“Anomalisa”: La animación no es cosa de chicos

“Anomalisa”: La animación no es cosa de chicos

Por Pablo Scholz
Hoy, que Anomalisa se estrenó y es aplaudida en todo el mundo, y es candidata al Oscar a la mejor película de animación, compitiendo con Intensa mente, Charlie Kaufman puede suspirar aliviado, pero cuando nació el proyecto de este filme de animación para adultos, con escena de sexo explícito incluida, otra era la sensación.
El ganador de un Oscar por el guión original de Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, no sólo escribe guiones de cine. También otras historias para otros formatos. Y Anomalisa no nació para ser proyectada en cine, ni para ser exhibida en la competencia oficial del Festival de Venecia, donde en septiembre pasado, mientras Pablo Trapero se llevaba el León de Plata al mejor director, la película ganaba el Gran premio del Jurado.
La trama es por demás sencilla. Michael Stone vuela a la ciudad de Cincinatti a dar una conferencia. Es una eminencia desde que publicó un best seller sobre cómo ayudar a la gente que trabaja en los call centers. Allí en Cincinatti él tuvo un amor, hace muchos años. Y tendrá otro, con una joven que también llegó hasta ese hotel para escucharlo.
La película es una adaptación al cine de la obra de teatro homónima escrita por Kaufman con el seudónimo de Francis Fregoli. El apellido lo tomó precisamente del llamado síndrome de Fregoli, un desorden extraño caracterizado por la suposición que tiene un individuo de que personas conocidas están imitando a otras que son desconocidas.
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Kaufman, ganador de 73 premios internacionales, dijo en rueda de prensa en Venecia que tal síndrome poco menos que lo conmocionó, y lo ve como “una metáfora para cierto tipo de aislamiento o disociación”.
Lo cierto es que cuando Duke Johnson le propuso llevar los personajes de Anomalisa al cine, pero desde la animación, el guionista de ¿Quieres ser John Malkovich? se quedó, de entrada, helado.
Luego, cuando se dio cuenta de que la propuesta que le tiraba Johnson -un especialista en animación, pero que no había hecho más que cortometrajes exitosos y premiados, pero nunca un largometraje- iba en serio, pensaron cómo iban a conseguir la financiación.
Y eso también resultó sencillo. A partir del crowfunding -participación masiva de inversores que decidieron financiar con cantidades reducidas de dinero este pequeño proyecto, al que le reconocieron un alto potencial- recaudaron unos 430.000 dólares como para empezar a armar los muñequitos, e iniciar el rodaje.
Pero cuando llegó el momento de realizar la película y hacer el doblaje de las voces, Kaufman dice que advirtió que podía reproducir el sentimiento “con tres actores, y que uno de ellos podía interpretar cincuenta personajes”.

Como idea de producción, brillante.
Así es que David Thewlis (Remus Lupin en la saga de Harry Potter, y quien vino a la Argentina a rodar Siete años en el Tíbet junto a Brad Pitt) le puso la voz a Michael Stone, Jennifer Jason Leigh, hija de Vic Morrow y candidata por primera vez a un Oscar como mejor actriz de reparto este año por Los 8 más odiados, a Lisa, y Tom Noonan a todos los demás personajes, desde el compañero de asiento de avión del protagonista a la esposa, el hijo, el taxista y el personal del hotel.
Kaufman rechaza de plano la idea de que el de Anomalisa haya sido el guión más lineal de toda su carrera. Se entiende: el hombre suele enfrentar a sus personajes ante dilemas existenciales, situaciones imprevisibles y con mucha carga de surrealismo.
“La película quizá sea más pequeña que otras que escribí, pero porque el mundo que cuenta también lo es”, se defendió en Venecia. Y en cuanto a los muñecos, él se limitó a confiar que eran “artesanales y artísticos”. Johnson, a su lado, fue un poco más allá en cuanto a la elección de sólo tres actores : “Por la calidad onírica de este tipo de animación nos pareció lógico hacerlo así”.
“No me gusta decir cuál es el significado de las cosas que hago -dijo Kaufman-. De alguna manera invalida la propia experiencia e interpretación del espectador, que finalmente es tan válida como la mía. Así que les digo: esto es para ustedes. Es su película”.
El tema también es el de la identidad, y las crisis que sufren los personajes de Kaufman es famosa. “La identidad no es una cosa fija, no creo que lo sea para nadie, ¿no?”, se autoinquirió. “Queremos pensar que somos esto, pero estamos un poco como en constante cambio y dependiendo de quién somos y de qué edad tenemos. E incluso, en el mismo momento de hablar con diferentes personas en una misma habitación, nos convertimos en personas diferentes, ¿no? Al menos es lo que yo hago.”

Nene, rápido, tapate los ojos
Dentro del contexto de Anomalisa, los encuentros sexuales entre Michael y Lisa tienen claramente su lógica. Pero tal vez la escena más impresionante sea una de sexo explícito y que resulta, por más de un motivo, sumamente creíble.
“No queríamos que resultara una escena cómica”, dijo Kaufman en Venecia, después de la proyección en competencia oficial. “Quisimos que fuera real. No como que la gente dijera ‘Ah, mirá, son títeres teniendo sexo’’’.
“La gente que ha visto la película -proseguía Kaufman- ha dicho que les resultaba realmente incómodo. Sienten que están espiando algo que no deberían. Team America (2004) también lo hizo, pero en tono de broma. No es así nuestra historia. Es un momento muy emotivo en la trama, así que trabajamos duro para que resultara real, y sensible”.
La película tuvo en los Estados Unidos una calificación R (Restringida, los menores de 17 años pueden verla si son acompañados por sus padres) y aquí fue calificada como Sólo apta para mayores de 16 años, con lo cual también pueden verla si los acompaña un padre o tutor.

¿Quién es Charlie Kaufman?
Charles Stewart Kaufman (57) nació en Nueva York. Tan bajito como ávido lector desde pequeño, escribió obras de teatro y cortometrajes, que realizó siendo un joven estudiante. Se mudó de Massapequa, en el estado de Nueva York, a West Hartford, Connecticut, en 1972, donde cursó la secundaria. Comenzó como actor cómico en obras escolares, luego de graduarse se matriculó en la Universidad de Boston, y bien pronto se fue a la New York University para estudiar cine. Se mudó a Los Angeles en 1991, donde lo contrataron para escribir los guiones de la serie de televisión Get a Life.
Escribió sketches de comedia y episodios para más series. Pero se hizo reconocido a partir de sus libretos para el cine, como los de ¿Quieres ser John Malkovich?, que dirigió Spike Jonze. En 2005 ganó el Oscar al mejor guión original por Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, que fue su tercera nominación, tras el guión original de ¿Quieres ser…? y la adaptación de El ladrón de orquídeas.
Como realizador, Anomalisa es su segundo filme, tras el pretencioso Synecdoche, New York. Hoy, Charlie trabaja en su casa en Pasadena, donde vive con su esposa Denise y sus hijos.
CLARIN