Nuevo giro en la búsqueda de los restos de Lorca

Nuevo giro en la búsqueda de los restos de Lorca

Por Laura Ventura
“Esto también es buscar a Lorca”, dice Javier Navarro, el arqueólogo que dirige la investigación para hallar los restos de Federico García Lorca, desorientado en un cruce de caminos en las afueras de Madrid. “A veces, cuando se busca algo, aunque sepas que está en un sitio específico, debes transitar antes por caminos laterales”, agrega con serenidad para referirse a su actividad científica, pero también con un ribete filosófico.
Navarro explica con precisión cuál es el terreno en Granada donde, tras la minuciosa labor de un equipo multidisciplinario, yacen los restos del poeta, pero es necesario abrir previamente una puerta en la capital española y este hecho se produjo ayer. Horas después de llegar desde Zaragoza, donde vive, Navarro asiste a un nuevo capítulo de este viaje, uno que le da vigor e impulsa su exploración: la nieta de un desaparecido, un maestro de escuela, Dióscoro Galindo, quien estaría en la misma fosa común con Lorca, accedió a prestar su muestra de ADN y además presentó junto con su hermana un expreso pedido al gobierno donde exige su colaboración para exhumar aquel terreno en el sur del país.
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Nieves García, nieta de Galindo, acompaña a Navarro al laboratorio en las afueras de Madrid para efectuar la denominada “cadena de custodia”. Su abuelo fue fusilado en agosto de 1936 y estaría en la misma fosa de Lorca, donde también yacen dos banderilleros. Julia, la hermana mayor de Nieves, quien no quiere dar su testimonio a los medios dada la sensibilidad del tema, prestó su muestra de ADN [Nieves es hija adoptiva, por lo tanto su muestra no serviría a los efectos del cotejo genético]. A la vez, ambas nietas, quienes ya habían sido contactadas por el equipo que busca los restos de Lorca, firmaron un documento donde le piden a la Dirección General de Memoria Democrática Andaluza que se exhume el terreno en Alfacar, a 10 kilómetros de Granada. Así se activa y cobra mayor relevancia un proceso crucial iniciado por el grupo que conduce Navarro, ya que Laura García Lorca, sobrina del autor y presidenta de la Fundación Federico García Lorca, es reacia a participar de esta búsqueda. “Esta iniciativa no tiene legitimidad. Es algo que pertenece al ámbito familiar y privado”, dijo hace un año, consultada por LA NACION.
“Este maestro de escuela es el referente de un colectivo que debe ser recordado y recobrar su valor. Es el exponente de que los maestros republicanos eran masacrados por el bando sublevado”, opina Navarro. En su equipo participa una argentina, María Marta Sampietro Vattuone (quien reconstruyó el paisaje junto con un catedrático de Geografía, José Luis Peña Monné). Esta misión se financió con fondos privados, aportes de personas que quieren contribuir al hallazgo de los restos.
Esta investigación parte del libro del historiador Miguel Caballero, Las trece últimas horas en la vida de García Lorca, quien retomó la investigación que había iniciado el periodista Emilio Molina Fajardo, falangista, director del diario Patria, de Granada, que aportó datos interesantes, puesto que tuvo acceso al jefe militar de la zona en la que fue detenido Lorca, así como también a muchos testigos, incluso a sus propios ejecutores.
Este año, el 17 de agosto, se cumplen 80 años de la desaparición física de Lorca, uno de los dramaturgos más representados de Hispanoa-mérica y considerado “el poeta del pueblo español” del siglo XX. “Se le vio, caminando entre fusiles / por una calle larga / salir al campo frío / aún con estrellas de la madrugada”, escribió Antonio Machado. Quizá nuevos versos, menos tristes, puedan ser escritos en breve.
LA NACION