Cinco claves para entender la histórica disputa entre Apple y el FBI

Cinco claves para entender la histórica disputa entre Apple y el FBI

Por R. Waters y T. Bradshaw

¿Qué se le ordenó hacer a Apple?
Una orden judicial norteamericana le pide a Apple que modifique el software para bajar las defensas de los dispositivos iPhone y permitir que el FBI use la fuerza bruta para acceder a ellos bombardéandolos con muchas contraseñas posibles hasta conseguir la respuesta correcta. La nueva herramienta haría tres cosas:
* Invalidar la función que borra todos los datos del iPhone cuando se introduce diez veces una contraseña equivocada;
* Burlar un mecanismo automático que limita la velocidad con la que se pueden probar contraseñas nuevas, y
* Permitir que el FBI ingrese potenciales contraseñas en forma electrónica y así acelerar la prueba de diferentes posibilidades.
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Antes de entregarles el software, Apple también debería introducir en el dispositivo un identificador de 12 dígitos, por lo que sólo funcionaría en el teléfono del asesino de San Bernardino.

Eso suena a una orden muy limitada apuntada a un solo iPhone, en una circunstancia muy excepcional. ¿Por qué Apple piensa que es tan inadmisible?
Una vez modificado, ese software podría usarse para ayudar a abrir cualquier iPhone, siempre que se ingrese el identificador de 12 dígitos correcto. Si bien técnicamente no es una “puerta trasera” –un sistema alternativo deliberadamente colocado para que alguien pueda ingresar a un iPhone–, sería una verdadera llave maestra para desbloquear el dispositivo.
Otras agencias de orden público estadounidenses podrían entonces recurrir a un tribunal para usar el software en casos que nada tienen que ver con el terrorismo. Y no sólo en Estados Unidos: otros países donde se venden los iPhone, incluyendo aquellos con regímenes no democráticos, podrían también insistir en obtener acceso.

Pero si Apple es finalmente quien tiene el control de la llave, no es suficiente?
Si Apple tratara de resistir a los pedidos legales válidos de países como China, los efectos comerciales podrían ser dolorosos. Eventualmente, podría quedarse con el tipo de dilema que enfrentó Google: la compañía de búsquedas abandonó China en 2010 en vez de cumplir con la censura legal.
También, incluso Apple podría no estar en condiciones de garantizar que la llave maestra se mantendrá completamente a salvo. El valor del código de software podría ser tan elevado –ofrecería la capacidad de acceder a cualquier iPhone en el mundo– que sería un imán para los hackers y los servicios de seguridad exterior. O alguien de Apple disgustado podría filtrar el código.
Una anterior propuesta del gobierno norteamericano de construir puertas traseras en los aparatos móviles, conocida como Clipper Chip, se abandonó después de la respuesta negativa de la industria tecnológica por considerar que se generaban riesgos incontrolables.

¿Esto no afectaría los iPhones más viejos? Mi iPhone 6 tiene un lector de huella digital, así que estoy a salvo.
Al menos en teoría, la nueva herramienta serviría para desbloquear cualquier iPhone. En definitiva, la seguridad en un teléfono es el producto de normas que determinan cómo debería responder a diferentes claves, y esas normas se amalgaman en su software. Apple está en condiciones de desarrollar software que invaliden su sistema operativo iOS, lo que lo coloca en posición de crear llaves maestras para todos sus aparatos.

¿Qué pasará a partir de ahora?
Apple tiene cinco días desde el martes para responder en tribunales a la orden judicial. En su respuesta, Apple debe demostrar que crear el software sería “excesivamente gravoso” , pero también es probable que refute los fundamentos por los cuales se dictó la orden judicial.
El caso podría llegar a la Corte Suprema porque se está invocando la llamada All Writs Act, ley firmada por el presidente George Washington en 1789 que da a los tribunales estadounidenses amplia competencia para situaciones legales no habituales para emitir una orden que sea “necesaria o apropiada para acudir en ayuda de sus respectivas jurisdicciones de acuerdo con los usos y principios de la ley”.
El CEO de Apple Tim Cook dijo que la aplicación de esa ley “no tiene precedentes” y sugirió que un pedido así debería debatirse en el Congreso y no decidirse en los tribunales.
FINANCIAL TIMES – EL CRONISTA