13 Oct Premian con el Nobel a un economista de Princeton preocupado por la pobreza
Angus Stewart Deaton fue el elegido por la Real Academia Sueca de las Ciencias para entregarle el Premio Nobel de Economía de 2015, en la que fue la última distinción que la entidad otorgará este año. El escocés, nacido en Edimburgo hace 70 años en el seno de una familia humilde y quien según sus propias palabras nunca pensó ganarse este premio, fue galardonado ayer “por su análisis del consumo, la pobreza y el bienestar”. El Comité Nobel considera que el trabajo de Deaton fue clave para establecer políticas públicas en algunos países porque trata de explicar las decisiones económicas individuales especialmente cómo gastan sus ingresos las personas.
La Academia destacó la labor del economista por ayudar, por ejemplo, a determinar cuáles grupos sociales son afectados por un incremento del impuesto al valor agregado sobre los alimentos. “Para poder diseñar políticas económicas que promuevan el bienestar y reduzcan la pobreza, primero debemos comprender las elecciones de consumo individuales”, afirmó el organismo al anunciar el premio de 8 millones de coronas suecas (u$s 978.000).
Tras doctorarse en matemáticas por la Universidad inglesa de Cambridge, desde 1983 Deaton (de nacionalidad británica y estadounidense) es profesor de Economía y Asuntos Internacionales en la Universidad estadounidense de Princeton. “Estoy enormemente preocupado sobre la desigualdad (…). Me preocupa un mundo en el que los ricos escriben las reglas”, analizó el economista ayer al brindar una rueda de prensa ante periodistas, alumnos y personal académico en el acto convocado por Princeton. Allí también se refirió a la crisis de refugiados: “La lucha contra la pobreza es clave para reducir el flujo de refugiados. Sin embargo, ello llevará mucho tiempo. Lo que vemos hoy es el resultado de cientos de años de desarrollo desigual en el mundo rico, que ha dejado atrás una gran parte del mundo y esas personas desean una vida mejor”.
Deaton además fue uno de los pioneros en el uso de datos de encuestas a hogares en países en vías de desarrollo, especialmente información sobre consumo, para medir estándares de vida y pobreza, declaró la Academia. Sobre las decisiones individuales de gasto, Deaton planteó el Sistema Casi Ideal de Demandas (AIDS), un método “flexible pero sencillo” de estimar cómo la demanda de un producto determinado depende del precio de todos los bienes y servicios y de los ingresos del consumidor. Este aporte que se convirtió en una herramienta estándar en su ámbito de estudio, no sólo sirve para explicar patrones de consumo, sino también para evaluar cómo un cambio en política fiscal por ejemplo, una reforma del IVA, puede afectar al bienestar de distintos grupos sociales.
Sobre el ahorro y los gastos agregados, Deaton demostró con sus estudios que “el análisis de los datos individuales” de ingresos y consumo es “clave” para explicar los patrones que luego se perciben en los datos macroeconómicos.
EL CRONISTA