03 Nov Innovación: 7 enseñanzas de Kathryn Myroluk, heroína tecnológica de la Singularity University
Por Cintia Perazo
La tecnología no lo es todo; es sólo el comienzo. Así lo entiende Kathryn Myroluk, investigadora que es parte desde los inicios de la Singularity University, la innovadora casa de estudios situada en el campus de la NASA.
Para ella es imprescindible escuchar a expertos de esa materia y a personas de diferentes ámbitos, que quieran brindar su aporte para solucionar los problemas que afectan al mundo de hoy.
Y quién mejor que ella para decirlo: a pesar de haber estudiado economía y ecología, es considerada una de las investigadoras más interesantes del momento, incluso mencionada por la CNN como una de las siete “heroínas tecnológicas” de este año.
Myroluk participó de InnovatiBA 2015, la tercera edición de esta jornada que se hizo en la Usina del Arte con el eje puesto en educación, trabajo, alimentación, salud, filosofía y cultura emprendedora, abordados desde un enfoque científico que invite a pensar los problemas de cada campo de forma analítica y en pos de soluciones.
En una charla con LA NACION, dejó siete enseñanzas sobre la tecnología y las más grandes problemáticas mundiales.
Conectarnos y aprender de los otros. Myroluk destaca que los cambios tecnológicos más profundos llegarán de la mano de las tecnologías que conectan a los seres humanos. “Esta década vamos a poder estar comunicados los 7000 millones de personas. Ya no nos van a separar ni las distancias ni las lenguas. Hoy vemos las primeras etapas de esto, por ejemplo con Skype, que ofrece una herramienta de traducción. Sé que no es perfecta, pero podemos realizar conversaciones que hubieran sido imposibles hace cinco años. Creo que estas herramientas nos van a permitir conectarnos, enseñar y aprender de otros”, asegura.
La tecnología es solamente una herramienta. “Hay que pensar para qué usamos las tecnologías, cómo están diseñadas. La tecnología es un mero comienzo. Volviendo al nuevo servicio de Skype, la tecnología aporta la traducción, pero somos nosotros quienes debemos elegir las conversaciones.”
Hay tiempo para prepararnos. “Tenemos que analizar todo y prepararnos para los cambios que se avecinan. Aún tenemos tiempo para hacerlo”, resalta. Se refiere a las grandes transformaciones, esas que parecen inevitables como la pérdida de trabajo como consecuencia de los cambios tecnológicos, o incluso el cambio climático. Pero no es apocalíptica: afirma que se deben analizar y poner en una balanza cuáles son las pérdidas y ganancias que generan estas nuevas tecnologías. “Muchos hablan de la falta de trabajo para los taxistas, por ejemplo. Pero existen aplicaciones como Uber y también los vehículos autónomos. Observo que aún hay muchos accidentes de tránsito. Tal vez estas nuevas tecnologías puedan ocasionar la pérdida de trabajo, pero podrán ofrecer mejores condiciones en la seguridad en el traslado de las personas”, ejemplifica. Hace una analogía con el cambio climático: “Aunque no sabemos exactamente la temperatura ni el nivel de dióxido de carbono, sí sabemos que habrá un gran cambio. Estamos anticipando el futuro. Si sabemos que dentro de 5, 10 o 15 años se vienen profundos cambios debemos empezar a hablar hoy sobre este tema”.
Cada vez, más poderosas y accesibles. ¿Cómo serán los trabajos en diez años? Similares a los actuales, cree la especialista, pero reconoce que cada año las herramientas que se usan serán más poderosas. “Es importante destacar que la inteligencia artificial, por ejemplo, que comenzó siendo muy costosa y difícil de comprender, en los últimos años está disponible para muchas más personas. Dentro de algunos años, serán las planillas del cálculo del futuro, serán como un procesador de textos o de ideas”, vaticina.
La importancia de la diversidad. Myroluk considera fundamental la visión multidisciplinaria de cada tema. “Hoy los problemas médicos no son sólo cuestión de los expertos o médicos, como lo eran hace 50 años. Los enfermos o familiares se conectan con otras personas y con médicos para compartir y generar nuevas ideas. Creo que es bueno decir: «No soy experto en tu ámbito, pero puedo ayudarte». Aún no se dice con frecuencia, pero sería bueno que se naturalice y que la otra persona esté dispuesto a escucharlo y a trabajar juntos”, sugiere.
Ser creativo y reutilizar lo existente. “No decimos que es necesario que se inventen nuevas tecnologías, sino que es necesario usar creativamente las existentes porque estas herramientas tienen capacidades y posibilidades que no están vinculadas con los usos originales. A veces los profesionales de Silicon Valley crean tecnologías y piensan que los problemas se solucionan de esa manera. Es necesario ser creativo y reutilizar lo existente”, resume.
Aprender a usar las tecnologías. “No hace falta saber construir una tecnología para poder usarla. Hay que leer y estudiar las capacidades aunque no entendamos, todavía, las tecnologías subyacentes.” Nunca sabemos qué podrán deparar esas tecnologías en el futuro. Por eso, hay que usarlas.
LA NACION