01 Dec Dos hombres muy buscados, Graham Greene y John Le Carre
En todo lo que tenga que ver con la literatura sobre espías, dos de los autores principales son Graham Greene y John Le Carre, y por supuesto esto se aplica también a las películas del género basadas en sus libros.
Uno de los grandes clásicos sobre una novela de Graham Greene -adaptado por el mismo escritor- es “Nuestro hombre en La Habana” (“Our Man ¡n La Habana” que dirigió Carol Reed en 1959, con un elenco de lujo que incluía a Alee Guinness, Maureen O’Hara, Burl Ivés, Noel Coward y Ralph Richárdson.
Este filme recientemente editado en DVD era un título muy difícil de encontrar. Cuando se piensa en Carol Reed y Graham Greene, el clásico que obviamente viene a la mente es la gran obra maestra potenciada por Orson Welles, “El tercer hombre”. Pero quizá el verdadero espíritu del escritor -alguna vez espía- esté plasmado en esta película: “Nuestro hombre en La Habana” es una comedia negra inigualable, que además de ser genial en sí misma, puede verse como un documento histórico único, dado que fue el primer filme en rodarse en la Cuba recién liberada por Fidel Castro, que según cuenta la leyenda disfrutaba observando el trabajo de Reed y su troupe (incluyendo al magistral cinematographer Oswald Morris, y un indescriptible Ernie Kovaks como un militar sanguinario del régimen de Batista). La trama cuenta cómo un inglés perdido en Cuba vendiendo aspiradoras se convierte en espía y manda informes de armas letales: ¡sus aspiradoras agigantadas! Sólo la actuación de Alee Guinness vuelve imperdible esta película semiolvidada.
Una muestra del cine de espías más reciente, pero no menos excelente es “El hombre más buscado” (“A most wanted man”), dirigida por Antón Corbijn el año pasado. Es una adaptación de lujo de Le Carre, con un gran elenco encabezado por Philip Seymour Hoffman en un imperdible trabajo postumo.
El eje de la trama es la difícil interacción y las diferentes estrategias y puntos de vista de las agencias europeas con sus colegas estadounidenses.
El personaje de Philip Seymour Hoffman es un experimentado espía alemán radicado en Hamburgo, uno de los puertos principales por donde pueden entrar a Europa todo tipo de terroristas. Este desencantado antihéroe de una agencia que en lo formal es inexistente (no reconocida por su propio Gobierno) es un espía a la antigua, un agente analógico que no tiene gadgets al estilo James Bond, y que organiza sus pesquisas desde una oficina rasposa típicamente burocrática. Su rutina es recorrer barrios bajos donde se gana la confianza de inmigrantes ilegales musulmanes a los que presiona para que cuenten todo lo que pasa en sus ghettos árabes o marroquíes, o sostener un trago en antros noctámbulos donde siempre hay algún personaje que aunque no tenga mucha idea pueda aportar alguna pequeña pieza aislada de información que sirva para completar el gran puzzle que este espía tiene en la cabeza mucho antes que sus colegas de otras agencias con más influencia y presupuesto, tanto alemanas como, por supuesto, norteamericanas.
Este es un gran filme que ningún fan del género debería perderse.
REVISTA AMBITO PREMIUM