18 May Necesito liberar la mente; ahora mi meta es Río 2016
Por Manu Ginóbili
Por ahora no hablé con nadie, no me junté con nadie… Recién terminó. Ahora lo que ocupa mi mente es descongestionar todo. Necesito liberar la mente, digerir y después de un par de semanas voy a ponerme nuevos objetivos. De todas maneras, ahora mi meta principal es la de los Juegos Olímpicos. Es tiempo de relajarme. No hay otra cosa antes, y del seleccionado me ocuparé después. Supongo que dentro de un par de semanas voy a pensar más sobre mi futuro. Seguramente voy a sentarme con Pop, con Tim y con algunos de mis compañeros para charlar un poco. Ahí veremos cuáles son los objetivos y si algo va a cambiar o no. Todavía es temprano como para verlo.
No dependerá mi determinación de lo que hagan mis compañeros, ni nada parecido. Pero quiero saber cuál es el plan, qué quiere hacer el equipo y qué Pop… Eso no va a definir mi idea, pero necesito saber, para aclarar toda la situación. No sé qué voy a hacer, pero tengo claro que si decido retirarme no será por falta de trabajo, sino porque lo creeré oportuno. Tengo la suerte -porque no siempre sucede que uno puede decir cuándo hacerlo- de que tengo la opción de elegir. Es verdad que existe la posibilidad de continuar un año, pero todavía no tengo resuelto qué voy a hacer. De todas formas, esto último tampoco será la razón para decidir nada. Voy a tomarme el tiempo que entienda necesario.
En este período pienso en cómo se dieron las cosas este año. Fue una temporada espectacular durante gran parte del tiempo, pero tuvimos una mala serie contra Oklahoma City y quedamos eliminados. Eso sucede cuando no se juega bien en los momentos en que es necesario hacerlo. Así y todo, fue una serie muy pareja, con tres partidos que se resolvieron muy sobre el final y que podrían haber ido para cualquier lado. Y en una serie cerrada, esas cosas hacen que uno se quede afuera. Tanto en el partido 2 como en el 5 podría haber pasado cualquier cosa. Un par de fallos dudosos, un tiro errado, una pérdida… Es una lástima, porque creíamos que estábamos en condiciones de llegar a la final de la conferencia y ver qué pasaba con Golden State, pero no se dio. A ellos les fue bien en las pelotas clave, cerraron mejor y se llevaron la serie. Produce un poco de desilusión, insisto, porque creo que estábamos como para pasar de rueda. Y el año pasado había sucedido algo similar. La serie con los Clippers fue tremenda y se llegó a un partido 7. Ellos tuvieron a un Chris Paul recontra estirado, pero bueno… Los playoffs son así. Es muy finita la línea de quién pasa y quién no. Ejemplo: el caso de Toronto en la serie con Indiana. Estuvo al borde de quedarse afuera, ganó el partido clave de manera casi milagrosa y ahora está en la final del Este. Es así; a veces pasa a favor y otras veces pasa en contra.
Como siempre les cuento, la verdad es que no suelo ver qué está pasando con otras series o cómo se define la NBA cuando estoy fuera de competencia, pero ahora debo reconocer que sí miré el partido entre Oklahoma City y Golden State. Y lo hice porque mis hijos Dante y Nicola de a poco están fanatizándose y querían ver a Durant y a Curry. Les expliqué quiénes eran, que Stephen fue el mejor de la temporada… Entonces ellos querían ver el juego, así que lo hicimos juntos. Después quedó el partido de fondo y como venía entonado de básquetbol hicimos un continuado con Bahía Basket, que me hizo sufrir como un perro. Así que vi más NBA que otras veces cuando no juego. No le presté tanta atención, y lo hice como espectador, más relajado. Estuvo muy bueno lo que vi.
Pero para mí quedan otros objetivos en este año. Si bien tengo claro que necesito descansar un poco la cabeza, resulta inevitable que empiecen a picarme los Juegos Olímpicos, porque son lo que viene. Quiero relajarme ahora, analizar qué pasó y medir cómo me siento después de tantos achaques. Así que los próximos serán días de no ir al gimnasio, de no correr ni tirar al aro. Pero cuando se cumplan los plazos que tengo más o menos analizados con el cuerpo de fisioterapeutas y preparadores físicos, voy a entrenarme con un objetivo: Río de Janeiro 2016.
LA NACION