Anselm Grün, la estrella pop de la literatura religiosa

Anselm Grün, la estrella pop de la literatura religiosa

Por Silvina Premat
A los 71 años, Anselm Grün es considerado en su país, Alemania, la estrella pop del libro religioso. Lleva publicados 450 títulos en su lengua materna, traducidos a 27 idiomas, y de los que se han vendido más de 30 millones de ejemplares en el mundo. Hoy, la Feria del Libro lo recibirá como una visita especial.
Este monje de la Orden de San Benito, doctor en teología, psicología y ciencias empresariales, vive en uno de los monasterios más grandes de su país, en Würzburg (Baviera), en el que cuida las finanzas y asiste a los internados en un centro de salud integral que funciona allí mismo.
Sus libros son, en general, cortos y abordan, según las enseñanzas milenarias del cristianismo y las modernas de la psicología, un aspecto puntual de la vida. Aquí se publicaron 80; los más conocidos: Límites sanadores (Bonum), Luchar y amar (San Pablo) y La mitad de la vida (Ágape), de los que se llevan vendidos 60.000, 50.000 y 40.000 ejemplares, respectivamente.
Recién llegado de Malasia, donde dio cuatro conferencias sobre los sueños a unos 1500 cristianos católicos y metodistas, Grün se presentará hoy, a las 18, en la sala José Hernández, con su amigo austríaco y también monje benedictino David Steindl-Rast. Hablarán sobre Lo que creemos. Espiritualidad de nuestra época, un libro-entrevista publicado aquí por cinco editoriales católicas juntas: Ágape, Bonum, Guadalupe, Santa María y San Pablo.
Es el quinto título de Grün que se publica en conjunto gracias a que la editorial Vie Turmer cede gratuitamente los derechos de autor en español al colectivo editorial que vendió hasta ahora 150.000 ejemplares de los cuatro títulos anteriores: ¿Por qué a mí? El misterio del dolor, Espiritualidad de nuestro tiempo, Los jóvenes y su camino de fe y Jesús como terapeuta.
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¿Cómo se explica el consumo masivo de estos libros? “Quizá se sientan amados, aunque ésta es una palabra muy grande, porque no intento adoctrinarlos, sino buscar que se pongan en contacto ellos mismos con su alma”, arriesga Grün. Vestido con el clásico hábito monacal negro y con la sonrisa que lo caracteriza, el monje recibió anteanoche a LA NACION en el colegio Goethe de San Isidro, donde dio un retiro espiritual junto a Steindl-Rast para unas 500 personas.
Su intención, explica, es buscar “un equilibrio entre un lenguaje simple pero no banal; no moralizar ni valorar, sino describir la vida tal como es y los caminos que, a través de la creencia, pueden ayudar a manejar las distintas situaciones que se van presentando”. Y considera “una tontería que sólo lleva a la frustración” los libros sobre la vida que dan recetas para cambiar en siete días. Sugiere que la propuesta cristiana no es cambiar, sino transformarse, “volverse cada vez más uno mismo”.
Se ríe cuando le dicen que es una estrella pop en el ámbito religioso, pero acepta explicar por qué alguien puede pensar eso. “Mi idea es encontrar un lenguaje nuevo tanto para los cristianos que están en la Iglesia como para los que quizá se hayan alejando un poco, algo que los ayude a volver a conectarse con sus raíces. Mis raíces son católicas, pero en mis libros hablo de un espíritu cristiano que también pueden aceptar los que no son católicos”, afirma.
Sonríe también cuando se le mencionan críticas de sectores católicos que le adjudican reducir el Evangelio a un libro de autoayuda y de mezclar la espiritualidad con la psicología. A lo primero responde que la dogmática -especialidad en la que hizo un doctorado- “no es imponer a otros ciertos parámetros, sino el arte de mantener abierto el misterio”. Y sobre lo segundo responde: “El problema de los que critican la psicología es que en general tienen temor de su propia verdad cuando en realidad es una ayuda para conocer la verdad de uno mismo”. Como para que no queden dudas, advierte: “Pero la psicología no sana; sólo Dios puede sanar, aunque no es un mago que quita todos los problemas. La sanación viene cuando se ofrece todo el ser de uno a Dios”.
Grün se sonroja cuando se menciona que el papa Francisco recomienda sus libros. “Teológicamente me siento muy cerca. Somos uno”, define, y recuerda que en alguna de sus visitas anteriores a la Argentina el cardenal Bergoglio, antes de ser elegido papa, había intentado asistir a una de sus conferencias, pero no pudo. En ese tiempo el arzobispo porteño compró unos 500 ejemplares de La oración como encuentro para regalar a sacerdotes.
A la Argentina sus obras llegaron de la mano de Úrsula Gremmelspacher, directora ejecutiva de Bonum, que conoció a Grün en una Feria de Fráncfort durante los 90. “Me llamó la atención un salón que desbordaba de gente, me acerqué y era Grün, que estaba dando una charla. Ahí le propuse venir a la Argentina.”
LA NACION