22 May X-Men Apocalipsis: el despertar de un dios dormido
Por Adriana Santagati
2016 podría ser el año de los superhéroes: el duelo Batman versus Superman, la interna de Vengadores en Capitán América: Civil War, el humor de Deadpool. Y mañana se suma a la cartelera el nuevo episodio de una de las sagas más famosas: X-Men: Apocalipsis. En ella, el universo de los mutantes se sitúa en la década del 80, con un Magneto que intenta encauzar su vida y es arrastrado al mal por un falso dios que permaneció dormido por siglos y que ahora despierta para arrasarlo todo. Pero enfrente está el profesor Charles Xavier y un grupo de alumnos de su Escuela para Jóvenes Talentos, los futuros X-Men. La acción está garantizada.
Detrás de X-Men: Apocalipsis está otra vez Bryan Singer, responsable de las dos primeras películas de la saga, a la que volvió en 2014 con X-Men: Días del futuro pasado. Conocedor como pocos de la saga de Marvel, el director estadounidense habló con Clarín en Londres, antes de la première del filme, sobre las complejidades del universo X-Men.
¿Será ésta su última película de X-Men?
No. No tengo planes específicos para hacer una nueva, pero no creo que nunca abandone el universo X-Men. Me gusta mucho, me gustan los personajes, el elenco, es gente con la que me gusta trabajar. Amo el universo X-Men, me enamoré de él hace casi 20 años y es difícil decir “ya está para mí”.
¿Qué podemos esperar del futuro de los X-Men?
Nada de lo que pueda hablar específicamente, pero empezamos a hablar de qué maneras podríamos incorporar otras franquicias de Marvel a Fox. Hay posibilidades de hacer cruces, demostramos que podés tener otros futuros, otros pasados, viajes en el tiempo que quizás no existen en los libros de comics y que abren toda clase de posibilidades. Días del futuro pasado y Apocalipsis lo hicieron. Todo es posible.
Cuando estrenó la primera película hace 16 años, ¿soñó que podía llegar tan lejos?
No, no soñé esto. Pero sí tuve largas y profundas conversaciones con Ian McKellen y Patrick Stewart sobre los orígenes de los personajes, así que cuando años después le propuse X-Men: Primera Generación al estudio fue mi manera de contar esa historia.
Hay mucho subtexto en sus películas, ¿es una de las claves del éxito, que la gente no va sólo por las escenas de acción?
Ruego que sí. Pero lo dije cuando hice X-Men 1 y sigo diciendo lo mismo: para mí éstas son películas. Están basadas en un universo de comics increíbles, pero antes que nada son películas. Con historias y personajes ricos, pero por encima de eso, acción y espectáculo.
¿Cuál es la particularidad de esta saga en el mundo de los comics?
Básicamente, los temas sobre los que X-Men habla: el miedo a lo desconocido, a lo que no podemos entender. Apocalipsis no hace una distinción entre mutantes y humanos, no importa. Los personajes viven en un mundo con gente con sus poderes, y eso los diferencia de todo lo demás. Hay un solo Batman, un solo Capitán América, un solo Superman, pero hay muchos mutantes. Pueden ser millones, están a nuestro alrededor, nos protegen, son héroes y villanos. Eso es sorprendente.
Hablando sobre los personajes, este episodio marca el debut de Apocalipsis, un mutante que se creía dios y que permaneció dormido desde el Antiguo Egipto. Fortuitamente despierta en 1983 y descubre un mundo contaminado, consumista, que él querrá limpiar a su manera. Para eso reclutará a otros mutantes para que lo secunden. Y, entre ellos, está Magneto.
“Magneto no es un personaje malo en su interior: lo que le ocurre le hace volverse realmente malo. Hay algo trágico en este personaje, en un sentido shakesperiano. Hizo el viaje más profundo que un personaje puede hacer (ver aparte). Pero también hay un viaje muy fuerte de los personajes de Jennifer Lawrence y James McAvoy, porque tienen dos ideologías opuestas de cómo se mueve el mundo, y ese viaje tiene que ver con la formación de los X-Men”, analiza el director.
Singer revela que la elección del alemán Michael Fassbender para interpretar al villano fue resistida por el estudio. “No lo veían tan joven como el elenco que estaba audicionando. Y yo les dije ‘No, vamos a estar llenos de gente joven. Este tipo hizo una lectura maravillosa, es él, está metido en Magneto. Hubo una real discusión y la gané. Fue una de mis persuasiones más grandes: el estudio me dejó tomarle el casting y fue una de las mejores cosas que hicimos. Es un actor excepcional y es muy divertido trabajar con él”, cuenta el director.
¿Y con Apocalipsis? ¿Cuál fue el desafío más grande con este personaje?
Encontrar al actor correcto, el traje y la voz. Tenía que encontrar a un actor que pudiera interpretar un mutante que había existido a través de la historia y de varias culturas. Más allá del maquillaje, la estructura del rostro de Oscar (Isaac) era étnicamente global para mí. Y también su voz, hicimos algo único: lo grabamos usando un micrófono estándar, pero también con un micrófono de bajos en la mejilla derecha y uno de bajos de batería en la izquierda. Esto me permitió tomar un rango vocal de su voz que el oído humano no puede oír. Usamos esos diferentes rangos vocales para diferentes momentos de la película, diseñando su voz en el montaje. Oscar, además, trajo mucho interés en el personaje. Juntos estudiamos religiones y cultos, ayudó a entender cómo Apocalipsis cree que es un dios y cómo se comporta.
Otro viejo conocido tiene una breve pero determinante aparición: Wolverine. “Vi todas las películas de Wolverine y traté de respetar sus líneas de tiempo, para asegurarme que hubiera una sinergia y que todos los personajes pudieran existir. Wolverine es un personaje que atraviesa varios períodos: en esta película, está en la forma más pura en que lo hayas visto y no lo vas a volver a ver en ninguna otra igual”, afirma Singer.
¿Es difícil manejar tantos personajes en una historia?
Es una de mis habilidades. Es divertido para mí, es algo que empezó con Los sospechosos de siempre. Entender la idea de que hay una historia centralizada y personajes, y asegurarme de que todos tengan su momento.
Justamente con Los sospechosos de siempre (1995) Singer comenzó a llamar la atención en Hollywood. Luego llegaron la saga X-Men, Operación Valkiria (con Tom Cruise) y Superman: El regreso, entre una decena de películas. Ahora, su próximo objetivo es la adaptación de un clásico de Julio Verne, 20.000 leguas de viaje submarino. “Es en lo que me estoy enfocando. Una gran historia, a la que le agregamos algunos personajes y drama que no estaban en el relato de Verne. Es futurista, más de ciencia ficción que de época, aunque está ambientada en 1870. Va a haber mucha acción y aventura, debajo y sobre el océano”, promete. Quizás, luego, venga otra X-Men: “Puede ser, dependerá de qué esté haciendo”.
¿Qué le parecieron las referencias de X-Men en “Deadpool”?
La vi con una audiencia de testeo, antes de que estuviera terminada, y me reí tanto que no podía parar. Me reí con cada gag de los X-Men y la jefa del estudio vino a ver si estaba ofendido. ‘¿Estás bromeando?’, le dije. ‘¡Es la película más divertida!’. Y Ryan (Reynolds) me encantó. No me sorprende su éxito.
¿Por dónde recomendaría que empezara X-Men a alguien que no vio ninguna de las películas?
Miraría X-Men 1, X-Men 2, Primera generación, Días del futuro pasado y luego ésta. No es una trilogía… Es una X-ología.
Y después de todos estos años, ¿cuál es su X-Men favorito?
Profesor X, definitivamente. Es el corazón de los X-Men, lo bueno para los que tienen dones, lo que los X-Men son. Soy el chico Profesor X.
Magneto y Apocalisis: villanos sin lecturas políticas
Una de las escenas más impactantes de X-Men Apocalipsis es la que lleva otra vez al villano Magneto a Auschwitz. El dolor desatará su furia, y destruirá el campo de concentración símbolo del horror nazi. “Uno se pregunta dónde estaba Dios cuándo toda esta gente murió. Pero mis sentimientos sobre la religión son complicados, de manera que para mí la escena es sobre una víctima real del Holocausto. Puedo reclamar que perdí familia en el Holocausto, pero fue familia lejana. Nunca puedo identificarme con eso, puedo simpatizar, pero no empatizar. Al contar la historia, busqué cuál era el lugar más bajo al que pudiera llevar a este personaje, a su desesperación. Lo tenía que llevar a Auschwitz, el lugar dónde todo empezó y él descubre por primera vez su poder”, explica el director.
Singer también rechaza lecturas políticas en la construcción de Apocalipsis, que se caracteriza por el modo en que influye a la gente: todas condiciones que podrían usarse para describir a un político. ¿Quiso dar un mensaje a través de ese personaje, en el contexto de la elección crucial que vive su país? “No, cuando diseñamos el personaje la elección no existía. Está más basado en un falso dios que en un político”.
CLARIN