Ciudad del Cabo: la encantadora

Ciudad del Cabo: la encantadora

Por Tomás Natiello
La experiencia Ciudad del Cabo empieza en el avión, unos minutos antes de aterrizar en el Cape Town International Airport. Desde el aire, se obtiene un primer panorama de alto impacto: una ciudad enmarcada por interminables montañas, cuyos picos se desdibujan entre las nubes, grandes extensiones de playa y onduladas bahías para perderse en largas caminatas.
Desde las alturas ya se vislumbra una de las principales atracciones turísticas de la ciudad: Table Mountain (Cerro Mesa), de 1.807 metros. Situada a 15 minutos en auto desde el centro, esta montaña se encuentra en el corazón de un Parque Nacional que alberga más de 2.280 especies de plantas. Una vez que se llega al parque, lo mejor es optar por subir a la cima en un moderno teleférico que en sólo dos minutos deposita a los visitantes en un mirador desde el que se aprecia la Ciudad, el océano Atlántico y muchos otros atractivos.
Entre sus vistas, hacia el noroeste se destaca la silueta de la isla Robben, en la que durante parte del siglo XX funcionó una prisión de detenidos políticos por el régimen del apartheid, donde estuvo preso Nelson Mandela durante 20 años. Hoy, habiendo sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, esta isla situada a 12 kilómetros de Ciudad del Cabo es un popular destino turístico al cual se llega a través de un ferry que parte del complejo portuario Victoria and Alfred Waterfront.
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Otro de los sitios más importantes de esta metrópoli es, justamente, su complejo portuario, que posee entretenimientos para todos los gustos: más de 250 negocios, restaurantes, pubs, hoteles de lujo, cines y shoppings. Entre sus tiendas, es posible comprar sofisticados souvenirs, como vinos de las bodegas más prestigiosas de Sudáfrica, joyerías con diseños autóctonos y las típicas esculturas de madera tallada por los artesanos más famosos de la Ciudad.
Para hacer una parada gourmet, uno de los salones más recomendables es el Hildebrand Restaurant, famoso por sus cócteles frutales y sus platos de estación elaborados con productos frescos. Asimismo, desde el puerto es posible emprender una travesía en helicóptero sobre el océano y las extensas playas.

Descubriendo la Ciudad
Cerca de allí, el “casco antiguo” de Ciudad del Cabo es en verdad la amalgama perfecta entre sus edificios históricos y las construcciones súper modernas que se levantan en el corazón de esta urbe. Allí, es menester visitar el Castillo Good Hope, un fuerte construido en el siglo XVII que testimonia relatos claves de la época de la colonización inglesa.
En 1936, fue declarado monumento nacional y después de los trabajos de restauración realizados en los años ’80 es considerado el ejemplo mejor conservado de una fortaleza de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales. También en el centro de la Ciudad se encuentran el City Hall y sus campanarios, que data de 1905; la Galería Nacional de Arte Sudafricano, cuya colección también incluye importantes obras europeas; y los edificios gubernamentales más importantes del país.
Asimismo, a pocas cuadras del centro, se encuentra el sitio perfecto para un paseo de estilo bohemio: Bo-Kaap, un barrio de calles empedradas con casitas bajas y coloridas enmarcadas por las montañas. Otro lugar imperdible para conocer durante un viaje a esta ciudad es False Bay, una ensenada natural entre los océanos Atlántico e Índico formada por los Cabos Hangklip y la Península del Cabo.
Entre imponentes acantilados, la naturaleza aún encuentra su máxima expresión en esta bahía que permanece casi ajena a la intervención humana. Es un lugar paradisíaco para practicar deportes de playa y realizar un paseo tranquilo, visitando las poblaciones costeras y sus restaurantes de mariscos en los que ofrecen platos regionales a partir de materia prima fresca y de primera calidad.
Con respecto a las playas, si bien en Clifton y Camps Bay se encuentran las más atractivas tanto por sus paisajes como por la oferta de bares y entretenimiento, Muizenberg y St. James tienen playas de agua más cálida para aquellos que no conciben un día sin revolcarse entre las olas.
Por último, para aquellos viajeros que disfrutan de comprar souvenirs típicos, el mercado Constantia Craft de la calle Main Road, en Alphen Centre, es especialmente famoso por sus artesanías, indumentaria y productos regionales. Por su parte, el mercado Country Craft, situado sobre la misma calle, es un lugar imperdible para los amantes del vino, ya que ostenta una cantidad y variedad más que interesante de etiquetas del mundo.
Con todo esto, Ciudad del Cabo es un destino para turistas de todos los perfiles y de todas las edades. Una ciudad donde el entretenimiento y la belleza natural no descansan jamás.
EL CRONISTA