Luis Scola: “A Río deben ir los mejores, porque no es una gira de despedida”

Luis Scola: “A Río deben ir los mejores, porque no es una gira de despedida”

Por Hernán Sartori
A la hora señalada, ya desayunado, Luis Scola se acomoda del otro lado de la línea, en el Hemisferio Norte, dispuesto a encarar una charla de una hora y media con Clarín. No elude ninguno de los temas propuestos en la entrevista, como no elude su responsabilidad de liderazgo en la Selección Nacional. Habla de su presente en Toronto Raptors y de los cambios que nota en el juego en la NBA. Habla de su optimismo por una Confederación Argentina de Básquetbol que recuperó su institucionalidad y su orden económico. Habla de la necesidad de una gestión profesional del deporte argentino. Y habla de Stephen Curry, de Kobe Bryant y de Emanuel Ginóbili.
Pero sobre todo habla del futuro. Es inevitable. Y 2016 marca la gran chance de que el gran capitán compita en su cuarto Juego Olímpico. Imposible evitar soñar con la despedida ideal de los últimos integrantes de la Generación Dorada. Pero Luifa no sabe de nombres, de historia ni de pergaminos. Y marca la cancha enseguida…
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“Siempre hay que ir con los mejores. No hay negociación posible -afirma-. A Río deben ir los doce mejores, porque no es una gira de despedida y porque la Selección no es un club social. En un Juego Olímpico, hay que competir con todo. Se lo debemos a los hinchas, a nuestro deporte y a la competencia. Nuestro mayor esfuerzo posible debe estar en poder competir. Si un histórico jugó millones de cosas pero no está a la altura, no tiene que ir. Sea quien sea”.
-¿Qué significado especial le asignás a Río 2016, porque sería tu cuarto Juego Olímpico?
-Representa mucho para mí, incluso fuera del básquetbol y del deporte. Era impensado estar en cuatro Juegos Olímpicos y ahora está casi confirmado. Soñaba con jugar uno y ahora tengo la chance de vivir por cuarta vez esa experiencia. Estaré ante un hecho histórico para mis propios baremos y para lo que esperaba de mi carrera. Me parece surrealista. Quiero disfrutar esta posibilidad. Si lo hablábamos hace 20 años, hubiera sido ridículo. Pedirle más a mi carrera y a la de mis compañeros en la Selección sería ridículo. No se puede pedir más de lo que nos pasó, porque lo que nos pasó es mucho más de lo que pudimos haber soñado.
-Sabés que es tentador decir que es el torneo ideal para cerrar el ciclo de los veteranos en la Selección…
-No hay que forzar situaciones. Uno se retira cuando está listo. Puede ser que sea en Río con un final de película, porque la gente quiere algo de película. Pero no tiene por qué ser así. Río puede ser el final de mi carrera y mi último partido en la Selección, porque voy a tener 36 años pero no por ser el cuarto Juego Olímpico. Pero por ahí tengo piernas y cabeza y puedo tratar de jugar el Mundial 2019. Si cuando terminen los Juegos Olímpicos es el momento de decir adiós, lo sabrán mis piernas, mi cabeza y mi corazón. Y si tiene que ser contra Chile en un Sudamericano, será ahí. Lo lamento por arruinar el final de la película. Sería mucho más duro irme antes de tiempo que irme en un escenario no tan importante. Sería peor irme en Río con la sensación de haber podido jugar más.
-¿Se puede apostar a un objetivo ambicioso en Río?
-Será una oportunidad genial para competir con los mejores. Hasta dónde y qué tan lejos podremos llegar es una pregunta que nos tendremos que hacer todos para trabajar y ver si podemos subir la respuesta a lo máximo posible. Será un desafío deportivo tremendo. Ir a un Juego Olímpico es la razón por la que jugamos al básquetbol y muchos atletas de carreras largas se pasan años sin tener esa chance.
-¿Estás satisfecho con que han podido mostrarles a los jóvenes la identidad que debe tener la Selección?
-Lógico. La mezcla de jóvenes y jugadores más experimentados es importante. San Antonio lo demuesta con Duncan, Manu, Parker, Kahwi Leonard y Danny Green.. Dependemos de los jóvenes para ser competitivos, pero los veteranos todavía le damos al equipo cierta impronta.
-Como lo que hicieron junto a Andrés Nocioni en el Preolímpico…
-Lo de Chapu fue tremendo. No sólo jugó bien, sino que le puso al equipo ese fuego, ese corazón y esa forma de trabajar, de jugar y de encarar partidos. Pero lo mejor es que aparecieron muchos jugadores cuando debían aparecer. Si no es de esa manera, no tenemos más forma de ganar. No hay que saber mucho de básquetbol para decirlo. No podemos ganar si no tenemos el aporte de los más jóvenes.
Río de Janeiro 2016 espera. Y el 5 de agosto retumba en la humanidad de Luis Scola, porque ese día será la ceremonia inaugural en el Maracaná. La Confederación lo propondrá como abanderado de la delegación argentina. ¿Y si lo eligen? “Sería una experiencia increíble, muy especial y muy loca -dice entusiasmado desde Toronto-. Pero no quiero gastar hoy energías en pensar mucho en eso y hacerme la cabeza, porque me gustaría y si no pasa me pondría mal. Será lo que tenga que ser. Aceptaré cualquier cosa. Si no me toca, saludaré al que le toque. Y si me toca…”.
CLARIN