15 May La muerte de la radio (tal como la conocemos)
Por Marina Zucchi
Una noticia paralizó el corazón de los amantes de la radio: Noruega será el primer país en apagar su señal de FM. En enero de 2017, la Frecuencia Modulada será jubilada y reemplazada por la Red de Retransmisión Digital de Audio (DAB), un sistema que promete mejor sonido y menor costo. ¿Qué tenemos que ver los argentinos? El efecto dominó se sentirá paulatinamente en otros países. Chau al aparatito portátil actual y al estéreo de los autos. Bienvenida otra experiencia sensorial que hasta incluye imagen de radio. En nuestro país la radio vía Internet ya no es novedad, pero ¿estamos a años luz de esa mutación? ¿El cambio tecnológico es inevitable como el de la TV digital? ¿Estamos preparados, técnica y psicológicamente? ¿La AM también se verá afectada? La muerte de la radio tal como la escuchamos hoy, acecha.
“Mucha gente no está escuchando radio a través de un aparato de radio. Por los pocos censos que hay, del 100% que escucha, casi el 70% lo hace por medios que no son una radio”, explica Mario Pergolini, el conductor que más conoce de metamorfosis digital y reinvención radiofónica. Al frente de Vorterix (92.1), analiza: “No sé cuánto va a tardar para nosotros, pero son cambios lógicos. Hoy en día, el aire se está viendo afectado, porque el espectro está realmente tapado: cada dos Megahertz, tenés una radio ocupando el espectro. El aire está bastardeado. El único lugar de transmisión pura es tu streaming de Internet”, juzga. “Mi pregunta es: ¿Por qué ofrecer solamente audio? La conducta del usuario es distinta ahora. Ya no hay un valor intrínseco de escuchar algo en vivo, sino On Demand. La gente puede escuchar cuando se le antoja. Como los oyentes piensan que alguien va a subir online el contenido que les interesa, el valor del vivo ya no es el mismo”.
El puntapié de Noruega en el “borrón” de la FM es algo que podría ser un hecho en el resto de Occidente en menos de una década. Claro, compararse con un país de primer mundo es imposible: Noruega cuenta con una amplia infraestructura, el 55% de los hogares ya tiene un aparato adaptado para sistema digital (DAB). “La tecnología nos está atravesando como sociedad de un modo inédito. Hace siete años años alquilábamos una película y hoy en día una familia ve una misma serie, pero cada uno en su dispositivo. Pensemos que la empresa más grande del mundo de taxis, Uber, no tiene taxis. Y la empresa más grande del mundo en cuanto a contenido, Facebook, no tiene contenido. Todo cambió. Casi se perdieron 100 mil oyentes de radio en la Argentina en los últimos tres años”, puntualiza Pergolini.
“Beto” Casella (Pop) acepta el cambio, pero lo visualiza complicado: “No sé en cuánto tiempo podría darse, pero vamos todos hacia ahí. Imagino que en cinco años quedarán pocas antenas y todo se escuchará vía web, y que en diez, a los chicos de las escuelas se les hablará de las antenas como objeto de museo. Pero primero habría que adaptar a toda una sociedad y tener un país hiperconectado, desde La Quiaca a Ushuaia, algo que hoy sigue siendo muy deficiente”, opina, y cuela su humor: “Los noruegos deben hacer la peor radio del mundo. ¿De qué pueden quejarse?”, se ríe. “Nos acostumbramos a todo. A los 10 años yo le pedí a mi viejo que me comprara una spika y mirá dónde estamos. Vamos hacia la hiperconectividad. Divirtámonos y ojalá que salga bien. Y pensemos también en el contenido que vamos a dar”.
Elizabeth “La Negra” Vernaci (Radio con Vos, 89,9), defiende el aire “tradicional”: “La radio es algo que se reinventa todo el tiempo para nosotros. Tenemos años luz con los países nórdicos. No sé si cuajaría ese sistema acá. Nosotros tenemos por lo menos 20 años fácil por delante”, arriesga.
Para Ronnie Arias (La 100), la Argentina “está en pañales”: “Así como un televisor está preparado para recibir la TV digital, la radio también tendrá que estarlo. No me queda claro si nos acoplaremos al sistema americano (IBOC) o al europeo (DAB). Vamos a tener nuevos receptores, los autos vendrán con nuevo sistema. Esto va a mejorar la transmisión de la FM y evitar que nos estemos pisando con radios truchas. Habrá un sonido más puro y menos interferencia. ¿Bueno o malo? Es como pensar hoy en la empresa de telefonía Entel”, compara.
“Acá el apagón no puede hacerse inmediatamente -se suma a la discusión Ari Paluch, Radio Latina-. El otro día quise escuchar en el estadio el partido por teléfono, vía la aplicación Tune In, y hay un delay muy grande. Afortunadamente en la Argentina el borrón todavía no va a pasar”.
“El cambio es evolución. No hay juicio. Claro que desaparecerá todo este sistema, no sé cuándo. Al volverse la radio digital, algo que ya funciona en los Estados Unidos, un canal de radio puede subdividirse, pasar imagen, volverse multimedia”, retoma Lalo Mir (La 100).
La decisión noruega plantea una gran duda: ¿Riesgo de pérdida de audiencia? James Cridland, analista británico, aseguró a la BBC que “el apagón” será un “momento de nerviosismo” para la industria global de la radio. “Espero que los noruegos hayan hecho lo suficiente para retener a sus radioescuchas y asegurarse de que quienes no han hecho todavía el cambio digital, lo hagan. Porque el oyente puede decidir escuchar su colección de CDs o Spotify e irse”.
En esta era de exceso de oferta de entretenimiento y comportamientos que se transforman, la realidad argentina consuela: a sus casi 96 años, la radio podrá “mudarse” de cuerpo, pero lejos está de morir. Un estudio hecho hace dos años, por la organización NOP World Culture Score, marcaba que los argentinos estábamos en la cima de la pasión por la radio: dedicamos cerca de 20 horas semanales al acto de escuchar. “Los que amamos hacer radio pondremos dos sillas en un escenario y haremos radio en un teatro y así y todo nos escucharían”, defiende Humberto Totornese, (Radio con Vos).
Si la radio a galena, si la spika, la Siete Mares y el doble casetera son joyitas antropológicas de un éter que ya no es, habrá que empezar a mirar el aparatito actual con cariño y como futuro objeto de decoración vintage que acompañe en una repisa a la videocasetera, al diskette y al Movicom ladrillo.
CLARIN