16 Apr La Habana con los cinco sentidos
Por Susana Parejas
Vistas y miradas
Los automóviles vintage, la arquitectura colonial, la pintura desgastada. La sensación de que todo se detuvo y está allí, solícito para ser recorrido, blindado de la globalización, con una decadencia que de algún modo envuelve y atrae al visitante. Tanto a pie, como en auto, o en bus turístico, vale la pena aventurarse por sus calles desprovistas de carteles publicitarios. La Habana Vieja -declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1982- es el barrio más turístico y restaurado de la ciudad, por lo que rebosa de museos, librerías, restaurantes, bares donde la música no falta. Y plazas, como la de la Catedral, donde se impone su gran iglesia barroca.
Miramar es el barrio aristócrata, con sus avenidas bordeadas de palmeras, con las anti¬guas mansiones coloniales, hoy ocupadas por embajadas, empresas, restaurantes, hoteles y discotecas. En el frondoso barrio de Vedado, centro cultural y de ocio de la ciudad, está el famoso Hotel Nacional, en el que se alojaron celebridades durante décadas. Se lo puede visitar para conocer su legado. Y la Plaza de la Revolución, donde los argentinos buscan el rostro hecho en relieve del Che Guevara, con la frase que atravesó la historia: “Hasta la victoria siempre”.
No se completa la postal de La Habana sin su Malecón, el paseo marítimo símbolo social de la ciudad y, como los habaneros dicen, “su gran sofá”. Son 8 kilómetros, desde La Habana Vieja hasta Miramar.
Sabores y aroma
Si se llega por primera vez a La Habana, hay que hacer, como escribió Ernest Hemingway, “Mi mojito en La Bodeguita, mi daiquiri en El Floridita”. Hoy, El Floridita (Obispo 557) es el lugar emblemático de los daiquiris en todo el mundo. La fama pesa: no es barato. Pero, ¿quién se resiste a vivir en carne propia la leyenda? La Bodeguita del Medio (Empedrado 307), más local y menos elegante que el otro, se adjudica la creación del famoso mojito, aunque también sirve deliciosa comida cubana típica. A las propuestas tradicionales también se suman nuevos espacios, como El Coci¬nero (Calle 26 e/11 y 13). Este bar-restó está construido donde antes funcionaba una fábrica de aceite de cocina. Es un lugar que se volvió muy popular, con una terraza que invita a quedarse y donde no es difícil encontrar celebrities, como Katy Perry, por caso. Muy recomendables el pulpo a la parrilla y el tartar de atún.
Los sabores y olores están muy relacionados, pero si hay un aroma asociado a Cuba es el de un habano. ¿Qué mejor que recorrer la Real Fábrica de Tabacos Partagás, en Centro Habana? Es una de las más antiguas de la isla, data de 1845, y produce los famosos habanos Montecristo y Cohíba. Para tener en cuenta: en los meses de enero y julio permanece cerrada durante dos semanas. La fábrica dispone de un enorme salón de ventas y posee un bar en donde encender el puro que se acaba de comprar es casi una obligación.
REVISTA ALITA