Diez escenas que no serían lo mismo sin música

Diez escenas que no serían lo mismo sin música

Por Mariano Vidal
Amamos la música amamos las películas. Y amamos más aun cuando se juntan y dan forma a escenas increíbles. Miradas armó una lista totalmente arbitraria con aquellos momentos que marcaron un hito en la historia del cine ¿que faltan un montón? Teníamos casete virgen para grabar solo estas diez.

GHOST
UNCHAINED MELODY,DE THE RIGHTEOUS BROTHERS
La melodía desencadenada tiene toda una historia propia y más de
500 reversiones (incluso una de Elvis en su último concierto), pero pocas
pegaron tanto en la cultura pop como la de los Righteous Brothers. Grabada en los 60, explotó en las manos de una joven Demi Moore y de Patrick Swayze en Ghost, cuando hicieron un enchastre de barro antes de que el bueno de Patrick dejara este mundo. Pasión y romanticismo en una escena de alto voltaje, imposible de olvidar.
ghost-01
TOP GUN
TAKE MY BREATH AWAY, DE BERLIN
Este clásico de los 80 cuenta con todos los elementos de las historias que nos gustan. Chico conoce chica, amor prohibido, un amigo que muere, rivales que se redimen. La frutilla del postre es “Take my breathe away”: el temazo que acompaña las idas y vueltas de la pareja de Maverick (Cruise) y Charlie (Kelly McGillis). Interpretada por Berlin, una de las one-hit-wonder bandas de la historia. Imposible escucharla sin visualizar a Tom en su moto.

APOCALYPSE NOW
THE END, DE THE DOORS
Los helicópteros volando, el napalm que incendia Vietnam, Martin Sheen en su cama contemplando el vacío y “The End”, uno de los temas más emblemáticos de The Doors, abriendo la película que marcó a fuego la generación pos Vietnam. El filme de Francis Ford Coppola está lleno de temazos, pero nos quedamos con esta gema inicial, que incluye acordes que suben, bajan y desa-parecen entre imágenes de selva y gritos de monos. El coronel Kutz repite d horror, nosotros decimos: cuanta belleza.

VOLVER AL FUTURO
JOHNNY B. GOODE, DE CHUCK BERRY POR MICHAEL J. FOX
El baile del encanto submarino había sido un éxito cuando a Marty McFly le pidieron que se quedara a tocar un tema más. El resultado, un blues que descontrola el salón en tres minutos, mientras el vocalista Marvin Berry llama a su primo lejano, Chuck. En la vida real, Chuck Berry compondría Johnny B. Goode tres años más tarde, lo que convierte al tema (y la escena) en un clásico. En ese giro, Marty inventó el Rock and Roll.

LA SAGA ROCKY
GONNA FLY NOW, DE BILL CONTI
Ningún “Eye Of The Tiger”, el corazón de la saga del semental italiano es este tema de Bill Conti, que acompaña los entrenamientos de Stallone. Allí vemos a Rocky salir desde los suburbios de Filadelfia, golpear las medias reces y correr hasta alcanzar las míticas escalinatas del museo de arte. Allí alza los brazos y mira a la ciudad, desafiante, consagrando al tema como el himno internacional para salir a entrenar. Rocky II y III repiten la fórmula, pero es la sexta (película homenaje a la saga) la que mejor usa los elementos ¡cónicos, como la carnicería, el viejo gimnasio. De fondo la ciudad, desgastada como el propio boxeador, pero con el mismo espíritu combativa lista para salir a pelear una vez más.

PULP FICTION
YOU NEVER CAN TELL (C’EST LA VIE), DE CHUCK BERRY
La escena de baile entre John Travolta y Urna Thurman. No hacen falta más referencias, Mia Wallace y Vincent Vega en un furioso cruce de miradas mientras bailan un rockabilly lado B de Chuck Berry. Nada improvisados, Tarantino hizo repetir varias veces la escena, ya que buscaba replicar referencias a películas de Jean-Luc Godard y Federico Fellini. Es obvio que fue un éxito, el baile se volvió la referencia de la cultura pop en una película que está llena de ellas.

DIRTY DANCING
THE TIMES OF MY UFE, DE BILL MEDLEY
La profundidad de la voz de Bill Medley en The Time Of My Life acompaña en un golpe por golpe preciso el último baile de Baby (Jennifer Grey) y Johnny (Patrick Swayze) en el final de Dirty Dancing, cuando en los seis minutos de tema se resuelven los últimos nudos del filme, sin dejar nunca de bailar. Ambientada en los 60, Johnny y Baby marcaron el arquetipo de chico malo – chica inocente como pocos en el cine. Inolvidable al baile de Swayze en el pasillo.

TRAINSPOTTING
BORN SLIPPY, DE UNDERWORLD
Filme de culto de los 90, que se sumerge con total crudeza en la intimidad de un grupo de jóvenes adictos a la heroína, en la consensuada nada en la que transcurrían sus días. Apoyado por una gran banda de sonido, el filme abre con el famoso monólogo de ‘Elige una vida’ (musicalizado por Lust for life, de Iggy Pop), pero cierra con una bomba de ultrasonido como “Born Slippy, de Underworld”. Aunque en nuestro país se asocia con una publicidad de cerveza, nunca quedó mejor que en ese final, con la ¿redención? de Renton y la nueva vida que empieza a elegir.

FLASHDANCE
WHAT A FEELING, DE IRENE CARA
Un salón lúgubre, un jurado apático, los ventanales enormes y el silencio absoluto como marco para la prueba que le podía cambiar la vida a la sufrida Alex (Jennifer Beals). Si toda la película se basa en las dificultades de la heroína para cumplir su sueño, el sumun llega con esa caída al primer giro. Y ahí empieza la magia: un baile frenético que condensa todo el recorrido del filme mientras Alex se mete al jurado en el bolsillo. Explota, gira, gana el corazón al ritmo de “What A Feeling”, canción que no puede faltar en ningún compilado de los 80. No hace falta la devolución del jurado, ella entró en la historia.

500 DÍAS CON ELLA
VAGABOND, DE WOLFMOTHER
Más que una historia de amor, cuenta la historia del proceso de ‘detox’ del idealista Tom, (Joseph Gordon-Levitt) luego de separarse de la descreída Summer (Zooey Deschanel). Allí comienza a replantearse todo aquello en lo que creía, acompañado por una playlist, entre indie y alternativa, que pega la melodía justa en el momento correcto. El clímax, cuando Tom sale del pozo para rencauzar su vida, no sería lo mismo sin “Vagabond” de los Wolfmother. Solo así podés sacarte de la cabeza una chica comoZooey Deschanel.
REVISTA MIRADAS