Rada: “Me duele la rivalidad entre los propios argentinos”

Rada: “Me duele la rivalidad entre los propios argentinos”

Por M. G. E
Desde Montevideo, la ciudad a la que regresó tras más de 20 años de deambular por el mundo, Ruben Rada atiende el llamado de El Cronista 3Días mientras prepara el desembarco de su nuevo espectáculo de tango, milonga y candombe, que presentará este fin de semana en el porteño Centro Cultural Torcuato Tasso. “Siempre estoy feliz de volver a Buenos Aires”, confiesa. “Es donde nacieron mis tres hijos, tengo innumerables recuerdos y muy buenos amigos”.
“En mi espectáculo hago un repaso de la historia del tango y del aporte que hicieron los negros, que han sido olvidados”, cuenta. Y también se anima ante la consulta a hablar de política, aunque reconoce que no es lo suyo.
“Me considero de izquierda, aunque respeto otras posiciones, porque no sé si lo que yo creo es la verdad”.
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Viviste muchos años en la Argentina. ¿Cómo encontrás al país después del cambio de gobierno?
– Mi vínculo con la Argentina es muy fuerte. Mis tres hijos son argentinos, tengo nietos argentinos, y grandes amigos acá. Entonces aunque no esté me entero de todo… y la verdad es que últimamente encuentro todo muy revuelto. Las cosas están más caras, me dicen que está habiendo muchos despidos, y lo que más me preocupa es la rivalidad entre los propios argentinos. Algo que no se veía desde la época de los peronistas y los gorilas… Siento que si vas a la casa de alguien y te ponés a hablar de Cristina Kirchner o de Mauricio Macri, terminan todos peleados.

¿Te interesa la política?
– No es lo mío la política, pero para que tengamos trabajo y salud, necesitamos que haya política. La realidad es que si no querés pensar ni votar, después no tenés derecho a quejarte. Muchos se amparan en que el voto es secreto y después dicen “yo a éste no lo voté”. A mí me gustaría que el voto fuera cantado.

¿Te definís como una persona de izquierda?
– Sí, pero me considero más socialista que comunista. Me gusta que haya educación y salud igual para todos. Pero el que trabaja más o tiene más inteligencia para algo, tiene que ganar más. En Uruguay, apoyé al gobierno de Pepe Mujica, y estoy contento con Tabaré Vázquez. Aunque me haya ido bien, siempre estuve con el pueblo. No puedo festejar el triunfo de los ricos.

Al viajar con tu música, ¿cómo ves las crisis que se están dando en Brasil y otros países vecinos?
– Siento que se había armado un movimiento muy piola en los países del Sur, y ahora está todo muy convulsionado. En Brasil quieren meter preso a Lula… Seguramente hubo un mal manejo. Y si hay corrupción tiene que demostrarse. Yo tengo 72 años, y desde que tengo memoria, los cambios siempre han sido digitados desde los países del Norte.

Sos un defensor de la cultura afro. ¿Cómo ves la situación de los afrodescendientes hoy?
– Igual que siempre. Los negros aún no tienen el lugar que se merecen, ni en la historia, ni en la sociedad. Siguen estando relegados… y ahí tendríamos que revisar de quién es la culpa. Si de la sociedad o de los propios negros que tememos ir un paso más adelante. Y esto es algo que se transmite. Mi pobre vieja me crió con un complejo de inferioridad y yo tuve que salir adelante con eso. Pero no porque a mí y a algunos otros nos vaya bien vamos a pensar que está todo bien.

¿Creés que manifestar públicamente su ideología perjudica a los artistas? Es un tema de debate en la Argentina.
– Aquí, en Uruguay, en España, siempre hubo una cultura de manifestarse. Lamentablemente, eso le trajo problemas a muchos, que los mataron o tuvieron que exiliarse. En general, los artistas somos de izquierda, pero los de derecha tendrían que manifestarse también.

¿Creés que los gobiernos de derecha apoyan menos a la cultura?
– Los artistas somos el último orejón del tarro, pero la cultura siempre está. Creo que el principal desafío de todo gobierno, sin importar su signo, es que no haya hambre y haya trabajo, salud y educación. Después, si la gente tiene un manguito, nos viene a ver a Charly, a Fito o a mí.
EL CRONISTA