Empresas tecnológicas ‘guardan’ fortunas fuera de EE.UU. para eludir al fisco

Empresas tecnológicas ‘guardan’ fortunas fuera de EE.UU. para eludir al fisco

Ha sido un año convulso en Estados Unidos. Desde que los republicanos, que controlan la Cámara de Representantes desde 2010, recuperaron el Senado el año pasado, el país ha pulverizado todos sus récords de inoperancia. El presidente demócrata, Barack Obama, está aislado y ve bloqueada cualquier iniciativa legislativa. Sanidad, inmigración, educación, deuda pública, presupuestos… Todas las grandes reformas del país se han quedado atascadas en el Congreso, el más improductivo de la historia.
Pero hay algo en lo que sí existe un principio de acuerdo: en poner fin a la ventajosa fiscalidad de las grandes empresas con sede en Estados Unidos, que están aprovechando los recovecos de la legislación para reducir enormemente su factura al Fisco. Es que las multinacionales no pagan impuestos por las ganancias que atesoran fuera de las fronteras. La fórmula pasa por usar estructuras societarias en el exterior con baja tributación o, lo que es lo mismo, por esquivar millones de impuestos gracias a sus filiales en el extranjero. La exención está vigente siempre que el dinero no vuelva al país, pues en caso de hacerlo (lo que se denomina repatriación), se gravaría al 35%.
Las empresas están aprovechando al máximo esta ventaja: en conjunto, guardan 2,1 billones de dólares en subsidiarias en el exterior, según datos de Bloomberg, lo que supone un 8% más que hace un año. Ese importe es equiparable al tamaño del PBI de Italia o a la suma de España y Holanda.
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Las tecnológicas son las grandes beneficiadas. Apple, con u$s 186.900 millones, y Microsoft, con u$s 99.355 millones, lideran el ránking, según el análisis realizado por Expansión a partir de los informes de la Comisión de Valores (SEC). En ambos casos, el importe supone más del 90% de su tesorería total. En la lista también destacan General Electric (u$s 82.300 millones); Google (u$s 72.800 millones); Cisco (u$s 59.105 millones) y Oracle (u$s 55.930). De ahí que sólo las ocho grandes puntocom de Estados Unidos guarden en filiales el 20% del total acumulado por las empresas del país. Se trata de u$s 438.000 millones, un 8% más que hace un año.
El efecto en las cuentas es inmediato: una firma como General Electric señala en su último informe anual que logra reducir su tasa efectiva de tributación al 10,3%; eBay paga un 17,6%; Google, un 19,3%; Cisco, un 19,8%; Coca-Cola, un 23,6% y otras como Apple, un 26,4%. En todas estas listas destaca el sector tecnológico, algo normal si se tiene en cuenta que para estas firmas es más sencillo traspasar activos intangibles -marcas y patentes-a otras sedes. Las puntocom son también las más combativas con la idea del Congreso de reformar el sistema fiscal para evitar esta exención. Denuncian la falta de competitividad del régimen fiscal estadounidense y critican que la primera potencia no está preparada para la Era Digital.
Reclaman un trato preferente bajo el argumento de que un gravamen muy inferior en caso de repatriación les ayudaría a reinvertir los beneficios guardados en el extranjero en empleo e inversión dentro de las fronteras. Aceptarían ‘un solo dígito’, idea que no logra eco en el arco político, que ha acusado a firmas como Apple de “buscar el cáliz sagrado de la elusión de impuestos”. El uso correcto del lenguaje es crucial, pues se trata de elusión, esto es, de rebajar su factura fiscal dentro de los márgenes permitidos por la ley. No es lo mismo que evasión, donde las prácticas tributarias quedarían fuera de la legalidad.
En el otro lado del ring, la Casa Blanca, ha propuesto un impuesto extraordinario de ‘transición’ de un 14% para la repatriación. Obtendría así u$s 238.000 millones que destinaría a reparaciones y mejoras de caminos, puentes, sistemas de tránsito y redes de transporte de mercancías.
Apple es la empresa más perseguida por el Senado que la acusa de usar ‘trucos fiscales’ para eludir al Fisco. Desde el arco político se estima, en concreto, que la tecnológica debería pagar u$s 59.200 millones en impuestos por los más de u$s 186.900 millones que tiene en el extranjero. El importe marca un récord en la historia de Estados Unidos.
Apple, por su parte, rechaza cualquier acusación. Tim Cook, consejero delegado de Apple, tildó de “basura política total” la noción de que el gigante tecnológico está evitando pagar impuestos. “Apple paga cada dólar que debe”, aseguró. “El actual código tributario fue hecho para la era industrial y no para la digital. Es regresivo. Es malo. Debería haber sido arreglado hace mucho años”, concluyó. En tanto Google, ahora rebautizada como Alphabet, es otra de las firmas en la mira de las autoridades. Guarda en subsidiarias extranjeras u$s 42.200 millones, lo que supone el 58% de su tesorería global.
Las acusaciones de elusión fiscal son también rechazadas por la tecnológica que se considera una víctima del sistema. “Estoy muy orgulloso de la estructura fiscal que hemos organizado, aprovechando los incentivos legales que los gobiernos nos ofrecen”, aseguraba ya en 2012 Eric Schmidt, hoy presidente ejecutivo de Google. “A esto se le llama capitalismo y nosotros somos orgullosamente capitalistas”.
También hay multis no tecnológicas como General Electric, también famosa en Wall Street por contar con el “el mejor departamento financiero del mundo”, en el que ha incluido a ex funcionarios del Tesoro, especialistas en impuestos del Congreso o expertos del Internal Revenue Service (IRS), agencia tributaria de EE.UU.
Este equipo ha desarrollado una estrategia fiscal muy agresiva que mezcla la labor de los lobbys para exenciones fiscales con una cuidada concentración de beneficios fuera de las fronteras, lo que reduce considerablemente su factura tributaria. De ahí que sea una compañía habitual en el ranking de tesorería en filiales extranjeras. En concreto, guarda en subsidiarias u$s 45.300 millones, un 21% más que el año pasado y el 55% de su tesorería global.
Otro caso es el de Pfizer. La farmacéutica se fusionó con la irlandesa Allegan, lo que le permitirá instalar su sede fiscal en Dublín y ahorrar así u$s 19.000 millones anuales. Republicanos y demócratas no dudaron en criticar a la multinacional, como hizo Bernie Sanders, calificando la operación de “desastre” y alegando que “se permite a otra gran empresa estadounidense ocultar sus beneficios en el extranjero”. Mientras, Donald Trump directamente tachó la operación de “asquerosa”, y Hillary Clinton pidió “actuar sin dilación para evitar las operaciones inversas que perjudican nuestra base impositiva”. Pfizer defiende la legalidad de sus operaciones, como hacen el resto de multinacionales.
EL CRONISTA