El running ya mueve $ 1800 millones por año en el país

El running ya mueve $ 1800 millones por año en el país

Por Carlos Manzoni
Distancias de 5000, 10.000, 21.000 y 42.195 metros, a las que se les suman algunas ultramaratones de hasta 130.000 metros, arman el menú de carreras que se corren en la Argentina cada año. Esos son los números más conocidos, pero hay otros, los que hablan del dinero que mueve el furor por el running en el país: $ 300 millones sólo de inscripciones, a un promedio de $ 250 cada una, y $ 1500 millones en todo lo que es merchandising, esponsoreo, indumentaria, entrenamientos y turismo. Cifras de una pasión que no sólo quema calorías, sino que también abulta algunos bolsillos.
Estos datos, aportados por TMX, uno de los principales organizadores de carreras en el país, surgen de tomar cifras como el precio de cada inscripción, que en la Capital Federal es de $ 300 y en el interior de $ 200, y multiplicarlas por el número de corredores que se lanzan a las calles por año, que ronda los 120.000. Pero detrás de eso hay todo un mundo de indumentaria, medallas, kits de carrera, alimentos, organización y equipo, entre otros, que engrosa las cuentas. Para tener una idea, sólo en zapatillas deportivas se venden en el país 50 millones de pares, según datos de la Cámara del Calzado.
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El furor por recorrer caminos a tranco vivo se traduce en el país en unas 100 carreras por año en la ciudad de Buenos Aires y 250 en el interior. La dimensión que tomó hizo que brotaran en la última década varias empresas organizadoras, como TMX, Club de Corredores, Sportsfacilities, XK Race, Compañía de Deportes, Amaison Producciones, Patagonia Eventos, Nodocom, EcoAtletas, Salvaje, Ultrasport, ISS, Ecorace, Fundación Ñandú, Ñandú Carreras y Maratones Club de Eventos.
Valentina Kogan, directora ejecutiva de Club de Corredores, que arma 60 carreras por año entre calle y aventura, detalla todas las tareas y responsabilidades que recaen sobre la figura del organizador. “Tener gente que trabaja en la carrera con entrega de agua y otros productos, informes y reparto de chips, manejar todo lo que es recursos humanos; contratar la policía, conseguir habilitación para cortes de calle, contar con todo lo que es infraestructura, como vallas, ploteos, carpas, baños químicos y ambulancias; hacer la comunicación y desarrollar la página Web para inscripciones”, comenta.
Según Rody Giordano, que tiene desde hace 12 años la empresa Sportsfacilities, hay dos modelos de negocios: uno es aquel en el que una marca se acerca al organizador para armar una carrera con su nombre, y otro es el que, a partir de una competencia ya consolidada por la firma organizadora, se sale a buscar al sponsor.
En el primer formato, la empresa organizadora cobra su fee, que en el caso de una carrera de 5000 metros (5K) es de $ 600.000, se encarga de todos los gastos del evento y se queda con un 20% de esa cifra. Si se inscriben 5000 corredores, a un precio promedio de $ 250 cada uno, queda una facturación total de $ 1,25 millones, pero a partir de ahí se debe descontar 21% del IVA y 3% de ingresos brutos. Acá el riesgo de que se anoten menos participantes lo corre la marca y no el organizador.
En el segundo esquema se toma una carrera ya consolidada, como Patagonia Run, La Nocturna o San Silvestre, entre otras, y se sale a buscar el sponsor. “Le ofrezco quedarse con el nombre a cambio de $ 300.000, la cantidad de personas se las aseguro, pero la recaudación es mía. Así, ellos ganan visibilidad y a mí me queda una ganancia variable, compuesta por el 20% del fee más lo que recaude por las inscripciones”, explica Giordano.
Kogan dice que Club de Corredores también tiene estas dos formas de trabajar. “Además, la organización puede ser integral o sólo tratarse de la contratación de ciertos servicios”, comenta la directiva de la empresa, que organiza, entre otras tantas, el reconocido Cruce de los Andes.
En estas competencias nadie se va con las manos vacías, pero eso también tiene un costo que paga el que arma la carrera. Para tener una idea, un kit de corredor, compuesto por mochila, medalla, remera, dorsal y chip cuesta $ 150.
En tanto hay modalidades más competitivas que incluyen premios en efectivo. “Si bien en nuestro país aún no hay mucho dinero en premiaciones, en una carrera como Patagonia Run, que se corre en Villa La Angostura, los tres primeros de los 130K reciben US$ 1000, US$ 800 y US$ 500, respectivamente”, precisa Sergio Ochoa, director de TMX International Sports Business.
Algo que es muy difícil de estimar es el dinero que se mueve por turismo, hotelería y gastronomía en el lugar donde se efectúa la “maratón”. En Villa La Angostura, la Municipalidad firma un contrato con la empresa organizadora (TMX), donde, a cambio de “prestar” la ciudad, recibe beneficios de una afluencia de 6000 visitantes extras que atrae la competición.
Lejos se está, por supuesto, aquí de los grandes números que se manejan en las populares competencias de ciudades como Londres, Nueva York, París, Berlín o Dubai. La de Nueva York, por ejemplo, mueve US$ 12 millones sólo de inscripciones, y a esa cifra se le debe sumar todo el esponsoreo y las transmisiones por TV.
Claro que hay que diferenciar bien las carreras “de calle” de las denominadas Trail o Aventura. En estas últimas el estado físico debe ser óptimo y por eso están reservadas a unos pocos: se calcula que por cada 15 corredores de calle, sólo uno participa en las otras. El precio de la inscripción también marca la diferencia: en las de calle es de $ 250 en promedio, mientras que en las otras es de $ 2500.
Por lo general, los organizadores se dedican a las dos modalidades. “Entre nuestras principales de calle están los 5K femeninos de McDonald’s, los 10K de Lanpass, la Global Energy Race de Bimbo, la Disney Magic Run, los 21K de Mizuno y otras emblemáticas como la Maratón por Equipos Galicia, los 10K de Reebok o la Maratón Solidaria Accenture”, detalla Ochoa. En el segmento de Trail, Ochoa destaca tres productos: Patagonia Run Mountain Hardwear, El Origen Powerade e Indomit.
El afán por participar en esta marea corredora que inundó las calles en los últimos años parece no dar indicios de detenerse, sino todo lo contrario. “Los corredores aumentan cada año”, destaca Giordano. En tanto, Kogan especifica que lo que está cambiando es la preferencia por un determinado tipo de competencia: antes eran furor las de 10K, pero ahora cada vez más la gente se vuelca a las de 21K.
LA NACION