21 Jun Cuando el protagonista muere, pero su película logra sobrevivir
Por Natalia Trzenko
La tragedia de la muerte de una persona joven en un absurdo accidente es difícil de comprender y procesar. El desconcierto es tal alrededor de la muerte de Anton Yelchin, el actor de 27 años que falleció anteayer en un extraño accidente con su auto, que, en las redes sociales, las teorías acerca de que su muerte era responsabilidad del modelo defectuoso de camioneta que manejaba se alternaban con las muestras de tristeza y desconcierto de compañeros de elenco, como John Cho y Karl Urban (Star Trek), y directores, como Guillermo del Toro.
A medida que el tiempo pase y el accidente en el que perdió la vida se aclare, todos querrán recordarlo viendo su trabajo en la pantalla. Un extenso legado de películas, series y proyectos que ante su muerte tendrán que lidiar con el hecho de seguir adelante sin él. En el caso de Yelchin, aunque la nueva Star Trek ya está terminada (tiene fecha de estreno local para el 1° de septiembre), las series que protagonizaba, como Trollhunters (Netflix planeaba lanzarla en diciembre) y Mr. Mercedes, ya no serán las mismas. Algo con lo que Hollywood, aunque no quiera, sabe bien cómo lidiar.
Heath Ledger
Cuando murió por una sobredosis accidental de analgésicos y pastillas para dormir, el australiano se tomaba unos días de descanso del rodaje de El imaginario mundo del doctor Parnassus, donde compartía la pantalla con Christopher Plummer. La solución a la que tuvo que recurrir el director Terry Gilliam para seguir adelante con su película fue pedirles a sus amigos Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell que se dividieran las escenas del personaje de Ledger .
Philip Seymour Hoffman
A riesgo de parecer insensibles, los productores de Hollywood no suelen darse el lujo de hacer un duelo prolongado cuando muere alguna de sus estrellas. Así les sucedió a los responsables de la saga de Los juegos del hambre, que, ante la noticia del fallecimiento de Hoffman y habiendo ya filmado la mayor parte de las escenas del actor en las dos últimas películas de la saga, decidieron modificar algunas secuencias y diálogos, que pasaron de su Plutarch Heavensbee a Alma Coin, interpretada por Julianne Moore. Reemplazarlo por otro actor nunca estuvo en sus planes, pero sí fue lo que tuvieron que hacer los productores de Happyish, la serie cuyo piloto el intérprete había grabado pocos meses antes de su muerte. Decididos a continuar a pesar de haber perdido a su protagonista, los responsables de la serie contrataron al comediante británico Steve Coogan para que ocupara el lugar de Hoffman. La estrategia no funcionó: la serie fue cancelada tras diez episodios.
Paul Walker
La tragedia y la ironía se cruzaron cuando murió el actor de Rápido y furioso. Su muerte ocurrió a bordo de un auto de lujo diseñado para alcanzar grandes velocidades como los que manejaba el actor en la serie de películas de la saga tuerca, pero sin la protección del equipo y de la ficción. Walker falleció cuando aún le faltaban filmar varias escenas de Rápidos y furiosos 7. A modo de homenaje, y para darle continuidad a la historia, sus productores decidieron que Brian O’Conner, el personaje de Walker, seguiría siendo parte de la trama y para eso utilizaron tecnología avanzada. Después de meses de duelo, el rodaje se reanudó con los hermanos del actor poniéndoles el cuerpo a muchas escenas, a las que luego, por animación digital, se les superpuso el rostro de Walker. Una técnica que, de modo más rudimentario, ya habían probado los productores de Gladiador, cuando Oliver Reed falleció en medio del rodaje, y los de El cuervo, al tiempo que su protagonista, Jason Lee, murió por un disparo que recibió de manera accidental en una de las escenas de la película.
LA NACIÓN