05 Dec UbuWeb: claves del sitio que tuvo éxito con el arte de vanguardia
Por Daniel Gigena
¿Quién es Kenneth Goldsmith? El nombre tal vez no le diga mucho a la mayoría, aunque es autor de libros de poesía y de ensayo, poeta laureado del MoMA y fue invitado a una lectura pública por Barack Obama en la Casa Blanca en 2011. Pero además de eso Goldsmith (Pensilvania, 1961) es, sobre todo, el fundador del archivo digital de arte -no sólo de vanguardia sino también de arte contemporáneo- más interesante del presente: UbuWeb (www.ubuweb.com). Allí conviven películas, videos, grabaciones y libros de infinidad de artistas: Jean Genet y Chris Marker, Jacques Demy y Natalie Czech, Trisha Brown y Lou Reed, y, por supuesto, Alfred Jarry. Hay, entre otros materiales, debates sobre el arte actual y secciones sobre música electrónica, los artistas de (y en) Medio Oriente y números de la revista multimedia Aspen. “UbuWeb es el mayor archivo gratis de obras de vanguardia en la Web -define Goldsmith-. No tenemos idea de cuántos usuarios tiene, ni nos preocupamos por eso.”
Esta tarde en el Malba, a partir de las 18, Goldsmith participará de una mesa redonda moderada por Gonzalo Aguilar y, más tarde, presentará su primer libro traducido en el país: Escritura no-creativa. Gestionando el lenguaje en la era digital (Caja Negra). Goldsmith fue invitado por el Malba, la editorial y la embajada de Estados Unidos a participar de las actividades que acompañan la exposición La Era Metabólica. De cómo Federico Manuel Peralta Ramos predijo Internet con un huevo.
En Escritura no-creativa, plantea formulaciones arriesgadas, en especial para el mundo literario, al que considera por lo menos cincuenta años retrasado respecto de las artes visuales. Escritura no-creativa postula que la apropiación, el plagio, la administración de textos ajenos, el “cortar y pegar” que la tecnología provee a cada usuario de una computadora deben formar parte del acervo de los recursos literarios. Compara al escritor contemporáneo, o a su ideal, con un programador. Si los medios digitales han preparado el camino para una “revolución literaria”, razona Goldsmith, la exigencia de creatividad y la identidad estable a las que aspiran los escritores amenazan el arte de la escritura. En Buenos Aires, brindará un curso: “Perder el tiempo en Internet”, en el que explorará las dificultades y vicisitudes del concepto de vivir la vida online. “Empecé a dar el curso en parte por haber leído un artículo tras otro en los que explicaban cómo Internet nos está volviendo más tontos. No creo que sea cierto. Estamos leyendo y escribiendo más que nunca; estamos compartiendo ideas y aprendiendo de una manera que no se puede medir. No nos han enseñado a valorar este tipo de lectura, de escritura, de intercambio y aprendizaje. Ya no vamos a aprender de las viejas maneras; nuestro aprendizaje será diferente.”
Reciclar es crear
La escritura no-creativa es el gran concepto de Goldsmith: “En 1969, el artista conceptual Douglas Huebler escribió: «El mundo está lleno de objetos, más o menos interesantes; no quiero añadir nada más». He llegado a abrazar la idea de Huebler, aunque podría reformularla como: El mundo está lleno de textos, más o menos interesantes; no quiero añadir nada más. Con una cantidad sin precedentes de textos disponibles, nuestro problema no es tener que escribir más de lo mismo, sino que tenemos que aprender a gestionar la gran cantidad que existe. La reutilización en lugar de la creación. Ésa es la nueva creatividad.”
En 2013, Goldsmith fue curador de un proyecto artístico que invitaba a imprimir y enviar páginas de Internet a una galería de arte en México. Se reunieron diez toneladas de papel provenientes de 20.000 participantes. Ese mismo año coordinó un ciclo de “lecturas guerrilla” en el MoMA, en el que reivindicaba a la poesía como una fuerza de intervención de los espacios públicos. “Cortar y pegar archivos de Internet debe ser considerado literatura”, plantea. Cuando se le pide que mencione a artistas y pensadores que estima relevantes en la actualidad, dice: “El artista más grande y el pensador más grande de hoy es Internet”.
LA NACION