Turismo fútbol: fanáticos llegan a la ciudad atraídos por los clubes

Turismo fútbol: fanáticos llegan a la ciudad atraídos por los clubes

Por Ana Orfano
Por impulso de los viajeros del interior, y ahora también de los extranjeros, la Capital se consolida como destino turístico entre los fanáticos del fútbol, que aprovechan su visita a la ciudad para repasar la historia de River a través de sus camisetas, posar junto a las estatuas de los ídolos de Boca o ir tras las huellas del club que sigue el papa Francisco.
Boca y River son actualmente los clubes que más turistas convocan por su trascendencia internacional, según estimaciones del Ente de Turismo de la Ciudad. Los visitantes proceden, en su mayoría, de América latina y el interior del país y, en menor medida, de Europa. Sus estadios figuran entre los diez más emblemáticos del mundo, según el ranking que elabora la publicación norteamericana Bleacher Report.
2109024w620
Para Fernando de Andreis, presidente del ente, “la relación entre turismo y fútbol está creciendo en muchas ciudades, especialmente en las europeas. Buenos Aires también tiene que capitalizar esta tendencia mundial”. En ese sentido, recordó, la ciudad tiene “el superclásico, que convoca a cientos de turistas del interior que vienen exclusivamente para asistir a este espectáculo”.
La fuerte presencia se registra especialmente en los museos de Boca y River, donde las visitas guiadas se coronan con el ingreso a la cancha.
Rodrigo Daskal dirige el Museo de River, que funciona junto al acceso a la cancha, por la avenida Figueroa Alcorta. El lugar, con más de 3500 m2, ofrece la sala de trofeos con los obtenidos desde principios de siglo hasta la última Copa Libertadores y una muestra sobre la evolución de la camiseta, con prendas que datan de la década del 20; algunas, firmadas por los ídolos del club, como Leopoldo Jacinto Luque, Enzo Francescoli y Ariel Ortega. Además, hay maquetas de los tres estadios que tuvo River y un repaso de las bandas emblemáticas que tocaron allí.
“El sector de River Infinito es un túnel que mezcla, década por década, la historia del club y del país, y hechos deportivos del mundo”, explicó Daskal. Allí se puede recorrer la historia de las formaciones más emblemáticas que sobresalían a la par de la popularidad de Carlos Gardel, la última dictadura militar y el liberalismo económico de los 90. Entre el 57 y el 75 el relato se suspende: fue el período en el que el club no se alzó con ningún triunfo.
“Tenemos muchísimos visitantes del interior del país, y bastantes de Colombia y Brasil”, resaltó. Sólo en julio pasaron por allí 26.000 personas. “El gancho es el fútbol, pero el turista se sorprende cuando recorre el museo porque es uno de los más importantes del mundo también a nivel de museo deportivo”, dijo.
LA NACION encontró a Luis Fernando en el Museo de la Pasión Boquense. Había arribado a Buenos Aires apenas 12 horas antes desde Costa Rica y fue uno de sus primeros paseos. En medio de las gigantografías iluminadas de las figuras que integran el equipo, se tomó una selfie. “Es el club más conocido internacionalmente. Hace algunos meses, Boca estuvo en Costa Rica jugando un partido amistoso”, contó.
Pionero en su tipo en el país y Sudamérica, el museo de Boca nació en 2001 en imitación de los europeos, como los de Real Madrid o de Barcelona. “Se quería mostrar lo que era Boca a nivel mundial. La intención fue parecerse a esos equipos en la gestión”, recordó el director, Ernesto Saponaro.
Aunque los acentos latinoamericanos son evidentes entre sus visitantes, Saponaro indicó que en la actualidad el fuerte es el turista argentino. Las instalaciones multimedia -como las pelotas gigantes cubiertas con pequeñas pantallas que transmiten los hitos de los últimos 15 años- son, junto con la posibilidad de tomarse una foto con el estadio de fondo, los atractivos que más llaman la atención de los visitantes.
Las estatuas de Diego Maradona, Martín Palermo o Guillermo Barros Schelotto, que dan la bienvenida, también congregan público. Y se pueden encontrar carnets de Antonio Rattín y hasta el estrafalario conjunto de arquero que utilizaba Carlos Navarro Montoya a mediados de los 90.
Mientras que el de River cuenta con la desventaja de estar alejado del circuito turístico, el museo xeneize está a cuatro cuadras de Caminito.

Para maradonianos
Pocos lugares de Buenos Aires recuerdan la carrera futbolística de Diego Maradona. Bajo una de las plateas del estadio de Argentinos Juniors que lleva el nombre del ídolo, un grupo de fanáticos creó en 2009 el llamado Templo del Fútbol, un museo que, en palabras de su guía y principal referente, Jaime Lerner, “se distingue de los otros porque está hecho por los hinchas”.
“Los turistas que entran acá respiran otra cosa. Te dicen que es más chico que los de River y de Boca, pero distinto”, repasó. Lerner acompaña a los visitantes que llegan principalmente arrastrados por su fanatismo maradoniano, aunque una vez allí descubren que el club también fue semillero de figuras como Juan Román Riquelme o el actual volante de la selección Lucas Biglia. Todos aportaron su camiseta firmada para que cuelgue de la pared.
Lerner realizó recorridas que incluyen los vestuarios y la cancha para turistas del interior del país, italianos, brasileños, griegos, franceses y hasta iraníes. “A los colombianos les encanta la cancha en el barrio porque en Colombia los clubes no tienen canchas, son municipales”, concluyó.
LA NACION