28 Dec Caminos inteligentes: no es ciencia ficción
Por Andy Marshall
Caminos que pueden regenerarse solos. Pavimentos que usan la energía dinámica de los transeúntes para encender el alumbrado público. Autos autónomos que hablan entre sí mientras circulan. Y vehículos convencionales arrastrándose en túneles como parias. Parece ciencia ficción pero muchos de los elementos que habilitarían esa visión están más cerca de lo que se pensaba, según la consultora de ingeniería Arup. Esa entidad con base en Londres presentó su imagen de cómo se verían las rutas de las megaciudades del futuro hacia el año 2050, en tanto gobiernos de todo el mundo buscan afrontar el desafío de que tres cuartas partes de la población planetaria vivirá en ciudades, frente a la mitad de la actualidad.
Arup se vale de una serie de hipótesis ficcionales en la que vehículos autónomos de fibra de carbono pueden cargar combustible en forma inalámbrica usando carriles de abastecimiento. Los conductores deben pasar por una franja del camino para pagar la electricidad. Los sistemas de navegación del auto advierten sobre la presencia de hielo, que impulsa a los neumáticos a desplegar clavos retráctiles para un mejor agarre. Los copos de nieve pintados en la ruta que se activan con la temperatura serán, hacia 2050, una reliquia “de hace un decenio, cuando los caminos se abrieron a vehículos sin conductores”, agrega el estudio. Esta visión de Arup se conoció después de que el gobierno británico anunciara el mayor plan de construcción de caminos en una generación, con 15.000 millones de libras esterlinas destinadas a mejorar arterias importantes como la Al y la A303.
Tony Marshall, director de autopistas en Arup, opinó: “En Gran Bretaña hay un notable aumento en las inversiones en la red de autopistas y resulta esencial que, al gastar en infraestructura, anticipemos todo lo posible (esta tecnología)”.
El informe detalla con precisión dónde se está probando esa tecnología alrededor del mundo, en gran medida en el Reino Unido. Por ejemplo, investigadores de las universidades de Bath, Cardiff y Cambridge desarrollan concreto auto- reparable que usa bacterias para sellar fisuras, algo que podría reducir notablemente el costo de mantener la superficie de los caminos.
Pronto, el Gobierno anunciará los resultados de una competencia entre tres ciudades que organizarán pruebas de autos sin conductor. Milton Keynes hará un testeo en la primavera boreal que consiste en “vainas” que atravesarán cruces peatonales entre la estación y el centro de una ciudad. También se probarán carriles de carga inalámbrica para ómnibus eléctricos, una tecnología que se usa en los boxes de las carreras de autos eléctricos, una tecnología que se usa en los boxes de las carreras de autos eléctricos en la Fórmula E.
Nick Reed, investigador académico en el Laboratorio de Investigación de Transportes, señala que “la forma en que cambiarán las rutas en los próximos 10 años será mucho mayor al cambio de los pasados 10 años, teniendo en cuenta que los planes que se hacen para (gastar en) infraestructura tienden a ser por 50 años”.
Una de las grandes modificaciones a juicio de Arup será el mayor uso de macro-datos y tecnología de máquina a máquina que permitirá que autos y camiones transmitan y reciban información sobre el estado del tránsito, velocidad, clima y posibles riesgos de seguridad. También se cree que el crecimiento de los autos sin conductor mejorará el flujo del tránsito, en vista de que los vehículos podrán percibirse entre sí y viajar seguros en convoyes apretados.
Pero muchos advierten que la transición a los vehículos plenamente autónomos hará que el manejo convencional sea peligroso y marginal, que implica que esos autos tendrán que ser separados de los otros. “Con el tiempo, el mayor riesgo para el transporte serán los errores humanos”, observa Reed.
El estudio de Arup deja en claro que “el ritmo increíble del cambio tecnológico en el transporte hace difícil saber exactamente qué cambios ocurrirán y cómo se desenvolverán”.
RPM