Tips para vivir más sanos y felices

Tips para vivir más sanos y felices

Por Adrián Jaim
El cuerpo es una maquinaria compleja y perfecta, que debe cuidarse de manera natural para prevenir alteraciones.
El Dr. Adrián Jaime propone seguir algunos pasos que ayudan a mantenerlo en forma.
Está comprobado que los kilos en exceso debilitan el sistema inmunológico. Hay que ingerir una dosis diaria de ácidos grasos poliinsaturados, como los que tienen algunos pescados; así se elevan los sistemas de defensa que ayudan a curar las lesiones.
A la hora de comer frutas y verduras, en lo posible no hay que quitarles las cáscaras, pero sí lavarlas bien. La mayor cantidad de vitaminas se encuentran en la piel y debajo de ella.
Hay que aprender a comer verdura y fruta cruda, porque con la cocción se evapora más de la mitad de la vitamina C, y con el rehogado un 40%. Verduras y frutas crudas aseguran una mayor cantidad de vitamina C sensible.
La vitamina B también es sensible al calor. También hay que evitar cocinar y recalentar.
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El mejor procedimiento es cocinar la verdura en la menor cantidad de líquido posible y hacerlo en el momento en que se la va a comer. Los métodos ideales son: rehogar con poca agua; cocinar al dente en el wok o sartén; escalfar, es decir hervir el líquido, retirar del fuego y dejar que el pescado o el huevo se pongan a punto con su calor.
Hay que pensar el menú teniendo en cuenta la paleta de colores, siempre con la mayor variedad posible. Hay que buscar hortalizas de tonalidades fuertes (como la chaucha, la espinaca, la lechuga, el repollo, el tomate y el morrón). Cuanto más intenso el color, más sustancias vitales tienen.
La misma regla rige para las frutas de estación.
Frutas y verduras se lavan enteras bajo del chorro de agua fría. Y hay que cortarla lo menos posible para evitar la oxidación.
Conviene siempre elegir los vegetales de temporada y de la región, porque son los que garantizan más frescura dado que los plazos de entrega son más breves. Hay que tener en cuenta que una larga cadena de distribución reduce el contenido vitamínico. Por ejemplo, después de tres días, la coliflor pierde un 50 por ciento de vitaminas.
Al menú hay que sumarle yogur con probío, porque contiene bacterias de ácido láctico que combaten los gérmenes en el intestino. Quienes tengan dificultad con los lácteos, pueden consumir cápsulas de bacterias probío u otros alimentos fermentados, como el chucrut o el kéfir.
Y no pueden faltar las proteínas, porque sin ellas el cuerpo no puede formar células inmunológicas.
También hay que ingerir antioxidantes: vitamina C, vitamina E natural, setenio, zinc y betacarotenos.
Un consejo: no tomar té con las comidas, el té negro estorba la absorción de vitamina B1. Es mejor comer, esperar un rato y después recién beber el té de sobremesa. Una rutina saludable incluye otros ingredientes no comestibles: la risa es saludable, explica Jaime, porque actúa sobre el sistema inmunológico como un turbopropulsor, eleva los linfocitos T y reduce el cortisol, la hormona del estrés, en casi un 50 por ciento.
Después de una buena carcajada, hay que salir a correr. Esta actividad debería realizarse por lo menos cuatro veces por semana, teniendo en cuenta que la carrera debe ser ultraliviana. También es bueno practicar ciclismo, 45 minutos cuatro veces por semana sirven para mantener activas las células.
Y, además, el cuerpo necesita de 15 a 30 minutos de sol por día, en los horarios recomendados (nunca entre las 11 y las 16 hs), cuatro a cinco veces por semana. La luz solar activa la producción de sustancias mensajeras del sistema inmunológico, contra los virus y las células cancerígenas.
CLARIN