Hillary, agradecida: Biden no buscará la presidencia

Hillary, agradecida: Biden no buscará la presidencia

Por Silvia Pisani
Salvo que ocurra una hecatombe de esas que nadie imagina, la perseverante Hillary Clinton se consagró hace unos días como la casi segura candidata demócrata para suceder a Barack Obama en la Casa Blanca luego de que el actual vicepresidente, Joe Biden, desechó la posibilidad de lanzar su propia apuesta.
“Desgraciadamente, el tiempo para presentar una candidatura seria se ha terminado”, dijo Biden. Desde los jardines de la Casa Blanca, y acompañado por Obama, se despidió así del sueño presidencial con un discurso en el que aludió a los meses de luto que le llevó la muerte de su hijo mayor por un cáncer de cerebro.
Con una vida signada por la tragedia y sin perder la alegría ni la ambición política, el abandono de Biden se convirtió en el dato saliente en lo que va de la campaña demócrata, al consagrar virtualmente a Hillary Clinton como la candidata del partido.
Según algunas encuestas, la ex secretaria de Estado y ex primera dama lleva más de 20 puntos de ventaja sobre su principal contendiente interno, el demócrata de izquierda Bernie Sanders. Clinton cuenta ahora con casi el 50% del apoyo partidario, mientras que el carismático y rebelde senador por Vermont acumula un 30%. La impresión coincidente es que a él se le haría difícil seguir creciendo, mientras que Hillary tiene más posibilidades de ampliar su base.
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Con el reciente abandono del ex senador Jim Webb y la confirmación, ahora, de igual paso por parte de Biden, sólo cuatro personas siguen en carrera por la nominación demócrata. Además de Clinton y Sanders, los otros dos son el ex gobernador de Maryland Martin O’Malley y el ex gobernador de Rhode Island Lincoln Chafee. Ambos, muy por detrás no sólo de los dos primeros, sino del 17% que las encuestas llegaron a darle a Biden, aun sin haber oficializado candidatura alguna.
Los republicanos, que tienen problemas más serios para elegir a su candidato, reaccionaron con malestar ante la creciente posibilidad de tener que competir con Hillary.
“Es una pena que se retire Biden. El hubiese sido el mejor candidato de los demócratas, que ahora tendrán que conformarse con la impopular Clinton y todos sus escándalos”, sostuvo el presidente del Partido Republicano, Reine Priebus. “Sin Biden, aumentan mucho nuestras posibilidades de llegar a la Casa Blanca”, añadió, en un argumento con el que demostró hasta qué punto sangraba por la herida ante el crecimiento de Clinton.
Un poco más diplomático, el hasta ahora líder del pelotón republicano, el controvertido Donald Trump, aseguró estar “contento” con la idea de competir con Clinton. “Comete tantos errores que será muy fácil ganarle”, desafió.
Ya con algo de la condescendencia de quien se siente en papel ganador, la propia Clinton saludó la decisión de Biden con aire de despedida. “Si conozco bien a Joe, estoy segura de que ésta no será su última página”, dijo. Fue casi una devolución de favores. En su discurso en la Casa Blanca, Biden evitó toda referencia a Clinton y mucho menos le anticipó su respaldo.
Por el contrario, intentó fijar agenda al asegurar que “lo peor que podría hacer un candidato demócrata es apartarse de lo que ha hecho” Obama. Algo que la ex secretaria de Estado ya empezó a hacer, en defensa de sus propias posibilidades.
Como viene señalando LA NACION, la suerte de Biden quedó cerrada el pasado martes 13, cuando el sólido desempeño de Clinton en el primer debate entre aspirantes demócratas serenó buena parte de las dudas generadas por su reciente caída en las encuestas. Dudas en las que había abrevado la posibilidad de un “plan B” con la figura de Biden. Todo eso quedó atrás. El giro también implica un alivio, si bien menor, para el propio Obama, que zafó de tener que elegir a quién apoyar: si a su vicepresidente o a su ex secretaria de Estado.
A los 72 años, es posible que el desenlace implique también el comienzo del fin en la carrera de Biden, luego de una vida en la que más de una vez se vio obligado a luchar contra la adversidad.
Su primera mujer y su hija murieron en un accidente de auto poco después de haber sido elegido senador, en 1972. Hace poco, la tragedia volvió a alcanzarlo, con la muerte de su hijo y ex fiscal Beau Biden. Más de una vez el vicepresidente admitió que, tras esa penosa experiencia, no sabía si estaba en condiciones “emocionales” de lanzarse por la Casa Blanca. Ayer decidió que mejor no.
LA NACION