23 Nov Por los riesgos, la regulación aérea alcanza a los drones
Por Guillermo Tomoyose
Con más de 1200 vuelos realizados, el productor audiovisual Iván Insausti, especializado en registrar contenidos desde vistas panorámicas aéreas, tuvo que registrarse como operador de drones. Fue a raíz de la entrada en vigencia, hace una semana, del reglamento provisional de vehículos aéreos no tripulados de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC). La norma busca regular el uso de los drones y exige que todas las personas deban gestionar una autorización de uso para este tipo de dispositivos electrónicos, tanto sea para uso personal y recreativo como para su operación en entornos urbanos y áreas densamente pobladas.
“La norma me parece correcta, pero el procedimiento para pedir los permisos no está aún del todo claro, hay cosas para ajustar. Tienen buenas intenciones, pero todavía no encontré la forma de gestionar los trámites on line y todavía no están disponibles las evaluaciones teóricas y prácticas”, cuenta Insausti, que trabaja en Hexacóptero, una firma especializada en registro de imágenes y videos aéreos desde drones.
Piloto y vehículo deben anotarse
Desde la ANAC, señalan que la elaboración de la norma comenzó en enero y contó con la participación de diversos actores, como el Instituto de Tecnología Industrial y el Consejo de Ingeniería Aeronáutica, junto a otras organizaciones y empresas involucradas en el uso de los drones. La reglamentación se hizo vigente a mediados de año y entró en vigencia el 12 de noviembre.
La norma exige que el registro del usuario y del vehículo en función del grado de uso del espacio aéreo. Por ejemplo, en aquellas zonas autorizadas por la ANAC, tales como aeroclubs y puntos de encuentro de aficionados al aeromodelismo, solo basta con un registro de operador en un trámite que se puede realizar de forma on line mediante el sistema Casillero Aeronáutico Digital .
La ANAC no considera actividad recreativa la fotografía, filmación u observación no consentida de terceros o de sus bienes o pertenencias ni la realización de actividades semejantes al trabajo aéreo.
Qué requisitos se necesitan para operar un drone y cuáles son las recomendaciones de uso
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Por el lado de la privacidad, la normativa argentina establece que las personas registradas por el drone deben dar su consentimiento, de acuerdo a la Dirección Nacional de Protección de Datos Personales (PDP) en la resolución 20/2015.
En este punto, si un usuario necesita realizar algunas de estas actividades y operar en entornos urbanos, además de registrarse en el sitio de la ANAC necesita aprobar un examen teórico y práctico para demostrar la idoneidad de uso del drone. Luego de superar esta etapa, el operador obtiene la documentación necesaria para que pueda tramitar una póliza ante una compañía aseguradora que va desde los 650 mil pesos hasta los 4,9 millones, según la envergadura y función del equipo.
Primeros operadores de drones
La primera camada de operadores de drones forman parte de las fuerzas de seguridad como Gendarmería, Policía Federal y Policía Metropolitana. También está en elaboración un procedimiento entre este sector y los medios de comunicación para el correcto uso del espacio aéreo y evitar interferencias y posibles accidentes.
“Buscamos que la población tenga conciencia del uso de estos vehículos aéreos. Nos basamos en normas básicas y elementales, acompañadas por detalles puntuales. Tiene un carácter provisorio debido a la irrupción y evolución tecnológica de estos equipos, que ya están metidos de lleno en la sociedad”, señala Fabián Shinca, jefe de Asuntos Aeronáuticos del ANAC.
Esta reglamentación siguió las recomendaciones establecidas por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), entidad que establece normas en común entre las autoridades de cada país sobre temas de aeronavegación.
Se espera que su implementación se realice de forma paulatina, con un fuerte hincapié en la seguridad operacional del drone. “Nos enfocamos en todo tipo de usuarios y modelos del mercado. De esta forma, buscamos generar conciencia en los usuarios, aunque vuele a tres o cinco metros de altura, siempre está presente el riesgo de colisión ante una pérdida de control del vehículo, algo habitual dadas las interferencias presentes en los centros urbanos”, agrega Shinca.
En el mercado, los drones tienen un precio de entre 3000 y 5000 pesos en los modelos de la firma Parrot. En las versiones más sofisticadas, un equipo DJI parte desde los 12.000 pesos, un costo que se puede incrementar de acuerdo a los accesorios adicionales que se le desea incorporar.
Generar conciencia en los usuarios
En una primera impresión, la exigencia de la norma de registrar a todos los drones puede resultar demasiado restrictiva. Sin embargo, todos los puntos reglamentados tienen salvedades ante una autorización del ANAC. “La norma busca identificar si el operador es idóneo para controlar un drone ante diferentes problemas que suelen presentarse: obstáculos, pérdida de control, aterrizaje del vehículo. En general, son especificaciones acordes al uso profesional”, señala Insausti.
Por su parte, Shinca remarca que, por lo general, quienes no están interiorizados en el uso de un drone lo compran como un juguete que realiza tomas aéreas de fotos y videos. No se preocupan por la aeronavegabilidad y desconocen los potenciales riesgos de su uso en el espacio aéreo.
“La pérdida de comunicación inalámbrica de un drone en una ciudad es una situación más habitual de lo que uno presupone. Es el talón de Aquiles de estos equipos, que suelen operar en la frecuencia de 2,4 GHz, susceptible a las interferencias”, señala el jefe de Asuntos Aeronáuticos. Dentro del ámbito de los operadores de estos equipos suele ser habitual que reciban equipos extraviados, que quedan perdidos en patios o jardines por estos motivos. De forma reciente, en agosto un drone fuera de control provocó heridas de consideración a dos mujeres en el barrio porteño de Constitución.
“Es por eso que autorizamos su uso en espacios segregados como los clubes de aeromodelismo, y de a poco buscamos integrar estos vehículos de forma paulatina en diversos espacios aéreos. Innovaciones de este tipo impactan en nuestro ámbito, y queremos que la población advierta de los potenciales riesgos que conlleva el uso de este tipo de dispositivos”, agregó Shinca.
LA NACION