Tratamientos no invasivos: lo que tenés que saber

Tratamientos no invasivos: lo que tenés que saber

Por Malú Pandolfo
Fosi Flom es una de las dermatólogas cuyo nombre está fuertemente asociado al uso de la toxina botulínica en la Argentina (fue una de las pioneras en su uso) y a las prácticas no invasivas con resultados naturales. Docente de la UBA, coordinadora de Campañas Nacionales de Prevención del Cáncer de Piel y miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología, siempre está dispuesta a dar el mejor consejo frente a la gran oferta de tratamientos para quitarse años, mejorar la piel o, simplemente, mantener la salud del órgano más grande de todo el cuerpo: la piel. Por eso la consultamos sobre cuáles son las claves de estos procedimientos que año a año ganan más adeptos.

Informarse, el primer paso
Las técnicas no invasivas son prácticas médicas no agresivas, con resultados rápidos; no requieren internación y son de pronta recuperación. De 100 procedimientos, un 80% son no invasivos. En pacientes de más de 50 años, 15 a 1 los eligen. Las mujeres de entre 35 a 50 optan de 5 a 7 veces más por tratamientos faciales antes que corporales. ¿Opciones? La toxina botulínica para las arrugas dinámicas y el ácido hialurónico para las arrugas de expresión, para rellenar líneas o revitalizar la piel. Entre los no inyectables tratan con éxito el paso del tiempo los peelings superficiales, la radiofrecuencia, el ultrasonido, la luz pulsada y los láseres.
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Tratar manchas, arrugas, falta de firmeza
El médico según cada necesidad elegirá el procedimiento adecuado. Un peeling exfoliante y secante es ideal para un paciente con acné; la luz pulsada tratará manchas solares y mejorará la textura y el brillo de la piel; para líneas superficiales en los surcos nasogenianos se elegirá relleno de ácido hialurónico, y en el entrecejo, toxina botulínica. En pacientes con flacidez se indicará ultrasonido y para tensar la piel, radiofrecuencia.

Rellenos, ideales para dar volumen
Según Fred Brandt, dermatólogo de Madonna, los pómulos destacados y fuertes denotan luz y dan simetría a la cara, suavizando los surcos de la sonrisa. Esto es porque en la juventud la cara tiene forma de triángulo invertido y con el paso de los años, la simetría se pierde porque la piel, los huesos y todos los tejidos descienden por el efecto de gravedad y la reacomodación del tejido graso. ¿El resultado? Una cara más cóncava y plana. Una vez que se evalúa al paciente para determinar si realmente necesita más volumen se aplica ácido hialurónico donde dicho volumen se haya perdido por el proceso de envejecimiento: pómulos, mentón, labios, surco de ojeras y contorno facial. Así se trata de volver al triángulo invertido.

Toxina botulínica, la más usada en las últimas dos décadas
Número uno en el mundo para tratar las arrugas dinámicas, la toxina botulínica tipo A puede suavizar o borrar líneas o arrugas de expresión del entrecejo, frente o patas de gallo. Sirve también para las líneas de conejito de la nariz, hoyuelos del mentón, cuello y escote. Pero la investigación sobre sus usos no tiene fin. Entre las aplicaciones aprobadas, más allá de la cosmética, están el tratamiento de la migraña, la vejiga hiperactiva, los blefaroespasmos o tics en los ojos, y la sudoración excesiva. Y está en investigación su utilización en la caída del pelo y en trastornos esofágicos.

Alianzas estratégicas: el mejor resultado

Una buena asociación de procedimientos potencia los resultados. La aplicación de la toxina botulínica y de rellenos de ácido hialurónico trata las arrugas dinámicas, las de expresión y devuelve el volumen perdido. Si sumás tratamientos con aparatología para recuperar la lozanía de la piel, queda tratada la cara en su totalidad. Para determinar qué sociedades resultarán más eficaces, se debe evaluar el tratamiento según la edad, el tipo de piel, la estructura anatómica facial, la profesión, la personalidad y el lenguaje gestual del paciente.

TNI: una forma de prevención
Los tratamientos no invasivos pueden ser también preventivos, tratando las primeras señales de envejecimiento para evitar su profundización. La decisión y el tipo de tratamiento deben basarse en el sentido común y en la ética del médico, no sólo en los deseos del paciente. De esta manera se preserva la naturalidad del rostro.

Verse según la propia edad
Es clave que cada cara se vea según su edad. Los procedimientos no invasivos apuntan a un aspecto fresco y descansado, respetando la fisonomía y la personalidad de cada persona. Si te hiciste alguno te tienen que decir qué bien estás y no ¿qué te hiciste? Por eso son indispensables los tratamientos personalizados, que eviten la pérdida de la expresión natural. Técnica, calidad de productos y la experiencia del médico elegido son la garantía del éxito.

Los TNI son aliados para retrasar el paso por el quirófano
Los tratamientos no invasivos retrasan aproximadamente diez años el paso por el quirófano, aunque el momento de hacerlo depende de cada paciente y del balance que hace con su médico. Los procedimientos no invasivos pueden acompañar a un paciente a lo largo de su vida, sin excluir la posibilidad de una cirugía, que puede asociarse.

Un profesional idóneo para evitar adicción a los tratamientos no invasivos
Es indispensable que el médico siempre ponga límites claros. Decir que no aunque otros digan que sí es una conducta ética que debe tener el profesional. Por eso es tan importante elegir un médico serio, recomendado y miembro de sociedades médicas que lo avalen. En cuanto a la frecuencia de la aplicación de los rellenos o de la toxina botulínica, cada uno tiene una duración que hay que respetar, porque la sobreaplicación borra los rasgos naturales y hace que todas las pacientes se vean iguales a otras y distintas a sí mismas.
LA NACION