“El agua me llevó, me dieron por muerto y sobreviví de milagro”

“El agua me llevó, me dieron por muerto y sobreviví de milagro”

Por Mariano Gavira
El agua lo había arrastrado 150 metros ahí por donde dos días antes había estado jugando al fútbol con sus amigos. Esa cancha era una laguna con corrientes tan fuertes que se llevaba autos y hasta una casa entera. La fuerza natural lo movía y en medio de la desesperación la vio: la rama de un árbol que sobresalía de la tempestad. Sebastián Quevedo (24) se aferró a ella, se sentó y esperó durante más de media hora. Muchos lo dieron por muerto, pero él logró sobrevivir. Y volvió para ayudar.
En el barrio Luján-Laguna de la localidad entrerriana de La Paz, una de las más afectadas por el temporal, todos los vecinos lo saludan a Sebastián, le agradecen, le dan la mano como a un héroe. Es que en medio del temporal, y tras resistir aferrado a la vida en esa rama, escuchó que de una de las casas una familia entera pedía ayuda. El agua los ahogaba y entonces no lo dudó: agarró una soga larga, la ató al árbol, cruzó la calle a nado y ató la otra punta a un poste. Así tiró un “pasamanos” que sirvió para rescatar a más de 50 personas.
El desborde de los arroyos que se comunican con el río Paraná se produjo el lunes. La lluvia había empezado a la noche del domingo, pero fue cerca del mediodía que la situación se complicó: “Era agua por todos lados, era la violencia de la naturaleza que nos sacaba todo lo que teníamos y no podíamos hacer nada”, cuenta Sebastián que agrega: “El agua me llevó, me dieron por muerto y sobreviví de milagro”. La tormenta continuó hasta la tarde del martes. Los vecinos más antiguos dicen que nunca vieron nada igual.
almeidadanos-FTP-CLARIN-DSC7408JPG-Almeida_CLAIMA20160406_0333_17
Sentado en la puerta de su casa, rodeado de bolsas con arena, está Héctor Aguirre (61). Allí espera alguna ayuda del municipio junto a sus hijos, sobrinos y primos. Dice que a él todavía no le llegó nada: “Perdí todo, pero todo de verdad. Lo único que sobrevivió fueron las cuatro paredes de mi casa, después el agua se llevó lo que teníamos. Lo que recibí hasta ahora fueron estas bolsas con arena que nos permitirán soportar un poco si vuelve a crecer el río, pero ya no me preocupo, si no me queda nada”, relata inmerso en la angustia y la desolación.
hector aguirre y su familia – conserva bolsas de arena por temor a las lluvias y nuevas crecidas – FTP CLARIN – DSC_7408.JPG – Z FTP Almeida – almeida
Cerca de ahí Ramón Monzón (61) habla y se le llenan los ojos de lágrimas. Dice que lo único que recibió (algo de comida, colchones y un poco de ropa) se lo donaron sus compañeros del Hospital Municipal 9 de julio. Este hombre no sólo se quedó con el esqueleto de su hogar, sino también sin auto y hasta una parte del terreno del fondo de su casa desapareció comido por el agua: “Yo hasta el domingo tenía tres metros más de parque, ahora tengo el río cada vez más cerca. Si vuelve a crecer me voy a quedar sin casa”.
Entre los mates que Ramón toma para intentar aliviar ese nudo en la garganta, uno de sus hijos le pega un grito: “Mirá pa, saqué algo”, dice y le muestra el pescado que acaba de agarrar desde ese arroyo que acecha cada vez más a su vivienda: “Muy bien, muy bien, seguí a ver si hay más”, le responde y luego susurra: “De eso dependemos para la cena de hoy a la noche. No tenemos ni para cocinar unos fideos”.
En esta ciudad de 24 mil habitantes todos miran al cielo que amenaza con sus nubes negras. Ayer había salido el sol a la mañana, pero por la tarde se nubló y todos esperaban que en algún momento vuelva a llover. “Si continúa la lluvia, se seguirá evacuando gente”, anticipó la jefa de prensa municipal, María Claudia Vinari. Al parecer el pronóstico le da la razón, es que las lluvias continuarán al menos hasta el domingo. Según el Servicio Meterológico Nacional se esperan tormentas, algunas localmente fuertes con mejoramientos temporarios.
Vinari explicó que en La Paz hubo más de mil familias que perdieron casi todo por las inundaciones (en todo Entre Ríos hay 7 mil damnificados). Además agregó que ahora trabajan en tres centros de evacuados, donde asisten a más de 600 personas. El intendente de La Paz, ubicada a 180 kilómetros al norte de la capital entrerriana, junto al río Paraná, Bruno Sarubi, declaró el alerta y la emergencia hídrica y dijo que la situación es angustiante. “Cayó mucha agua en poco tiempo. Hubo zonas en la ciudad en la que gente quedó incomunicada y entonces se demoró la asistencia. Las consecuencias fueron muy grandes”.
CLARIN