14 Mar Un ex agente británico reveló cómo el MI 5 colaboró con la CIA en Guantánamo
Un oficial retirado de los Servicios de Inteligencia británicos reveló a la prensa de Londres que está dispuesto a denunciar con “pruebas explosivas” la complicidad que ha mantenido el MI5 (Military Intelligence, Section 5) en las torturas sistemáticas aplicadas por los agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos a los detenidos del presidio de Guantánamo, a comienzos del año 2000.
El diario Sunday Times recordó que, en el pasado, hubo admisiones parciales del servicio secreto de inteligencia estadounidense, hechas en forma reservada, y se habló genéricamente de la participación de altos funcionarios en sesiones de tortura, pero nunca se admitió oficialmente la participación en esas sesiones.
Según el dominical británico, en este caso se trata del primer desafío abierto al silencio de los servicios internos de inteligencia. “Es el primer caso de de rebelión pública de un ex oficial del mismo cuerpo”, señaló. El Times no reveló la identidad ni ningún otro dato que permita dar con el ex oficial. Al parecer, el protagonista del caso está tratando de obtener primero, antes de hablar, la autorización de sus ex superiores. La intención de ex topo, señaló el diario, es la de hablar ante el comité parlamentario que investiga el comportamiento de los agentes de los Servicios de Inteligencia.
Otros ex oficiales y altos agentes en actividad señalaron que el testimonio del topo arrepentido, o presuntamente arrepentido, podría servir para “probar por primera vez algo que durante estos años estuvo en boca de muchos: que el MI5 fue plenamente consciente, en todo momento, del hecho de que en Guantánamo tanto los agentes de la CIA como los suyos propios torturaban sistemáticamente a los detenidos que, además, en su gran mayor, eran simples sospechosos de ser miembros de los grupos fundamentalistas islámicos”.
En junio del año pasado las noticias sobre el proceder aberrante de los agentes de la CIA en Guantánamo también habían llegado desde Londres. Entonces, un ex prisionero del campo situado en la base naval reveló a la agencia británica Reuter que la CIA utilizaba habitualmente una serie más amplia de abusos sexuales y torturas de lo que había admitido en un informe presentado al Senado estadounidense en 2014. En declaraciones recogidas por la agencia, Mayid Jan, que había sido detenido en Pakistán, dijo que durante su detención los interrogadores le tiraron agua helada sobre sus testículos y golpearon repetidamente sus órganos genitales.Ninguno de esos métodos, que no eran ni de cerca los peores, fueron incluidos en un informe de 525 páginas que la agencia de inteligencia había presentado en diciembre de 2014 al Senado. En ese entonces sí se decía que las torturas y prácticas de interrogatorio que se emplearon fueron “mucho peor” de lo admitido públicamente. El documento había sido aprobado por el Comité de Inteligencia del Senado estadounidense a fines de 2012, y su difusión al público fue autorizada en abril de 2014. No obstante, tras esa revelación, el director de la CIA, John Brennan, intentó justificar a la agencia, argumentando que las torturas permitieron obtener “informaciones clave en la lucha contra el terrorismo”. “Vivía cada día y cada momento con ansiedad (…) deseaba que me mataran”, dijo Mayid Jan a sus abogados, para luego contarles el dolor intenso que se siente al ser colgado desnudo por tres días, sin comida, aunque los agentes le daban de beber un agua que le daba diarrea, prosigue. Reuter señaló que les contó a sus letrados que en repetidas ocasiones los interrogadores mantenían su cabeza bajo el agua helada, la vertían sobre todo su cuerpo cada dos o tres horas, y después encendían un ventilador. Jan reveló que los agentes le obligaban a llevar unas botas de metal que lastimaban sus tejidos y lo inmovilizaban. Además, no lo dejaban dormir, una tortura que le causaba alucinaciones.El detenido de origen paquistaní añadió que los agentes norteamericanos, algunos de los cuales “olían mucho a alcohol”, lo amenazaron con golpearlo con un martillo, bates de béisbol, palos y cinturones de cuero. El informe de 27 páginas, que recoge las declaraciones de Jan, demuestra que ese supuesto miembro de Al Qaeda había sufrido “los métodos más avanzados de interrogación” puestos en práctica por la CIA en la prisión militar de Guantánamo, parte del territorio de Cuba ocupada desde 1903.
TIEMPO ARGENTINO