23 Mar Un argentino y su gran ilusión en Marte: “Vamos a hallar vida”
Por Valeria Román
Los europeos conquistaron América, pero hasta ahora nunca aterrizaron en Marte como ya lo hicieron los estadounidenses y los rusos. A partir de hoy, si se concreta con éxito el lanzamiento de la primera etapa de la misión Exomars, pondrán un “pie robótico” en el planeta rojo. Y lo harán con el liderazgo del ingeniero argentino Jorge Vago, que es uno de los directores científicos de la misión que busca comprobar si hay algún tipo de vida extraterrestre. “Aún no sabemos si hubo vida en Marte. Vamos a buscar en un lugar en el que sabemos que hay altas probabilidades de encontrar pruebas de la existencia de vida”, cuenta Vago desde el centro de operaciones de la Agencia Espacial Europea (ESA) en Holanda, al ser entrevistado por teléfono por Clarín. Si las condiciones del tiempo lo permiten, el lanzamiento de la misión será desde Baikonur, en Kazajistán y bajo el control de Rusia, y se podrá seguir paso a paso por Internet en: exploration.esa.int/.
¿Soñó con ir a Marte?Crecí en Rosario en la época en que se producían las misiones Apolo a la Luna. Quería ser astronauta. Pero en aquel momento sólo los rusos y los estadounidenses eran astronautas. Entonces, me decidí a estudiar ingeniería en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires. Después, mi papá me aconsejó prepararme para alguna universidad de los Estados Unidos y lo hice. En 1986, entré en la Universidad de Cornell para una maestría y luego un doctorado en física planetaria, y me interesó el tema del origen de la vida. Exomars va en esa dirección. Busca encontrar rastros de vida en la infancia de Marte, cuando era muy similar a la Tierra hace 4.000 millones de años. No es una misión tripulada por seres humanos, pero hay chances de que consigamos evidencias sobre si hubo o hay vida en Marte”.
En octubre, la primera etapa de la misión Exomars llegará al planeta rojo. La segunda etapa será después de 2018. ¿Por qué dos envíos?En la Agencia Espacial Europea venimos trabajando desde 2002. Con la crisis económica de 2008 hubo problemas en el presupuesto, e hicimos un acuerdo de cooperación con la Nasa. Pero los estadounidenses querían un satélite para estudiar la atmósfera de Marte y una plataforma de comunicaciones. Y nosotros queríamos poner un aterrizador. Entonces, la misión Exomars pasó a tener dos etapas. En 2012, la Nasa nos avisó que no tenía presupuesto, y entramos en pánico. Así fue que miramos hacia el Este e hicimos un acuerdo con la agencia Roscosmos de Rusia para llevar a cabo Exomars.
¿En qué se diferencian las etapas?Ahora, mandamos un satélite para estudiar gases de la atmósfera y un módulo de aterrizaje, que llamamos Schiaparelli como homenaje a un prestigioso astrónomo italiano. La primera etapa es más para validar tecnologías nuevas. La segunda es más ambiciosa: se mandará un explorador que podrá excavar hasta 2 metros de profundidad en cráteres que guardan las huellas del paso del tiempo como los anillos de algunos árboles. Nunca se logró tanto.
¿Extraña la Argentina?Sigo comiendo empanadas. Me traigo el dulce de leche cada vez que voy a la Argentina. Vivo en un pueblo en Holanda, y la comunidad de argentinos es muy unida. Voy a las actividades que organiza la embajada. Tuve la suerte de que un amigo de la infancia estuviera viviendo aquí también. Pero me gusta lo que hago aquí: aunque no pueda ir como astronauta, vamos a hallar vida en Marte. Si no hay, encontraremos rocas. Pero avanzaremos en lo que no sabemos.
CLARIN