24 May Rosario crece, esta es la realidad centro-norte provincial
Tres chicos con desnutrición grave desnudaron la ausencia del Estado
Por Gustavo Capeletti
A mediados de la semana pasada y con la mitad del peso normal para su edad, ingresaron al Hospital de Reconquista tres hermanitos de 4, 7 y 8 años del barrio Luján de Reconquista. Fueron trasladados por personal de la Dipaes desde el dispensario de barrio Itatí (cercano a su vivienda) en grave estado de desnutrición.
El informe de situación del Nodo de Salud dio cuenta del ingreso al servicio de Pediatría, derivados del Caps de barrio Itatí, de tres niños de 4, 8 y 9 años de edad (dos niñas y un niño). El diagnóstico presuntivo informado el jueves fue piodermitis, desnutrición grave y riesgo social agravado y actualmente se encuentran bajo tratamiento y estables.
El nene de 9 años debería estar entre 35 y 40 kilos, pero apenas pesa 19; su hermana menor tiene 15 kilos, cuando lo ideal a esa edad son 25; la más chica, de tan sólo 4 años, registra un peso de 9,700 kilos, contra los 18 kilos necesarios para su desarrollo armónico. Este lunes se encontraban estables, y permanecían internados.
El caso puso al desnudo la ausencia total de los controles del Estado provincial en todas sus áreas, puesto que el cuadro de salud de los menores, se agravó al punto de implicar riesgo de muerte sin que mediare ningún alerta previa, ninguna visita al domicilio donde vivían confinados por sus abuelos en condiciones infrahumanas.
No hubo funcionario ni equipo que detectara a tiempo el complejo cuadro sanitario y social que envolvía la vida de estos inocentes, huérfanos de padre y madre. Ni siquiera el hecho de que hacía un año que no asistían a la escuela (porque sus cuidadores se lo impedían) llamó la atención de las autoridades, en lo que claramente deja de ser irresponsabilidad para transformarse en desidia.
Fallas
El coordinador Regional del Ministerio de Salud, bioquímico Raúl Medina, admitió las fallas en los resortes más elementales del Estado y responsabilizó por haber llegado tarde a este caso al “Ministerio de Salud, al municipio local, a la Subsecretaría de la Niñez de la provincia y al Ministerio de Educación; es responsabilidad de todos”.
Relató que el año pasado falleció la madre, “lo que complicó aún más la situación de los menores” y precisó que “fue el centro de salud (del barrio Itatí) el que pidió que intervenga la Subsecretaría de la Niñez”. En tanto, sostuvo que “hasta fines de 2015 prácticamente estaban los controles, después no y por eso se pidió que actúe la Justicia”.
Medina agregó que “hace varios años se trabaja con esa familia en riesgo, avances y retrocesos, pero no me quiero sacar el lazo: evidentemente acá hubo fallas y llegamos tarde. Tenemos que velar y trabajar para que estos chicos salgan adelante lo más rápido posible y evaluar el trabajo conjunto y ver por qué nos demoramos tanto en tomar esta medida”.
Consultado por los demás hermanos de los internados que viven en la misma casa, aseguró que “ya han tenido algún control, inclusive en el hospital, aunque no se encuentran en la misma situación como los que están internados”.
Con un tenedor
Respecto del cuadro de salud de los tres hermanitos, el doctor Nito Mansur, jefe del servicio de Pediatría del nosocomio central del Nodo 1, indicó que existe “una desnutrición severa con secuelas neurológicas de pronóstico reservado, con trastorno psicológico. Los niños tienen un compromiso orgánico, psicológico y neurológico de desnutrición. Recuperar la parte nutricional va a llevar mucho tiempo, pero no se puede saber aún las secuelas neurológicas”.
El prestigioso pediatra ahondó sus declaraciones al decir: “Les quiero hablar desde el corazón, desde hace mucho tiempo venimos diciendo que el norte necesita una salud de calidad. Nos están mandando a la guerra con un tenedor”.
En ese tono, denunció que “todo lo que se hace acá es por puro esfuerzo de los médicos, enfermeros y de nuestro personal. No tenemos equipo de desnutrición, de salud mental, no tenemos herramientas para esto”.
Mansur añadió que “yo no creo que sea por mala fe, pero estamos trabajando en compartimentos estancos, todos sabemos que necesitamos trabajar juntos y coordinados y eso no se está dando. Hace más de un año que los chicos no van a la escuela”.
Abandono
El jefe de Pediatría del hospital ,Alejando Mansur, destacó que “nos encontramos con pacientes sumamente desnutridos, con riesgo de vida y con un abandono familiar completo. Hoy los chicos no salen de su patología crónica, pero por lo menos están estabilizados. Estos chicos van a estar bien de su patología aguda, pero si los reinsertamos en la sociedad sin corregir su problema de base, estos chicos corren riesgo de morir todos. Y cuando digo todos, son estos tres más algunos que todavía están en la calle y en la familia, y que hay que encontrarlos y tomar una medida que ya excede a nuestro trabajo médico”.
El pediatra también relató el calvario que vivían estas criaturas porque “aparentemente había como una situación de cárcel” y que “la abuela los tenía presos dentro del domicilio”. Entre otras cosas “no los dejaban ir al colegio, y uno se daba cuenta porque no se los veía en la calle, no comían, no se bañaban, como que estaban escondidos, por eso no se destapó este problema anteriormente”.
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