23 Oct Lectura impresa vs. lectura digital
Por Michael Skapinker
Tomando en cuenta el tiempo que hemos estado en este mundo, los seres humanos solamente comenzaron a leer recientemente. Las primeras escrituras surgieron hace unos 5,000 años.
Los griegos produjeron un alfabeto completamente desarrollado, hasta con vocales, hace cerca de 3,000 años. Johannes Gutenberg imprimió su Biblia hace 560 años.
Si la lectura de la página impresa es reciente, entonces la lectura de una pantalla digital es una novedad ‘recién nacida’.
Muchos han descrito la aparición de la lectura digital como la mayor revolución desde Gutenberg. Todavía no estamos seguros de lo que las pantallas digitales están ocasionando en el proceso de la lectura. Aunque los investigadores han tratado de examinar la diferencia entre la lectura de material impreso y la lectura en pantalla, los resultados son confusos.
Algunos estudios han encontrado poca diferencia en materia de comprensión y memoria entre quienes leen material impreso y quienes lo hacen a través de pantallas. Otros han encontrado un nivel menor de comprensión y memoria entre los lectores que utilizan pantallas.
Aparte de las dificultades que representa el evaluar cómo las personas asimilan el significado de las cosas, los dispositivos digitales siguen cambiando y desarrollándose en un intento de facilitar el proceso de lectura.
Como admiten los investigadores de la lectura Anne Mangen, de la University of Stavanger, y Don Kuiken, de la University of Alberta, lo mejor es considerar sus propios estudios y los de otros como “una exploración de posibilidades en lugar de una validación de hipótesis explícita”.
Su investigación no solamente examinó si la gente leía de manera diferente en una pantalla (la aplicación Kindle en un iPad) y en una página impresa, sino que también exploró la diferencia entre ficción y no ficción. Mangen y Kuiken les dieron a las personas un escrito que describía un asesinato verdadero en un centro comercial, y le dijeron a un grupo que no era real y al otro que sí lo era.
Entre los pensaban que era ficción, se observó poca diferencia entre los lectores que utilizaron una pantalla y los que leyeron de una copia impresa. Aquellos que leyeron a través del iPad estaban un poco inseguros de su ubicación en el texto. Sin embargo, su comprensión de la narración, su inmersión en la historia y cuánta compasión sentían hacia los personajes difirieron muy poco de las de los lectores del material impreso.
Entre los que pensaban que estaban leyendo la versión que no era ficción, se observó una diferencia significativa. Los lectores en los iPad mostraron menos captación narrativa, menos inmersión y menos compasión.
¿Por qué la diferencia? Los escritores citan investigaciones que sugieren que la lectura de material que no es ficción implica un procesamiento rápido (“ojear”), mientras que la ficción implica el procesamiento lento (“disfrutar”).
Lo que esto sugiere es que la lectura de información fáctica en pantallas fomenta el “ojear” y, por lo tanto, cuando la narración es más detallada se vuelve menos comprensible.
Esto coincide con mi experiencia. Estoy leyendo 10 novelas, como presidente de los jueces para los premios de las artes del Financial Times (FT) para los países de mercados emergentes. Como he estado viajando, yo he estado leyendo sobre todo en un Kindle.
Yo prefiero los libros reales por el peso, la facilidad de volver a una página y de tener una idea de cuánto he leído, lo cual puedo ver y sentir, en lugar de confiar en un porcentaje en la parte inferior de la página. Pero un Kindle es compacto y no cansa la vista y, al igual que los estudiantes en el estudio, no he tenido ningún problema para sumergirme en las historias.
Leer noticias es diferente. Cuando mi tren matutino está repleto, leo a través de una aplicación para el iPhone en lugar de un periódico. Cuando llego a la oficina y hojeo las páginas del FT, me da la impresión de que he leído la mayor parte, pero no todo.
Cuando uso una aplicación, leo lo que me interesa. Cuando leo un periódico impreso, me encuentro leyendo cosas en las cuales no sabía que estaba interesado.
Otros han hablado de la serendipia del material impreso, pero creo que hay algo al respecto que va más allá. Leer a través de un teléfono móvil – la forma de lectura digital de más rápido crecimiento- es útil, pero tiene, literalmente, un formato más estrecho que su contraparte impreso.
Un periódico ofrece visión periférica. Existe la posibilidad no sólo de que encontrarás información inesperada, sino de que también vas a conectarla a otras cosas que has leído.
Esto es importante para aquellos cuyo trabajo es pensar en las amenazas, oportunidades y cambios que puedan afectar al negocio. No se trata de escoger un método de lectura sobre el otro. También hay que estar inmerso en el mundo digital para saber la influencia que está teniendo sobre el comportamiento de las personas.
Estudios realizados en EE.UU. concluyeron que aquellos que todavía leen un periódico tienen mayores salarios y están mejor educados.
También son generalmente de mayor edad. Pero de vez en cuando me encuentro con un nativo digital’ de unos 20 años que también lee los periódicos impresos. Yo inmediatamente supongo que tiene un futuro brillante.
EL CRONISTA