Apple vs. FBI: el iPhone de un terrorista abre una guerra entre dos gigantes

Apple vs. FBI: el iPhone de un terrorista abre una guerra entre dos gigantes

Uno de los objetos de consumo más deseados del mundo ahora quedó enredado en una guerra abierta entre dos colosos de Estados Unidos. El FBI y Apple se están enfrentando en una batalla judicial que tiene el potencial de replantear todo el debate que se instaló después del 11 de Septiembre sobre hasta dónde puede el Estado invadir la privacidad en nombre de la seguridad nacional.
Todo por un iPhone, pero no uno cualquiera, sino el del terrorista que, junto con su esposa, mató a 14 personas e hirió a otras 22 en un centro para personas con discapacidad en San Bernardino, California, en diciembre del año pasado. Se cree que los atacantes eran seguidores del grupo terrorista Estado Islámico (EI).
La disputa empezó cuando el FBI consiguió una orden judicial que obliga a Apple a colaborar en el desbloqueo del iPhone del terrorista. La compañía se negó al requerimiento alegando que para ello tendría que desarrollar, por primera vez, un software que permitiera desactivar el bloqueo de acceso a sus iPhones, y las consecuencias futuras para la privacidad de los usuarios serían muy peligrosas.
El debate se extendió rápido y puso a Apple en una delicada situación política que llevó a su CEO, Tim Cook, a plantar bandera.
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“Si un tribunal nos exige elaborar ese software, imagínense qué cosas más podrían exigirnos, quizás un sistema operativo de vigilancia o la posibilidad de encender la cámara”, dijo anteanoche Cook en una entrevista con ABC y agregó: “Están en juego los datos de seguridad de cientos de millones de personas y la creación de un peligroso precedente que amenaza la libertad civil de todos”.
“No queremos crear ningún precedente”, respondió ayer James Comey, el número uno del FBI, en una carta abierta, tratando de terminar con las dudas sobre las infracciones de seguridad y aumentando la presión sobre Apple para que colabore. “Se lo debemos a las víctimas. Tal vez el teléfono contenga la clave para hallar a más terroristas.”
Según Comey, las tensiones entre privacidad y seguridad “no deberían ser resueltas por aquellos que venden objetos para vivir. Y no deberían ser resueltas por el FBI”. La crítica del jefe del FBI hace eco de la acusación de varios políticos que afirman que la negativa de Apple responde en realidad a razones de marketing porque lo que está en juego no son datos personales y de seguridad, sino millones de dólares de la venta de sus celulares.
Pero Apple está dispuesta a llevar el caso hasta la Corte Suprema de los Estados Unidos.
Para empezar, ayer, pidió a un tribunal federal que desestime la orden judicial que le exige colaborar con el FBI para desencriptar un iPhone, afirmando que la orden sobrepasa la facultad legal del gobierno y viola su derecho constitucional a la libertad de expresión.
Además, exigió que se forme una comisión especial en el Congreso para analizar las implicancias del caso para la seguridad nacional y la esfera privada. “La cuestión debe regularse con una nueva ley”, añadió la empresa.
Tim Cook se mostró dispuesto a todo, e incluso pidió hablar con el presidente Barack Obama. “No se trata de este teléfono, sino del futuro”, dijo el CEO.
Obama, por su parte, sin referirse directamente a Apple, dijo que mantener a salvo el país debe ser una misión compartida.
Y la polémica sigue: mientras los grandes de la tecnología, Twitter, Google y Facebook, defienden la postura de Apple, Bill Gates rompió filas. En una entrevista con el Financial Times, el fundador de Microsoft dijo no estar de acuerdo con Cook. “Éste es un caso específico, no general, en el que el gobierno pide informaciones”, dijo Gates, que comparó el pedido del FBI con el que pudiera hacer sobre una cuenta bancaria en particular.
En el debate público que se desarrolla en Estados Unidos sobre la pulseada entre Apple y el FBI, reflejo del dilema posterior al 11 de Septiembre en el que la sociedad norteamericana vio restringidas sus libertades y garantías individuales para hacer más efectiva la lucha contra el terrorismo, un sondeo del Pew Research Center afirmó que el 51% de los norteamericanos está a favor del pedido del FBI y cree que Apple debe desbloquear el iPhone. El 38% de los entrevistados está de acuerdo con Apple, mientras que el 11% no opinó.
No obstante, la empresa fundada por Steve Jobs, Stephen Wozniak y Ronald Wayne va por más. Sus ingenieros comenzaron a desarrollar nuevas medidas de seguridad que harán “imposible” el acceso a un iPhone bloqueado, afirmó el diario The New York Times. La batalla recién empieza.
LA NACION