Vivimos más años, pero convivimos con más enfermedad

Vivimos más años, pero convivimos con más enfermedad

Por Fabiola Czubaj
Vivimos más años, pero no plenamente sanos. Un estudio internacional revela que la expectativa de vida al nacer creció 6,2 años en las dos últimas décadas, principalmente por los avances en el tratamiento de las enfermedades transmisibles y los cuidados maternos e infantiles. Sin embargo, la esperanza de vivir esos años de más sin complicaciones de salud o discapacidad no estaría a la misma altura, de acuerdo con los resultados que hoy aparecen en la revista The Lancet.
Las enfermedades asociadas con los hábitos cotidianos, como el tabaquismo y el sobrepeso, y la falta de promoción de la salud, son los principales factores que atentan contra una vida más larga y mejor, de acuerdo con los resultados del primer estudio global del impacto que tienen 306 enfermedades y lesiones en la expectativa de vida de la población de 188 países.
El relevamiento de registros epidemiológicos desde 1990 de los países estudiados demoró un año y medio. Lo hizo un consorcio internacional de investigadores que coordina el Instituto para la Medición y la Evaluación de la Salud (IHME, por su sigla en inglés) de la Universidad de Washington. Los resultados demuestran, por ejemplo, que las condiciones sociales y demográficas no influyen tanto en las enfermedades no transmisibles (como las cardiopatías o la diabetes) como en las transmisibles.
“Los análisis que incluyen a los ingresos y la educación demuestran que esos factores tienen un impacto importante en la salud, pero no dan un panorama completo. Observar la expectativa de vida sana y la pérdida de salud de cada país puede ayudar a orientar las políticas que garanticen que las personas de todos los lugares vivan vidas prolongadas y saludables, sin importar dónde residen”, expresó a través de un comunicado el director del IHME, Christopher Murray.
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De acuerdo con el estudio sobre la transición epidemiológica entre 1990 y 2013, el impacto del VIH/sida en la salud se redujo un 24% por los avances en su detección y tratamiento, sobre todo a partir de 2005. Pero la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), que en la mayoría de los casos se debe a la exposición directa o pasiva al humo de tabaco, o la diabetes, por ejemplo, treparon para ubicarse entre las diez principales causas de pérdida de años de vida sana.
“El mundo hizo grandes avances en materia de salud, pero ahora el desafío es invertir en encontrar maneras más efectivas de prevenir o tratar las principales causas de enfermedad y discapacidad”, sostuvo el profesor Theo Vos, investigador del IHME y autor principal del estudio llamado Carga mundial de morbilidad.

La tendencia en el país
En la Argentina, en estas dos décadas, la expectativa de vida sana creció lentamente. Mientras que, desde 1990, los hombres y las mujeres sumaron algo más de tres años a su vida (3,3 y 3,4, respectivamente), ellas siguen viviendo más que ellos: 79,6 versus 72,3, en promedio. Pero ambos ganaron menos años de vida sin enfermedad ni discapacidad: 2,9 los hombres y 2,8 años las mujeres, con hallazgos distintivos que valdría la pena conocer mejor.
“La expectativa de vida aumentó para los argentinos, pero no nos podemos detener en eso. No sólo queremos tener una vida más larga, sino también más saludable. Para eso, tenemos que mirar las enfermedades que están contribuyendo a la pérdida de salud, como la diabetes y la depresión”, sostuvo la investigadora argentina que participó del estudio, Alicia Lawrynowicz, jefa a cargo del Departamento de Investigación Epidemiológica del Instituto Nacional de Epidemiología Dr. Juan H. Jara.
La cardiopatía isquémica (enfermedad de las arterias coronarias), la EPOC, la enfermedad cerebrovascular, la lumbalgia y el dolor de cuello, y los hechos de tránsito fueron en 2013 las cinco causas más importantes de pérdida de salud en los hombres. En cambio, en las argentinas, a la cardiopatía isquémica le siguieron el dolor de espalda y de cuello, los trastornos depresivos, la EPOC y la enfermedad cerebrovascular.
La diabetes, que no figuraba entre las diez causas más importantes en el país de disminución de la esperanza de vida sana en 1990, fue la que más creció entre los hombres en estas dos décadas. En las mujeres, la enfermedad que más se incrementó, en cambio, fue la EPOC, seguida de la lumbalgia y el dolor de cuello, y la ansiedad y la depresión.
“Si nos comparamos con Japón, estamos muy alejados [de la esperanza de vida sana alcanzada], pero en la subregión, con Chile y Uruguay, estamos bien posicionados”, agregó Lawrynowicz por vía telefónica desde Mar del Plata sobre el puesto 45° que ocupa el país. “Retrocedieron las enfermedades transmisibles, pero van ganando terreno las crónicas o no transmisibles, que en la mayoría de los casos se deben al estilo de vida -dijo-. En este sentido, es clave la prevención y la promoción de la salud desde muy temprana edad.”
LA NACION