Axel Kuschevatzky: Hombre de cine

Axel Kuschevatzky: Hombre de cine

Por Matías Orta
¿Cómo fue tu participación en la segunda edición de los Premios Platino?
Alfombra roja. Hubo grandes figuras de Iberoamérica entre¬gando premios, desde Guillermo Francella hasta Santiago Segura y Eugenio Derbez, que es la mayor estrella de cine mexicano. El maestro de ceremonias fue Imanol Arias (junto con la cantante Alessandra Rosaldo y el conductor Juan Carlos Arciniegas). También estuvieron Erica Rivas y Damián Szifron, porque Relatos salvajes es la película con más nominaciones: diez en total. Es un premio muy importante. Lo celebro mucho.
Hablando de Relatos salvajes, increíble cómo la película no se detiene. ¿Qué balance podés hacer al respecto?
Es muy hermoso. Estoy fascinado por las reacciones que la película genera en todo el mundo. Me han llegado unos mensajes extrañísi¬mos de gente de otros países. Creo que refleja ese talento sin límites de Damián para captar los mecanismos más profundos de las presiones sociales. Desde la ironía, desde la inteligencia, Damián narra algo que es universal. El camino que sigue haciendo la película tiene que ver con esa universalidad a la que llega Damián, que es entender que todos sentimos la presión social, que todos tenemos y deseamos hacer uso de la violencia en la vida cotidiana. También fuiste productor de El secreto de sus ojos, que ya dio pie a una versión hollywoodense con grandes estrellas y va a estrenarse dentro de poco. Ya hay un tráiler, de hecho. ¿Qué expectativas te genera está adaptación?
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Hay mucho talento involucrado en esta película. Está producida por los mismos responsables de Las crónicas de Narnia, de Rainman… Uno ve el tráiler y lo primero que piensa, obviamente, es en Nicole Kidman y en Julia Roberts, pero están Chiwetel Ejiofor (en el papel que interpretó Ricardo Darín), Michael Kelly
(el asistente de Kevin Spacey en House of Card). Vi unos minu¬tos de la película, y lo que vi me resultó muy seductor. Es otra clase de película. Si me preguntan, estoy completamente a favor de las remakes. Me parece algo saludable. Además, siempre son películas diferentes. Esta película no va a competir con la de Juan (Campanella). Son dos cosas distintas.
Sos el director de la revista La cosa, que cumplió veinte años. Una publicación dedicada al cine y a las series, con una fuerte influencia en los medios. Un bebé que armaste vos solo al que luego se fue sumando un equipo que no para de renovarse. ¿Qué te genera este aniversario tan importante?
Pienso mucho en el contexto en el que salió. Hablar sobre películas y series de terror y ciencia ficción era mal visto. Ahora es común, todo cambió. Y gracias a la presencia en la web, con la página y las redes sociales, nos convertimos en el portal de cine más importante de Latinoamérica. No deja de sorprenderme. Es como cuando veo a mi hijo volver de la escuela. Me emociono. Uno de tus trabajos más recientes como productor es La patota, una película que genera amores y odios, pero nunca indiferen¬cia. De hecho, al igual que Relatos salvajes, se volvió un tema de conversación en ámbitos no solo cinematográficos.
Generar debate en el espectador siempre fue una idea de la que tuvimos con Santiago Mitre, el director. Buscábamos una película que la gente no se olvidara cuando saliera del cine y se comiera una, pizza.
Además formás parte de la producción de El clan, que también tiene una temática áspera, ya que se basa en un conocido hecho policial.
Es una historia sobre el mal y sobre esta familia con oscuros secretos. Gran parte del atractivo es ver a Guillermo (Francella) y a Peter (Lanzani) sumergidos en el mal, en papeles que no se parecen a otros de sus trabajos ni a ellos mismos. Interpretan a Arquímedes y a Alejandro Puccio, respectivamente. La actuación de Guillermo es bestial, la mejor de su carrera.
Actualmente se dice que el cine está superpoblado de adap¬taciones de cómics y de best sellers, de secuelas, precuelas, spin-off, y que los trabajos más originales y arriesgados vienen por el lado de las series. ¿Qué opinas al respecto?
Acá hay que separar a Estados Unidos del resto del mundo. Hollywood hace películas de 150 millones de dólares para todo público porque tiene que recuperar la inversión. El contenido adulto fue tomado por el cine independiente y por la televisión. Surgieron productos de calidad, como Breaking Bad y Mad Men. Pero siempre hubo relación entre el cine y la TV. No es como dicen ahora, que actores de cine de pronto empiezan a incursionar en la pantalla chica. Siempre pasó. De hecho, la primera estrella de la televisión fue una de cine: Lucille Ball (protagonista y crea¬dora del programa Yo quiero a Lucy). Así que siempre hubo esa relación entre los dos medios.
Comenzaste trabajando en un videoclub, luego pasaste a hablar de cine en medios gráficos y televisión, entrevistaste a figuras internacionales, empezaste a desempeñarte como guionista de TV [La niñera, Casados con hijos) y como productor de cine, cubrís la entrega de los premios Oscar e incluso ganaste uno por El secreto de sus ojos. Una impresionante serie de logros que no se detienen. ¿Qué balance podés hacer de lo que va de tu carrera?
Para clarificar un poco: el Oscar lo ganó Campanella. Yo tuve la suerte de ser parte de un equipo y vivir la experiencia de cerca gracias a la generosidad de Juan. Todo El secreto de sus ojos fue un aprendizaje enorme, una de esas cosas que cualquiera que ama el cine sueña con vivir. No soy de hacer muchas evaluaciones o balances, trato de pensar más en lo que sigue. Trabajar con gente que uno admira haciendo algo que te apasiona, ya es bastante. El cine es un trabajo de colaboración constante, y las películas nunca existen fuera de esa dinámica. Por mi parte, no puedo dejar de agradecer todo el tiempo a mis empleadores, a TNT, a los coproductores, directores y equipos por permitirme ser parte, y al público por tener interés por lo que hacemos. Sin eso no tendríamos nada.
REVISTA MIRADAS