22 Feb EE.UU. y Colombia anuncian un giro en la lucha contra el narcotráfico
El presidente estadounidense Barack Obama recibió a principios de febrero en la Casa Blanca a su par colombiano, Juan Manuel Santos y anunció un nuevo acuerdo bilateral entre ambos países, para el que solicitará al Congreso 450 millones de dólares en el presupuesto del año fiscal 2017, una cifra superior a los 296 millones otorgados este año.
Obama anunció la propuesta durante la ceremonia de celebración de los 15 años del Plan Colombia –un acuerdo de millonaria ayuda militar en la guerra contra el narcotráfico y la guerrilla– en un gesto que pretende redefinir la ayuda estadounidense al país andino.
Este nuevo paquete pondría menos énfasis en la lucha contra las guerrillas marxistas y más apoyo directo al desmantelamiento de la infraestructura de los narcotraficantes y sus productos. También se dejarían a un lado las tradicionales fumigaciones de cultivos de coca.
Bajo el Plan Colombia, Washington envió al país sudamericano 10.000 millones de dólares en equipos y entrenamiento militar. Colombia es el tercer país que recibe más ayuda militar de EE.UU., detrás de Israel y Egipto.
“De la misma manera en que Estados Unidos ha sido un socio de Colombia en tiempos de guerra, seremos sus socios en la paz”, dijo Obama al anunciar el nuevo plan bautizado como “Paz Colombia”. El jefe de la Casa Blanca señaló que la relación entre Washington y Bogotá es una de las “más fuertes del hemisferio” y elogió el crecimiento del país sudamericano “que estuvo al borde del colapso está ahora al borde de la paz”.
Santos por su parte, agradeció la “mano amiga” de Obama y de Washington. “Hoy vemos el futuro con esperanza”, dijo, y agregó: “La paz será la guinda en el pastel del Plan Colombia”.
Obama y Santos revisaron los resultados del plan firmado en el año 2000 por los presidentes Bill Clinton y Andrés Pastrana para fortalecer al gobierno colombiano frente a los carteles de droga y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Además, evaluaron los avances de las negociaciones en La Habana entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC, y los esfuerzos en la lucha contra el narcotráfico en Colombia, el primer productor mundial de hoja de coca.
Pero Santos está especialmente interesado en obtener el compromiso de Obama para asistir en el postconflicto. El gobierno colombiano está cerca de firmar un histórico acuerdo de paz con las FARC. La fecha prevista es el 23 de marzo.
“Estamos muy comprometidos en ayudar a Colombia implementar la paz, que será muy importante”, dijo el director para América Latina del Consejo de Seguridad Nacional, Mark Feierstein, poco antes del encuentro Obama-Santos.
El acuerdo de paz requerirá de miles de millones de dólares para pagar investigaciones públicas, programas de desminado y desmovilización, y reparaciones a las víctimas. El conflicto armado de más de 50 años ha dejado 220.000 muertos y unos 6 millones de desplazados, según datos oficiales.
La subsecretaria de Estado para América Latina, Roberta Jacobson, dijo que Washington también espera ayudar a expandir la seguridad y los servicios públicos para llenar el vacío que dejarán las guerrillas cuando abandonen las zonas del conflicto, en las que hasta ahora el Estado colombiano ha estado ausente.
Colombia también necesitará que EE.UU. retire a las FARC de la lista de terroristas y acepte que algunas de sus figuras no sean extraditadas. El enviado especial de Washington al proceso de paz que se desarrolla en La Habana, Bernard Aronson, dijo que cuando el grupo guerrillero “cambie fundamentalmente –abandone la violencia, entregue las armas, no sea más hostil a los estadounidenses y sus intereses– esa designación puede ser revisada”.
Mientras Colombia se encamina a la paz, EE.UU. proyecta enviar recursos para el desminado, la desmovilización de los guerrilleros y la asistencia a las víctimas de cinco décadas de conflicto armado. En tiempos de gran polarización política en Washington, el “Plan Colombia” ha contado siempre con el apoyo de los partidos Demócrata y Republicano. Pero la aprobación de nuevos recursos en el Congreso, dominado por la oposición republicana, no luce libre de obstáculos en un año de elecciones presidenciales. Algunos republicanos advierten que los acuerdos de paz permitirán impunidad para líderes guerrilleros acusados de secuestros y narcotráfico.
CLARIN