17 May Fiel exponente de la tradición y el estilo del diseño italiano
Por Gabriel Tomich
Si hay algo que distingue históricamente a Alfa Romeo es el diseño. Deportivos, esbeltos, bellos dinámicos, sanguíneos y muchos otros adjetivos sirven a la perfección para muchos modelos de todas las épocas surgidos de la Anonima Lombarda Fabbrica Automobili (ALFA), desde su fundación en 1910.
Uno de los modelos más emblemáticos de la empresa fundada por Nicola Romeo es el Giulietta (en honor a la famosa Julieta de Shakespeare), del que hace pocos días (el 19 de abril) se cumplieron 62 años de su debut (a los ponchazos, por problemas financieros) en el 36° Salón del Automóvil de Turín.
Diseñado por Bertone, fue un éxito inmediato, convirtiéndose en el modelo que sirvió para la refundación de una empresa en crisis. En pocas horas, Alfa Romeo tenía 3000 pedidos y ningún auto en stock, por lo que el propio Bertone comenzó a fabricar las primeras unidades. Pruebas del suceso: entre 1954 y 1965 se vendieron 177.000 unidades.
Más acá en el tiempo, ahora bajo el ala de la Fiat capitaneada por Sergio Marchionne (hoy, CEO del grupo FCA), Alfa Romeo hizo renacer el mítico nombre Giulietta, con la presentación en el Salón de Ginebra de 2009 de la actual generación del modelo, que sustituyó al 147.
Jekyll y Hyde
Aunque el diseño del Centro Stile Alfa Romeo ya tiene algunos años, no es menos cierto que el Giulietta sigue siendo bello y plenamente vigente en cuanto a su estética y estilo. Y lo que es mejor, exhibe fielmente la tradición y estampa del viejo Giulietta. Es un Alfa Romeo y, como tal, no pasa desapercibido; en especial, por el frontal muy deportivo y atractivo, aunque el paragolpes integrado deja a la bonita parrilla triangular bastante expuesta a los golpes.
Además, aunque se trata de una carrocería hatchback de 5 puertas, las manijas de las traseras están muy bien escondidas en la parte posterior de las ventanillas, de manera que la silueta lateral, que cuenta con generosas puertas delanteras, no deja de tener similitudes con las líneas de una coupé, lo que realza el atractivo del modelo y ofrece, además, una cuidada aerodinámica (Cx 0,31).
Probamos la recientemente lanzada versión Sprint con motor 1.4 Turbo MultiAir Euro 6 de 170 CV y transmisión automática TCT (Twin Clutch Technology) de doble embrague y 6 marchas, a lo que se suma el sistema DNA, siglas de los modos de funcionamiento Dynamic, Normal y All Weather.
El propulsor 1.4T MultiAir desarrolla, como se dijo, una potencia de 170 CV a 5500 rpm y un par motor que varía según el modo de marcha. Así, en Dynamic entrega 250 Nm (25,4 kgm) a 2500 rpm, mientras que en Normal, el torque es de 230 Nm (23,4 kgm) a 2250 vueltas.
El trabajo de la caja TCT también varía significativamente según estos modos. En el tránsito urbano, en Normal, la caja sube las marchas con rapidez y en forma casi imperceptible (sin tirones ni patinamientos) hasta que circulamos en 5ta. o 6ta. a muy bajo régimen; comportamiento que, obviamente, está configurado para ahorrar combustible (en ciudad gasta algo menos de 11 l 100 km y en autopista 8) y entregar un andar suave y confortable.
Si en esa situación de marcha queremos acelerar con moderación la reacción será muy lenta. La solución es pisar fuerte el acelerador, lo que obliga a la transmisión a bajar algún cambio y tenga más pique o forzar rebajes en forma manual, mediante las prácticas levas (paddle shifts) en el volante; no obstante, apenas el motor trepa de vueltas, la caja vuelve a subir las marchas de inmediato moderando el empuje.
Así, para obtener un andar mucho más alegre, ágil y sport, es necesario conectar el modo Dynamic del DNA, que modifica el comportamiento del motor (incluyendo un agradable ronquido deportivo), la transmisión (retiene más los cambios) y la dirección (con asistencia eléctrica; muy rápida y directa) para entregar mayor aceleración (unos 9 s de 0 a 100 km/h) y, en especial, una gran elasticidad, que se refleja en el excelente tiempo de recuperación (6 s de 80 a 120 km/h). De todas formas, no debemos perder de vista que el Giulietta es un auto diseñado para los usuarios familiares.
Dinámica impecable
Cuando se observa el frontal del Giulietta se puede pensar que vamos a ir a los golpes en cada cuneta, pozo o lomo de burro. Nada más lejos de la realidad. El confort de marcha es impecable; las suspensiones (McPherson delantero y Multilink trasero) son firmes, pero muy cómodas, y copian muy bien el terreno, por lo que no hay problemas para superar los desniveles ni sufrir con los empedrados.
El excelente equilibrio de las suspensiones también se manifiesta en un comportamiento dinámico muy bueno, que permite trazar las curvas sin dificultades y sin rolidos excesivos, lo que transmite seguridad. Por las dudas, y también con un funcionamiento muy preciso y eficiente, el Giulietta Sprint cuenta con controles de estabilidad (VDC) y tracción (ASR), más diferencial electrónico Q2. La respuesta al pedal de freno es rápida, aunque las distancias de frenado no resultan muy llamativas (100 km/ h a 0 en 40 m).
El interior es amplio y las plazas traseras tienen espacio suficiente para dos adultos. El baúl tiene una capacidad adecuada para viajar en familia (350 litros), aunque la boca de carga queda un tanto elevada.
La posición de manejo es confortable y de tono más familiar que deportivo. La comodidad también va de la mano de butacas con buena sujeción y exquisitos tapizados de cuero (denotan la calidad de materiales y terminaciones del modelo), un tablero con instrumentos analógicos y digitales de fácil lectura (con informaciones como la presión de los neumáticos) y sistemas de asistencia a la conducción como el arranque en pendiente (Hill holder) y el Start&Stop, que apaga el motor cuando tenemos tiempos muertos en semáforos y pasos a nivel. Eso sí, la visibilidad trasera está limitada por la caída del techo y la luneta pequeña.
El equipamiento de seguridad (5 estrellas de la EuroNCAP) ofrece seis airbags, apoyacabezas delanteros activos, espejos con desempañador, anclajes Isofix y más. En cuanto al confort, aquí en la Argentina cuenta con un equipo de audio Kenwood con pantalla táctil, Bluetooth, puertos USB y auxiliar, y climatizador automático bizona (con salida de aire al asiento trasero), entre otros elementos.
Algo es seguro: sesenta años después, el nombre Giulietta está a buen resguardo.
LA NACION