Los “trolls”, difamadores de la Web al servicio del mejor postor

Los “trolls”, difamadores de la Web al servicio del mejor postor

Por Brenda Struminger
Las denuncias sobre prácticas de “campaña sucia” suelen aparecer en época electoral y este año no es la excepción, aunque hay una ligera diferencia. Cada vez más, las supuestas prácticas proselitistas difamatorias se expanden por las redes sociales.
El desencadenante de las acusaciones y desmentidas, desde la semana pasada, fue el agua que inundó las casas de miles de vecinos en la provincia de Buenos Aires. Ante las críticas en Twitter y Facebook por la falta de obras hídricas del gobierno de Daniel Scioli, el jefe de Gabinete y postulante bonaerense, Aníbal Fernández, aseguró que Cambiemos creó “50.000 cuentas falsas”, que llamó “un ejército de trolls”, para criticar al candidato presidencial. El kirchnerismo denunció en la Justicia por “difamación” al frente opositor, que rechazó las acusaciones.
“No está mal que critiquen a Scioli. El problema es que son cuentas sucias y contenidos falsos”, dijo una fuente del sciolismo a LA NACION.
Guillermo Riera, director de Comunicación Digital de Mauricio Macri, candidato presidencial de Pro, lo negó. “Está lleno de gente que lo hace. Nosotros hace tiempo decidimos no implementarlo”, sostuvo.
Mike Krieger of Instagram, reviewing code
Pero ¿qué son los “trolls”? ¿Quién los crea? ¿Cómo actúan? ¿Cuánto cuesta manejarlos? ¿Qué partidos los promueven?
Según expertos consultados por LA NACION, los “trolls” son perfiles falsos o que estaban inactivos, es decir, que no pertenecen a personas “reales” y son empleados para emitir mensajes proselitistas. “Sirven para difamar o transformar en trending topic (tendencia) un tema”, sintetizó el abogado especializado en delitos informáticos y protección de datos Daniel Monastersky.
Pero su creación no es una práctica exclusiva del oficialismo o de la oposición. “Todas las fuerzas con cierta capacidad económica o la suficiente cantidad de militantes lo hacen”, agregó Federico Landera, de la consultora Parodoxia, que brindó servicios de redes sociales a políticos, pero hoy trabaja exclusivamente con empresas.
Los especialistas sostuvieron que los candidatos más poderosos contratan consultoras especializadas en crear usuarios “truchos”. Pero desde los equipos de Scioli y de Macri niegan haber recurrido a ese artilugio. Afirmaron en cambio que sus campañas son siempre “positivas” y creadas por militantes y adeptos.
Las consultoras crean distintos usuarios y les dan una suerte de vida paralela. Pueden crear miles de cuentas y manejarlas con herramientas de conexión masiva como TweetDeck, Hoootsuit o TweeterFeed. Por ejemplo, se pueden programar “posteos” por día, por semana, por mes o cada determinada cantidad de horas.
Las consultoras cobran aproximadamente 50.000 pesos mensuales por manejar entre 15 y 20 cuentas, por lo que los partidos con menor capacidad financiera quedarían excluidos de su uso.
Incluso para usar las aplicaciones de difusión masiva sin intermediación de una consultora hay que pagar. Para gestionar una cuenta, el servicio suele ser gratuito. Si son varias, se abonan entre 50 y 100 dólares por mes por veinte cuentas.

Cómo detectarlos
Fernando Tomeo, abogado experto en tecnologías y redes sociales, reveló que para ubicar al “troll” debe promoverse una investigación penal y determinar la dirección de IP que generó el perfil falso.
Aunque existen formas para determinar sin intervención de la Justicia qué tuits son emitidos por identidades falsas. Por ejemplo, comparando la fecha de creación de la cuenta, su cantidad de tuits, de “seguidores” y de “seguidos”. Uno de los especialistas en redes planteó un caso: “Si un usuario que fue creado en 2012 nunca tuiteó, pero aparecen en su timeline diez tuits en los que habla sobre un candidato en plenas elecciones en 2015, todo indicaría que es un usuario trucho”.
LA NACION