07 Dec Nuevas dudas en torno a la muerte de Pablo Neruda
Un documento oficial del Ministerio del Interior del gobierno de Chile reconoce por primera vez que es muy posible que Pablo Neruda fuera asesinado. Según se indica allí, el poeta y premio Nobel de Literatura de 1971 no murió “a consecuencia del cáncer de próstata que sufría”, sino que “resulta claramente posible y altamente probable la intervención de terceros”. Estas son las principales conclusiones del escrito que el Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior de Chile envió al magistrado Mario Carroza Espinosa, encargado de la investigación de la muerte de Neruda. El documento, fechado el 25 de marzo de 2015, es la principal revelación incluida en Neruda. El príncipe de los poetas. Se trata de la nueva biografía del autor chileno, escrita por el historiador español Mario Amorós. De hecho, el libro será publicado por Ediciones B el próximo miércoles en España. Toda esta información fue consignada por el diario El País, de Madrid. La biografía estará disponible en Argentina a fines de diciembre.
Neruda falleció el domingo 23 de septiembre de 1973 a las diez y media de la noche en la Clínica Santa María de Santiago de Chile. Ese día, afirma el documento oficial, le aplicaron una inyección o le dieron a ingerir algo que habría precipitado su muerte, seis horas y media después. Todo ello, en vísperas de que el Nobel partiera en un avión rumbo a México, donde – según dice el texto del ministerio- posiblemente iba a liderar un gobierno en el exilio para denunciar la actuación del general Augusto Pinochet, que había dado el golpe de Estado el 11 de septiembre.
En diálogo con El País, el juez Carroza reconoció la serie de coincidencias y las pruebas testimoniales y documentales que llevan al gobierno chileno a dictaminar la alta probabilidad de un asesinato. Sin embargo, el magistrado espera las pruebas científicas que lo corroboren: “Nosotros siempre hemos ido en esa línea de que hubo algo extraño en los últimos días. Neruda tenía cáncer, pero no estaba agónico, ni en fase terminal. Aunque el 23 de septiembre su mal estado de salud se aceleró de repente y murió en seis horas”. Pero hay un penúltimo hallazgo, y el juez aguarda: “Estoy a la espera del resultado de una última prueba científica revelada en mayo. Se trata de una bacteria, el germen del estafilococo dorado, hallado en el cuerpo del poeta. Todavía estoy recogiendo antecedentes”. Esa bacteria es ajena a los tratamientos del cáncer, un microorganismo que alterado puede ser altamente tóxico y acelerar la muerte en cualquier persona.
El caso Neruda se abrió en 2011, cuando el chofer del poeta, Manuel Araya, denunció el asesinato. Entonces, el Partido Comunista de Chile presentó una querella. Se pidió la exhumación del cadáver, que se hizo el 8 de abril de 2013. La investigación científica estuvo a cargo de un equipo de especialistas internacionales que el 8 de noviembre de ese mismo año dictaminó que no habían hallado agentes o sustancias extrañas de envenenamiento en el cuerpo del poeta. En marzo de este año el gobierno chileno entregó su informe donde indica la “altamente probable intervención de terceros”, que está en la reserva del sumario. En mayo, una nueva prueba científica detectó el germen del estafilococo dorado cuya entrega de resultado tiene como plazo marzo de 2016.
El equipo científico analiza ahora algo inédito en la ciencia forense. “Trataremos de identificar el ADN de ese estafilococo dorado. Es decir, establecer si es el común de la época y la zona, o si ha sido manipulado. Hay antecedentes de esto en arsenales militares que han alterado la cepa. Lo que buscamos es muy difícil: si fuera un estafilococo alterado trataremos de identificar el arsenal o país de donde pudo haber sido manipulado”, explica Francisco Etxeberria, forense español que participó en la investigación de 2013.
La historia de la sospecha en el caso Neruda la cuenta Mario Amorós, su biógrafo: “El jefe del Área Jurídica del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, Rodrigo Lledó, dio a conocer, en mayo, el resultado del informe proteómico de análisis de los restos del poeta que el doctor Aurelio Luna, catedrático de Medicina Legal y Forense de la Universidad de Murcia, había entregado al magistrado Carroza. La pericia buscaba establecer posibles ‘agentes externos’ que pudieron ser suministrados y haber acelerado su muerte.” El médico español detectó el estafilococo dorado y ese es el resultado de laboratorio que espera el magistrado Carroza para dictar sentencia.
Cuatro años y medio ha tardado el biógrafo en estudiar la vida de Neruda. Y cuatro años y medio ha tardado la investigación judicial. “Pronto, el equipo internacional de científicos dirá si hubo intervención de terceras personas en la muerte del poeta, es decir, si la dictadura de Pinochet perpetró el asesinato de Pablo Neruda a través de una inyección letal”, asegura Amorós. “Todo estaba preparado para su viaje a México, como me ha explicado el embajador mexicano de entonces, Gonzalo Martínez Corbalá, y en el exilio el poeta se hubiera convertido en la principal voz de denuncia de la junta militar. Neruda solo tenía 69 años y un mes antes el urólogo que lo atendía le había concedido una esperanza de vida de unos cinco años en función del cáncer de próstata que padecía. Así lo dijo en infinidad de ocasiones Matilde Urrutia, su esposa. El golpe de Estado y la derrota de la Unidad Popular, la muerte del Presidente Salvador Allende y la persecución contra sus compañeros, cuya magnitud descubrió finalmente, le abocaron a una agonía física y emocional terrible”, agregó.
Las pruebas testimoniales y los hilos de los hechos de esos días conducen al diagnóstico del gobierno chileno. Sin embargo, aquel 23 de septiembre de 1973 -en especial, aquella tarde- está borrosa, llena de maraña. Nadie recuerda qué médico pudo haber aplicado o dado a Neruda aquella sustancia. Lo que parece probado es que la salud del poeta se agravó tras una inyección y, como señala el documento oficial, seis horas después murió
TIEMPO ARGENTINO