El champagne está de moda y dejó de ser sólo la bebida para el brindis

El champagne está de moda y dejó de ser sólo la bebida para el brindis

No tanto como mimosos, pero a los porteños el champagne los tiene… entusiasmados. Según afirman desde el sector, es la única categoría que no deja de crecer en un mercado estancado como el de los vinos. “En la Ciudad se concentra la mayor comunidad foodie del país, y es un consumo que está de moda”, apuntan. Más variedades, tragos y, sobre todo, la “desestacionalización” de un producto cuyo consumo solía estar limitado a los brindis de fin de año marcan los ejes de este cambio. Entre el miércoles y el viernes, más de 40 bodegas presentarán sus novedades para el sector en la 7ma edición de Sparkling Nights, la feria de espumantes que se realiza en el Hotel Panamericano.
“Venimos haciendo un trabajo muy grande para traer nuevos consumidores a la categoría. Es el caso de los espumantes dulces, por ejemplo, que no para de crecer a doble dígito. Antes era más difícil pensar que el espumante se podía tomar con hielo o con pulpa de frutas, lo que estaba arraigado era el Extra Brut en copa flauta. Aunque sigue siendo la principal variedad, el consumidor está ávido de nuevas propuestas”, analiza Fernando Gouiran, director de Comunicaciones y Trade Marketing de Chandon.
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Según consigna la consultora CCR, el crecimiento no es únicamente en bares, restaurantes y boliches: también están subiendo las ventas en los supermercados para las reuniones hogareñas. Y en las vinotecas la demanda se traslada a las etiquetas de alta gama, especialmente Nature y Brut Nature, las más sofisticadas actualmente dentro del segmento. “En detrimento de los importados, están en auge las etiquetas locales de alto precio, por arriba de los $250/$300”, indican fuentes del sector, que fomentan el consumo con degustaciones de variedades no convencionales, como Blanc de Blanc, espumantes a base de Malbec o con mucho tiempo de crianza, entre otros.
El cambio va de la mano del movimiento que está teniendo la coctelería en general, que hoy usa este tipo de bebidas como base para otras mezclas más allá de los clásicos Bellini, Mimosa o Kir Royale. “El mercado de los aperitivos también se ha desarrollado mucho y este tipo de espumantes es ideal para esa situación. Uno de los tragos más famosos con espumante dulce es el Spritz, pero hay más opciones. Nosotros diseñamos tres propuestas con Tato Giovannoni: una con albahaca, otra con piel de pomelo y otra con pepino, y hielo. La idea es que sean simples y todos puedan prepararlo en su casa”, apunta Gouiran.
Otro punto clave tiene que ver con el tipo de copa: la clásica flauta está dejando lugar a la de vino blanco, de boca más ancha. En 2013, cuando el chef de cave de Dom Pérignon, Richard Geoffroy, fue anfitrión de un lanzamiento que hizo la marca francesa en el país, ofreció el champagne en copas de Chardonnay. “Con la copa flauta el vino va de manera directa a la zona donde menos papilas gustativas hay, lo que no permite disfrutar y percibir la calidad en todo su esplendor”, explicó.
CLARIN