22 Dec Michael Fassbender: “No soy un actor intelectual: soy físico”
Por Gaspar Zimerman
Próceres como Orson Welles, Akira Kurosawa o Roman Polanski filmaron sus versiones de Macbeth y ahora, a pocos meses de que se cumplan 400 años de la muerte de William Shakespeare, llega una nueva adaptación cinematográfica a sumarse a las dos docenas ya existentes. Lejos de aquellos apellidos ilustres, el responsable es el australiano Justin Kurzel, que cuenta con el thriller Snowtown (2011, no estrenado en la Argentina) como único antecedente. El que aporta la cuota de experiencia en este emprendimiento es Michael Fassbender, el elegido para encarnar al noble que, en complicidad con su mujer, Lady Macbeth (Marion Cotillard), llega al trono de Escocia a cuchillazo limpio.
A los 38 años, el actor germano-irlandés está de moda y es uno de los más buscados de Hollywood. En 2016 lo veremos en cinco protagónicos, entre los que destacan Steve Jobs, de Danny Boyle; la nueva de Terrence Malick; un nuevo capítulo de la saga de los X-Men; y la adaptación del videojuego Assassin’s Creed. Los actores suelen hablar de sus estrenos como el mayor desafío de sus carreras, pero en el último Cannes -donde Macbeth participó en la competencia oficial sin conseguir premios- Fassbender sorprendió: “Shakespeare es complicado, pero fue más duro hacer de Jobs. ¡Tuve que aprender tantas palabras..!”.
Igual, admitió que Macbeth lo ponía nervioso. Por eso, vio todas las versiones que pudo -“mi favorita es la de Kurosawa” (Trono de sangre)- y leyó el guión unas 200 veces -“sin exagerar”- antes de empezar los ensayos. “Con Shakespeare hay que respetar el lenguaje, pero no dejar que se convierta en algo acartonado. Estaba muy atento a eso. Ensayamos todos juntos durante dos semanas, y yo ya había ensayado solo durante un mes. En la actuación hay mucho de repetición. Por eso, traté a este guión como a todos los guiones: como música con ritmo. Practico mis escalas una y otra vez, y con suerte logro seguir ese ritmo”.
Alguien que lo ayudó fue James McAvoy, su compañero en X-Men, que trabajó en una celebrada versión teatral de Macbeth en el West End Londinense. “No llegué a ver su obra, pero me dio una versión de Macbeth comentada milimétricamente. Y discutimos todos los aspectos”. Pero es Kurzel al que más crédito le da por su Macbeth: “Me explicó que, al principio de la obra, Macbeth sufre de estrés postraumático causado por la guerra en la que peleó. Nunca se me había ocurrido, ¡y es tan obvio! De hecho, Shakespeare lo describe, y es asombroso cómo sabía algo que la medicina tomó en cuenta hace poco. Eso me dio confianza en el punto de partida: sabemos que este tipo está quebrado desde el principio. Y en los asesinatos encuentra el rumbo. El asesinato de Duncan lo vigoriza, y tiene que seguir matando. Los seres humanos nos sentimos cómodos con patrones de comportamiento, y ése es el suyo. La idea tradicional es que Lady Macbeth está guiada por la ambición, pero para mí ella se sacrifica para volver a conectarse con su marido. De alguna manera, esta obra es sobre la pérdida, y qué hace la gente para recuperar lo que les fue quitado”.
Una particularidad de su Macbeth es que muestra unos pectorales trabajados en gimnasios no muy shakespereanos. “Me gusta desnudarme”, ironizó Fass- bender, un tanto irritado por el tema. “Estaba en el guión, como muchas otras cosas. Si estudiamos un día en tu vida, en algún momento te vas a sacar la ropa para cambiarte, ¿no es cierto? Es una sola escena, así que no es tan inusual. Siempre me acerco a los personajes físicamente: cómo se mueven, cómo respiran… No soy un actor muy analítico ni intelectual: soy físico”.
Macbeth es sobre la corrupción del poder. ¿Alguna vez te sentiste corrompido por la fama y el poder que da tu profesión?
Para mí el peligro en esta industria es cuando no estoy excitado por el proyecto o no siento que estoy aprendiendo, sino que estoy haciéndolo por el dinero. Eso no es bueno. Un estilo de vida que va de la mano con la fama es seductor. Pero yo no me complico, y mantengo los pies en la tierra.
Marion Cotillard: “Los miedos pueden llevarte a la locura”
Natalie Portman era la elegida para el papel de Lady Macbeth, pero se bajó del proyecto y en su lugar entró Marion Cotillard. ¿Una francesa haciendo Shakespeare en inglés? “Nunca sentí presión al aceptar un papel, ni siquiera cuando tuve que encarnar a Edith Piaf. Pero esta vez sentí mucha presión. Una obra de Shakespeare, nada menos, y justo Lady Mac- beth, que fue interpretada por tantas grandes actrices…”, confesaba la actriz en el Festival de Cannes. ¿Y cómo lo superó? “Me esforcé por encontrar la voz del personaje. Desde el primer minuto en que estaba despierta hasta que me iba a dormir quería trabajar. Una sabe que la perfección es imposible, pero trata de hacer lo mejor. En cuanto al idioma, Justin (Kurzel) pensó que era interesante que Lady Macbeth tuviera un halo extranjero. Así que me relajé, porque el acento es algo que siempre se puede mejorar y entonces era fácil obsesionarme. Pero no hubiera sido conveniente”.
El vínculo de Cotillard con Lady Macbeth se remonta a su adolescencia: “La primera vez que leí Macbeth tenía 17 años, y estaba en la secundaria. Desde entonces, siempre supe que alguna vez haría de Lady Macbeth, pero pensé que sería en el teatro, y en francés; nunca me imaginé esto. Ella siempre me fascinó. Nos enseña cómo los miedos y las frustraciones profundas pueden llevarte a la locura, al mal”.
Como era de esperar, no tiene más que elogios para Fassbender y Kurzel. Pero esas palabras deben ser bastante sinceras, porque volverá a trabajar con ellos en Assassin’s Creed. “Michael es un actor muy creativo e inteligente. Algunos actores quieren ser diferentes y tratan de hacer algo sorprendente todos los días, pero eso es contraproducente porque el deseo de crear algo distinto es mayor que el de buscar la singularidad del personaje. El encontró enseguida la locura de Macbeth. Y Justin es un director muy especial. Después de ver su opera prima y hablar con él, supe que podía confiar en él 100 %. Por eso estoy feliz de trabajar con él de nuevo”.
CLARIN