizas del premio Nobel de Literatura colombiano.
Un simple busto en bronce del autor de Cien años de soledad sobre un sencillo pedestal que contiene sus cenizas fue descubierto el 22 de mayo en el patio de esa casa de estudios. El acto, en el que hasta último momento se esperó la asistencia del presidente de la república, Juan Manuel Santos, fue encabezado por la viuda del Nobel de Literatura 1982, Mercedes Barcha, y sus hijos Rodrigo y Gonzalo.
El patio del claustro de La Merced, a metros de la casa donde vivió García Márquez, fue ambientado con grandes mariposas de papel en los árboles y flores naturales rodeando el monumento. Todo en amarillo, el color preferido del escritor. En cambio, los familiares de García Márquez y buena parte de los 400 privilegiados invitados se presentaron vestidos de blanco.
“No estamos aquí para participar en un ritual de exequias. Esto es una reunión de amigos y los amigos verdaderos nunca desaparecen, menos aún si se trata, como en este caso, de un amigo inmortal. Esto no es un homenaje a la muerte, es un homenaje a la vida”, dijo su amigo el periodista y escritor Juan Gosseaín. Y contó luego que Gabo le había dicho en una oportunidad: “La gente sabe que a mí me gusta vivir en Cartagena, pero más me gustaría que un día me entierren en Cartagena”.
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Las cenizas fueron trasladadas a esa ciudad a orillas del mar caribeño, declarada Patrimonio de la Humanidad, desde México, donde vivió García Márquez y murió, a los 87 años, el 17 de abril de 2014.
Durante el acto en la Universidad de Cartagena, donde el gran maestro del realismo mágico latinoamericano inició y abandonó sus estudios de abogacía, uno de sus nietos, Mateo, leyó el capítulo 6 de Vivir para contarla.
En nombre del gobierno, habló la viceministra de Educación Superior, Natalia Ariza. El rector de esa universidad, Edgar Parra, proyectó el significado de la ceremonia así: “Nuestra casa tendrá un motivo más para seguir creciendo en su misión. Aquí no tendremos al Gabo fallecido, sino al Gabo vivo”.
Hubo música clásica, a cargo de la orquesta filarmónica de esa casa de estudios, y vallenato, interpretado por el cantante Adolfo Pacheco y su grupo. Tocaron dos temas muy queridos por García Márquez.
También llegó a Cartagena la escultora británica Kate Murray. Amiga de la familia García Barcha, realizó el busto del autor de Hojarasca que quedó emplazado sobre un pedestal de concreto encima de una superficie vidriada que permite ver un aljibe de tres siglos atrás hallado inesperadamente durante los trabajos para cumplir con este homenaje.
“Es un honor que la ciudad de Cartagena organice un evento así. Estamos muy felices”, declaró ayer Gonzalo García Barcha, que llegó hace unos días a Colombia desde Francia. El hijo del escritor lamentó que no “todos los que querían venir lo pudieran hacer”, en referencia a su propio hijo, que debió permanecer en París preparando un examen. Tampoco participaron los hermanos de García Márquez que viven en Colombia, quienes se excusaron por razones de salud.
La idea de llevar las cenizas del escritor y periodista a Cartagena fue de su esposa y de sus hijos. Fue comunicada a la universidad a mediados del año pasado. Tras su aceptación por el consejo superior académico, se comunicó que el acto formal se haría el 12 de diciembre de 2015. El hallazgo de aquel aljibe demoró las obras, que costaron unos 500 millones de pesos locales. Se dijo entonces que la nueva fecha sería el 6 de marzo último, en coincidencia con los 89 años de su nacimiento.
LA NACION