29 Nov Sostienen que Otto Frank fue el coautor del diario de Ana y retienen derechos hasta 2050
La Anna Frank Foundation, titular de los derechos del célebre Diario, decretó que Otto, el padre de la niña, es el coautor del manuscrito que se volvió best seller planetario. Ana, nacida en Holanda, relató en su diario la historia estremecedora del horror nazi cuando la ocupación en Amsterdam, y falleció en marzo de 1945 en el campo de concentración de Bergen-Belsen. El 1º de enero de 2016, los derechos de su libro iban a pasar al dominio público, ya que transcurrieron 70 años desde su muerte y, tal como indican las leyes europeas y de la mayoría de los países, la obra comienza entonces a formar parte del patrimonio cultural de la humanidad, lo que la vuelve objeto de reproducción por parte de cualquiera, sin necesidad de citar la fuente ni, desde luego, pagar derechos de autor.
Para evitar esto, la fundación suiza que gestiona los derechos de autor del libro (y que cobra por sus regalías) decidió incorporar un nuevo “coautor” a la obra, Otto, que murió en 1980. Hasta ahora, Otto Frank era considerado sólo el editor del libro, la persona encargada de recopilar y publicar los trabajos de su hija. Nombrarlo coautor asegura retener los derechos sobre el libro en territorio europeo hasta 2050.
La fundación, que no tiene fines de lucro y trabaja en iniciativas de beneficencia con niños necesitados, sobre todo judíos, logrará así que El Diario de Ana Frank continúe produciendo derechos de autor por décadas. Aunque otra persona también reclama los derechos: es Mirjam Pressler, quien todavía vive y asegura ser la verdadera “coautora”.
Sucede que existen varias versiones del diario, catalogadas comúnmente con las letras A, B y C. La versión A fue el diario original que Ana Frank comenzó a escribir unas semanas antes de que, junto con su familia, se escondiera de los nazis en un sótano, en julio de 1942. Dos años más tarde, tras escuchar a través de la BBC al ministro de Educación holandés en el exilio,Gerrit Bolkestein, referirse a su texto, la joven comenzó a reescribir y reordenar el diario, creando lo que hoy se llama la versión B. Por último, la versión C nació tras la guerra, cuando Otto –el único superviviente de la familia Frank– recuperó los papeles de su hija. Combinó las dos versiones, eliminó algunos pasajes a su gusto demasiado críticos o íntimos, y con ellos se hizo la primera publicación del Diario, en 1947.
Yves Kugelmann, uno de los administradores de la Fundación Ana Frank, asegura que Otto los combinó, los cortó y los cambió, y que con esos retazos creó un nuevo libro, del que en consecuencia es coautor. Activistas por la libre circulación de ideas y obras han protestado, y ya hay especialistas, como Agnes Tricòire, en París, que bregan por liberar el diario, ya que admitiendo esta nueva situación, no se entiende por qué la fundación ocultó durante tantos años que la obra fue escrita también por Otto.
TIEMPO ARGENTINO